Uno de los departamentos con mayor producción agrícola es Antioquia, tradicionalmente el café ha hecho parte de la cultura y sobre todo de la economía campesina antioqueña; sin embargo, los pequeños productores aún siguen a la espera de verdaderas políticas rurales que mejoren su calidad de vida.
Por: Periódico El Campesino
Por estos días los grandes medios de comunicación han hablado de un hecho: de la violencia paramilitar que desplazó a los habitantes de un corregimiento del municipio de Ituango; El Aro. Señalaba el diario regional EL COLOMBIANO, en su versión digital que después de violenta incursión paramilitar, 17 muertos y más de 60 desplazados el pequeño caserío fundado a finales de la década de los 60 se quedó solo.
Para llegar a El Aro hacen falta más de siete de horas de camino a lomo de mula desde el casco urbano de Ituango, las curtidas montañas de Antioquia alojaban a este pequeño pueblo fundado por un párroco.
La situación del agro en Antioquia, al igual que el resto de Colombia no es la mejor, los precios de los productos no son competitivos, en especial para los pequeños productores, las expectativas que se han creado con políticas publicas dirigidas al campo, como Colombia Siembra, generan dudas que deben tener respuesta en el alto Gobierno. Como El Aro, existen decenas de corregimientos en el corazón de las faldas de la cordillera central y occidental, a donde solo se puede llegar por inhóspitas trochas que bordean los precipicios, en esas condiciones no es rentable sacar ningún producto a los centros de acopio, dejando así a cientos de campesinos con graves problemas en sus parcelas.
Antioquia cuenta con suficiente penitencial para formar una agroindustria de carácter exportador, así lo afirma el profesor Harold Cardona Trujillo, de la Universidad de Antioquia en un artículo publicado por el diario antioqueño EL COLOMBIANO.
Según el docente, los industriales del departamento comulgan con la idea de crear una industria agrícola que beneficie a los campesinos. Pero aún falta mucho hacer, se requiere voluntad política y de grandes inversiones económicas que le aseguren al departamento un desarrollo rural equitativo y digno.