Los cultivos ilícitos se han convertido en un gran porcentaje de la agricultura colombiana, ya que es el único producto que en los últimos años ha presentado un incrementado de hasta el 40%.
Es muy preocupante la situación actual con el incremento de los cultivos ilícitos en el territorio nacional ya que las cifras hablan de más de 188.000 hectáreas sembradas de coca al finalizar el año 2016, presentando un incremento de casi un 20% comparado con el año 2015, y sigue creciendo la producción.
Además, revela la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito que en la región central se haya el principal foco de crecimiento, con un incremento del 147%, pasando de 16.400 hectáreas a 40.500.
La devaluación del peso frente al dólar, el incremento de consumidores en Estados Unidos, el poco control del Estado, la falta de políticas claras para la erradicación de los cultivos, las promesas del Gobierno Nacional en lo acordado en el Proceso de Paz, entre otras, han hecho prosperar el negocio.
Por lo anterior, el campesino productor, el intermediario y el distribuidor, se han visto muy favorecidos, lo que hace que se vea con muy buenos ojos el seguir incrementando la producción de la “mata que mata”.
En Colombia es mucho más rentable sembrar coca que producir alimentos, lo que ha llevado a que en algunas zonas del país desaparezca por completo la agricultura, ocasionando graves problemas de índole social por el alto costo de la vida en estas regiones.
De continuar esta problemática, el país se verá en la obligación de importar alimentos, ya que la producción de estos se ve seriamente amenazada por el incremento de cultivos ilícitos.
Lo más grave de todo, es que falta mucha claridad en el cómo los productores rurales, la empresa privada y el Estado, pueden aunar esfuerzos para transformar la realidad rural por la que atraviesa hoy en día el país.
Aunque el campo colombiano está pasando por un buen momento y que las cifras muestran algún crecimiento, es primordial que entre todas las fuerzas del país se busque alternativas llamativas y novedosas que permitan el aprovechamiento al máximo de todas nuestras potencialidades como país altamente privilegiado por la naturaleza con todas las posibilidades para incrementar su producción agrícola.
Nuestro país puede convertirse en una de las grandes despensas del mundo, pues es uno de los siete países en Latinoamérica con mayor potencial para el desarrollo de áreas cultivables según la FAO.
Entre 223 países en donde se evaluó el potencial de expansión del área agrícola, sin afectar el área del bosque natural, Colombia fue clasificada en el puesto 25. De los 22 millones de hectáreas cultivables que tiene el país, sólo están sembradas 4,8 de ellas.
Si a estas cifras se les suma el gran potencial de la altillanura colombiana para desarrollos forestales y agrícolas estimado en 3,5 millones de hectáreas, el panorama es muy prometedor.
Según la FAO el 80% de la cantidad de alimentos nuevos que se requerirán para el 2050, deberán ser provistos por mayores productividades, es decir volver más eficiente el parque productivo del agro y sólo el 20% corresponderá a nuevas áreas.
Este es un gran desafío para la transformación del sector productivo colombiano que deberá buscar: mejoras genéticas, tecnologías de punta, agricultura de precisión, automatización, desarrollo de núcleos, economías de escala, valor agregado y todo, con enfoque de mercado.
Autor: Luis Fernando Moreno Gallego, Facilitador EDC – Antioquia.
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg
