En esta fecha se le recuerda a América del Sur y a todo visitante de este conjunto de países latinos la importancia de proteger al oso de anteojos (Tremarctos ornatus); una especie en estado de vulnerabilidad de acuerdo a la UICN, ya que en solo 30 años el 30% de esta especie se han perdido.
Los osos pueden llegar a pesar hasta 180 kilos y tienen una longevidad de 50 años en el bosque y 30 años en estado de cautiverio, su periodo de gestación es de seis a ocho meses y se alimentan de frutos, hierbas, peces y huevos según Greenpeace, organización mundial en la preservación de la naturaleza.
Países como Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú ya han puesto en marcha planes de acción para cuidar el único oso de la familia de los úrsidos originario de América del Sur. Estos países a partir de las instituciones ambientales han creado programas de conservación, aún así, son los grupos activistas quienes más trabajan en favor de esta especie.
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Estas acciones parten de crear consciencias en los habitantes que son vecinos al hábitat de los osos, también la entrega de conocimientos propios de la especie con el propósito que entiendan que es un animal pacifico que no se altera a menos a que sea amenazado.
El oso de anteojos es una especie que aún cuenta con misterios no descubiertos, por ejemplo, se desconoce si al igual que otros osos en el mundo tiene en el tiempo un espacio de hibernación.
Según la SBC – Spectacled Bear Conservation – Perú, afirma que son tres las amenazas principales para el oso de anteojos. Estas son la cacería furtiva, el desconocimiento de la población vecina y no menos importante, la desaparición de su hábitat natural por megaproyectos. Si el ritmo de pérdida continua al nivel establecido por la UICN, pronto entrará entre el listado de especies en vía de extinción.
Estas acciones aunque están planeadas cuidadosamente, en el caso de Colombia aún hay conflicto de osos con comunidades y empresas, que no respetan su libre desarrollo en el campo. Por otro lado, los planes ejecutados en sentido autónomo de activistas no cuentan con los recursos suficientes al igual que las Áreas de Biodiversidad en el país, haciendo la tarea de protección más compleja.
Si el oso de anteojos llega a disminuir su población, los ecosistemas como lo son los páramos recibirán gran impacto, ya que estos son funcionales para su hábitat al mantener un equilibrio en la tierra. Greenpeace, informa que estas especies son primordiales al ser transportadores de semillas gracias a su dieta; y actores naturales de polinización, pues llevan el polen en sus pelajes por todo el territorio. De esta manera aportan a la flora y fauna de su habitad.
Por estas funciones, comunidades ancestrales de Colombia lo han denominado como el guardián de los paramos, defensor del agua. Hoy en el día mundial de la protección del oso de anteojos, se debe resaltar que aún falta un compromiso de comunidad y de Estado para proteger esta especie. Su existencia es un eje fundamental para ecosistemas como los páramos que son fuentes hídricas para el país.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.