Maronita, rito de la Iglesia Católica

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Maronita, un rito de fe, esperanza, convicción  y  tradición de la Iglesia.

 

maronita

Por Nicolás Galeano

La Iglesia Católica posee  una gran riqueza de celebraciones, devociones y ritos que destacan la importancia de  la fe en cada uno de los creyentes y los más grandes acontecimientos de la vida cristiana. Una de las maneras en las cuales los fieles expresan su fe es a través de los diversos ritos que la Iglesia Católica posee, estos, aunque distintos en su forma tienen un mismo fin: expresar reverencia, adoración y culto a Dios. Uno de estos ritos es el maronita, que posee en sí, una gran riqueza de signos, cantos, ornamentos y gestos.

Los maronitas son un pueblo descendiente étnica y biológicamente del pueblo Fenicio – Kananí; eran originalmente cristianos agrupados en torno a san Marón, personaje que vivió cerca de Antioquía. En aquellos tiempos la iglesia estaba dividida por cuestiones teológicas referidas a la naturaleza de Cristo: unos afirmaban que Jesús era Dios, otros sólo reconocían su humanidad; unos veían en el dos voluntades, otros sólo una. La división atravesaba las ciudades, las aldeas e incluso las familias. Marón quiso mantenerse al margen de la polémica y se fue a vivir a la montaña.

Es así que los maronitas son los cristianos católicos orientales que deben su nombre a san Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica en Oriente, monje modelo cuyo ejemplo siguieron numerosos discípulos, un apóstol que la Providencia de Dios eligió para confirmar a los vacilantes en su fe y para organizar el núcleo principal de la nación maronita que será baluarte de la lucha en favor de la fe y en beneficio del triunfo de la verdad sobre la mentira y de la libertad contra la opresión. Marón vivió en el siglo IV, en las cercanías de Antioquía, donde estrechó relaciones de amistad con grandes figuras como San Basilio y San Juan Crisóstomo y otros ilustres doctores de la Iglesia. De joven, siguiendo las enseñanzas del Divino Maestro, dejó su familia, sus bienes y fue a buscar la calma en una montaña, entregándose a la oración la contemplación y el trabajo. Dios le otorgó el don de los milagros, sanando las enfermedades del cuerpo y del espíritu y sus prodigios llegaron a proyectarse en lejanos países.

El rito de la Iglesia Maronita Católica y su liturgia está relacionada con la tradición oriental, por eso desde su fundación y hasta el día de hoy, emplea el arameo, el  idioma de Jesucristo. Las ceremonias de este rito se remontan a la tradición, espiritualidad y riqueza de los primeros cristianos, que tienen su origen en el siglo V (año 410). Ha sido la única Iglesia siempre fiel y unida desde su inicio al Papa.

 

 

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