Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, sugieren que el Estado no ha cumplido su función como garante de derechos en la ruralidad, pues el 45% de la población rural se encuentra en condición de pobreza multidimensional, el 8.4% no sabe leer ni escribir, el 43,8% presenta bajo logro educativo, el 9,3% no cuenta con aseguramiento de salud y el 27,3% no tiene acceso a agua potable.
De igual manera, en materia de economía la entidad determinó que el 86,7% trabaja en la informalidad y sobreviven con menos de un salario mínimo. Y el 83,5% no recibe asistencia técnica que les permita ejecutar sus proyectos productivos de manera efectiva. Ante el evidente abandono estatal, las organizaciones sociales han asumido un rol fundamental en la lucha por mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales, suscitar la igualdad e impulsar el crecimiento del campo.
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Por ejemplo, la fundación Acción Cultural Popular – ACPO desde 1947 ha trabajado por el desarrollo integral de las y los campesinos, interviniendo de manera pertinente en las áreas educativas y socioeconómicas de las zonas rurales del país. Por medio de sus Escuelas Digitales Campesinas, esta organización acompaña y orienta a miles de jóvenes y adultos en procesos de alfabetización digital, liderazgo, asociatividad, emprendimiento, comunicación, paz y convivencia.
Así mismo, la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – ANUC, una entidad sin ánimo de lucro que busca empoderar al campesinado, desarrolla actividades de capacitación en dos ejes principales: el primero, la producción agrícola, en el que se brinda orientación a los participantes sobre los mecanismos y las herramientas que facilitan y optimizan su producción. Y el segundo, la acción social, en el cual ofrece formación sobre los modos de organización social, derechos humanos y legislación.
También, la Federación de Mujeres Campesinas de Nariño – Femucan, que desde 2006 ha logrado incidir en las decisiones adoptadas en el plan departamental de desarrollo. De igual manera busca visibilizar las exigencias de la economía campesina, la soberanía alimentaria y la producción agroecológica. Dentro de sus logros, se le atribuye la gestión de la Mesa Campesina y la participación en la Mesa de Mujeres.
Conforme con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO son muchas las entidades que trabajan día a día por los derechos y la igualdad de la población rural, entre ellas: la Asociación Nacional de Mujeres del Campo e Indígenas de Colombia – ANMUCIC, la Federación de Trabajadores Agrarios de Colombia – Festracol.
La Acción Campesina Colombiana – ACC, la Organización Nacional Indígena de Colombia- ONIC, la Asociación de Mujeres Afrocolombianas AMUAFROC, el Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, la Federación Departamental de Mujeres Campesinas – FEDEMUC, la Asociación para la Cultura Alternativa y la Fundación Mujer y Futuro.
Organizaciones que desde su saber hacer luchan por la dignidad del campo y sus habitantes, apostando al desarrollo integral, al fortalecimiento del tejido social y al empoderamiento comunitario. Por eso, una forma de apoyar a las comunidades rurales es visibilizando y contribuyendo a estas entidades para que continúen con su importante labor.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.