El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea, presentó una serie de estudios realizados junto con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez; la embajadora de la Unión Europea, Patricia Llombart y los representantes en Colombia de la FAO, Alan Bojanic y del PNUD, Jessica Faieta. Y después de analizar los resultados en conjunto con el actual Gobierno, decidieron diseñar una serie de estrategias e instrumentos que pronto se darán a conocer, con el fin de apoyar a las mujeres, que trabajan y viven en las zonas rurales del país.
Entre los muchos resultados que arrojó el estudio, los datos más significativos e importantes muestran que las mujeres representan el 47,2% de la población que habita en las zonas rurales del país. De este, el 81,8% de las mujeres rurales dedica su tiempo al suministro de alimentos para el hogar o para la mano de obra en el campo.
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Así mismo, indica que los hogares rurales con jefatura femenina aumentaron de 19,9% en 2010 a 23,9% en 2018, las mujeres rurales son quienes destinan la mayor cantidad de tiempo a actividades asociadas al cuidado, donde son 8 horas diarias que las mujeres están invirtiendo, frente a 3 horas diarias de los hombres; lo que quiere decir que un 93% de las mujeres son las que más participan en estas actividades, frente al 61% de los hombres, lo cual disminuye el tiempo disponible a ellas para participar en el mercado laboral.
Temas para tratar
Además de estas cifras, la Universidad Javeriana en el marco de su conferencia virtual: “Género y ruralidad en tiempos de COVID-19. Economía rural, participación campesina y mujeres”, expuso también algunos temas relacionadas a la situación de pobreza en los hogares rurales con jefatura femenina, los cuales tienen una condición extrema 9 veces mayor que los hogares con jefatura masculina en contextos urbanos.
Entre diversas necesidades, en la ruralidad hay menor acceso a servicios de salud, educación e infraestructura de servicios públicos y donde muchas de ellas cuentan con poco acceso a dispositivos electrónicos con internet lo que les dificulta el acompañamiento escolar a sus hijos.
Las mujeres rurales son diversas y aunque comparten problemáticas viven realidades distintas, por esto se consideran otras situaciones que enfrentan ellas, relacionadas con la educación, empleo, protección social, violencia de género y la mujer en el sector agropecuario. No solo se muestran los aspectos que se deben tener en cuenta para ser solucionados, sino que también se exalta y destaca muchas de las labores de la mujer rural.
El reto de visualizar su rol
Como reflexión, el ministro Zea señala: “Si bien aún existe una alta desigualdad, este estudio es fundamental para acelerar la formulación y ejecución de políticas que pongan la equidad de género en el centro del desarrollo del campo. La mujer tiene un papel preponderante en el desarrollo de la ruralidad y por eso queremos buscar una reivindicación, porque son ellas las que nos van a llevar a lograr la seguridad alimentaria y fortalecer la cadena de abastecimiento”.
Es por esto la importancia que se resalta en reconocer el rol de la mujer en la contribución al sector agropecuario y a la ruralidad, para de esta manera acabar con las brechas sociales, procurando la inclusión y empoderamiento de esta población en la economía; visualizándola y dándole el papel que le corresponde en la sociedad sobre todo en el país, ya que este tiene una deuda histórica con el desarrollo y la inclusión de quienes habitan estos territorios.
Por: John Alexander Saavedra. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.