Ser madre campesina no es una tarea fácil. Cuidar las huertas, distribuir las cosechas, atender a su familia, cumplir con los quehaceres en casa y sembrar orgullo por lo que hacen, es el diario vivir de toda agricultora.
Por eso y a propósito del mes de las madres, esta nota de El Campesino, es un pequeño homenaje a todas las líderes, amorosas, pacientes y emprendedoras. Madres entregadas al campo Colombiano. (Le puede interesar: Campesinas beneficiadas por políticas públicas)
Para nadie es un secreto que las mujeres rurales viven en situaciones aún más precarias, y por ello deben trabajar más de 16 horas en la cosecha, producción y distribución de productos agrícolas. Una labor de esencial para la economía rural, pero también para que a los platos de las familias en las ciudades y los municipios llegue la comida. (Le puede interesar:
Además son mujeres capaces de soportar cualquier tipo de situación por sus hijos con el único fin de brindarles una vida mejor, a pesar de las precariedades en medio de las que deben vivir en el campo. Además cae resaltar que muchas debe ejercer el rol de padre y madre.
Situación actual
Si en la ciudad las cosas no son fáciles para las mujeres, en el campo mucho menos. Muchas de ellas han sido tildadas de brujas cuando empiezan a liderar procesos en sus territorios, pero aún así no desfallecen.
«Si las mujeres nos organizábamos éramos unas abandona hogares. Nos tocaba meterle al discurso mucha religión porque si no los curas no nos dejaban hablar”, cuenta Nelly Velandia, una mujer que desde hace más de 30 años ha luchado por la tierra para las mujeres campesinas, en una entrevista al El Espectador 2020.
No obstante, es importante nombrar que, por ejemplo, 506.264 mujeres, entre 2015 y 2016, se han beneficiado con la política rural “Colombia Siembra”, que da respuesta a sus necesidades y requerimientos, apoyando al género femenino para que participen del desarrollo agropecuario del país.
Retos y avances
Las madres campesinas coinciden en que es una prioridad del próximo gobierno trabajar en la igualdad de condiciones para agricultores y agricultoras. Un objetivo que se puede lograr una vez se fortalezca la participación equitativa de la mujer en los programas institucionales y las organizaciones rurales.
Las as mujeres del campo deciden sobre muchas de las Unidades de Producción Agropecuaria identificadas en el Censo Nacional Agropecuario. Asimismo, los convenios con organizaciones o entidades territoriales son utilizados en un 33% por la población femenina. A su vez, desde el 2015 se han financiado proyectos a más de 41.000 mujeres campesinas.
No obstante, lo que queda para el gobierno y en el general, para la sociedad es un arduo trabajo. Teniendo en cuenta que las madres campesinas y cabezas de hogar en muchas ocasiones tiene más dificultades para acceder a la tierra. Cabe recordar que según OXFAM, las mujeres solo tiene el 26% de los títulos sobre la tierra.
Por: Angelline Molina. Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano – Periodista y Editora.