El 8 de diciembre de 1921 en el municipio de Corrales, Boyacá, nació Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, recordado por liderar la transformación educativa de Colombia con su visionaria apuesta que inició en 1947, cuando fundó Acción Cultural Popular – ACPO en Sutatenza. El “Quijote de los medios”, como se le conoce, fue pionero en la implementación de la radio para educar en pro de la dignificación campesina.
Recién ordenado como sacerdote, llegó a este municipio en un periodo marcado por la incertidumbre política y social, que se denominó la época de Violencia de cara al conflicto interno entre partidistas conservadores y liberales. Un contexto en el que la población rural no era considerada importante, y por ende, no se respetaban sus derechos.
En esa época, el campesinado estaba apartado no sólo en términos de distancia, sino de todos los procesos que se adelantaban en cuestión de desarrollo económico y social. Lo que se evidenciaba en las condiciones en las que vivían, según el Centro Interamericano de Vivienda, el 95% de sus casas tenían piso de tierra, el 92% techo de paja y casi el 100% de viviendas carecían de agua, esto sumado a que el 61% de las pocas escuelas que habían solo ofrecían 1 o 2 años de estudio.
Ante este panorama, Monseñor Salcedo ideó una forma de acercar a las y los campesinos a los avances tecnológicos del momento, pero sobre todo, a la posibilidad de educarse y progresar sin desconocer sus saberes y prácticas tradicionales. Fue entonces, que trajo desde Estados Unidos los primeros radios transistores para sintonizar Radio Sutatenza, que luego se fortalecería con las históricas Escuelas Radiofónicas.
El éxito del proyecto educativo se debía al modelo de Educación Fundamental Integral – EFI, el cual ponía en el centro al participante entendiendo su contexto, sus necesidades e intereses, además, se trataba de una educación convertida en hechos, ya que cada conocimiento adquirido era aplicado en el día a día, a tal grado que quienes estudiaban con ACPO eran capaces de enseñar lo aprendido a más personas de su comunidad.
Fue así como hombres y mujeres del campo, señalados como “ignorantes”, aprendieron para la vida con las 5 nociones que comprendían las Escuelas Radiofónicas: Alfabeto, Número, Salud, Economía y Trabajo, y Espiritualidad. A partir de estas bases crecieron para convertirse en líderes rurales, y poco a poco se fueron organizando para luchar por un derecho que no les garantizaba el Estado, una lucha motivada por el “padrecito” que creyó en ellos y les enseñó que eran importantes y necesarios para el progreso del país.
El 29 de junio de 1958 Monseñor Salcedo fundó El Campesino, primer semanario dirigido a un público rural, que nació con el propósito de complementar los programas radiales y ser un espacio para las voces campesinas que tanto querían ser escuchadas. Este contaba con tres secciones, una informativa, una de entretenimiento y otra de conocimiento, todas pensadas para que los campesinos siguieran fortaleciendo sus habilidades y saberes y mejoraran así sus condiciones de vida.
A partir de los años 70’s ACPO empezó a notar grandes cambios, otros países pedían su asesoría para que les enseñaran a hacer radio educativa, la institución adquirió mejores equipos para la impresión del semanario, de las cartillas de EFI, los libros de la Biblioteca Campesina y demás materiales utilizados. También, se instaló una red nacional de enlace de emisoras con estaciones en Bogotá, Nevado del Ruiz, Cerro de La Horqueta (Valle), Cali, Cerro del Padre Amaya (Antioquia), Medellín, Las Jurisdicciones (Norte de Santander), Sierra Nevada de Santa Marta, Barranquilla y Magangué.
Si se habla de cifras, el impacto de esta gran iniciativa se recoge de la siguiente manera: Se distribuyeron 6.453.937 cartillas de Educación Fundamental Integral en 955 municipios del país. El periódico editó 1.635 números consecutivos para un total de 75.749.539 ejemplares. Se respondieron 1.229.552 cartas provenientes de los alumnos y oyentes de las emisoras y los lectores del periódico. Se realizaron 4.365 cursos de extensión en 687 municipios del país. Las emisoras de la cadena de Radio Sutatenza transmitieron programas durante un total de 1.489.935 horas.
Un legado revolucionario que se mantiene vivo
En diciembre de 1994 Monseñor Salcedo falleció dejando un gran vacío en sus millones de alumnos y colegas, con su partida y los temas administrativos, ACPO tuvo que parar sus labores. Años más tarde, exactamente en el 2013, la organización renace en una época totalmente distinta marcada por los avances tecnológicos, es así que transforma las Escuelas Radiofónicas en las Escuelas Digitales Campesinas – EDC.
Actualmente, Acción Cultural Popular llega a más de 23 departamentos del país con cursos de alfabetización digital, liderazgo, derechos humanos, comunicación para la paz, asociatividad y emprendimiento, entre otros, haciendo uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación -TIC. Hoy, la organización y su periódico, el cual es digital y cuenta con lectores de todo Colombia y 7 países latinoamericanos, trabajan por una revolución educativa y socioeconómica protagonizada por las comunidades rurales.
El panorama colombiano refleja la necesidad urgente de proteger y fortalecer el campesinado, pues solo se alcanzará un desarrollo integral si se reconoce su rol fundamental para la conservación de los ecosistemas, la seguridad alimentaria, la productividad económica y la promoción de la cultura. Es una misión y una realidad de la organización continuar con el sentir colectivo en pro de quienes garantizan la vida, para que lideren procesos transformadores en sus territorios.
Para conocer más sobre la labor que cumple ACPO en función de este histórico legado, visita la página de la organización www.fundacionacpo.org y la de su periódico elcampesino.co .
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora periódico El Campesino.co