El 03 de mayo fue proclamado el Día Mundial de la Libertad de Prensa por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, luego de una conferencia sobre la promoción de prensa africana independiente y pluralista, realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebrada en Windhoek, Namibia en 1991.
Este encuentro dio como resultado la Declaración de Windhoek, un manifiesto adoptado mundialmente que reconoce a la prensa independiente como una herramienta fundamental para el desarrollo de la sociedad, la visibilización de las comunidades, la preservación de la democracia, la justicia, y el desarrollo económico.
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“Por prensa pluralista debe entenderse la supresión de los monopolios de toda clase y la existencia del mayor número posible de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas que reflejen la más amplia gama posible de opiniones dentro de la comunidad”, establece la declaración.
En Colombia, la libertad de prensa se encuentra reconocida en la Constitución Política mediante el artículo 20 que expresa que, cualquier persona es libre de difundir información y crear medios comunicativos sin censura. Y por el artículo 73 que establece que, la actividad periodística gozará de protección para el efectivo desarrollo de su labor.
Sin embargo, la realidad sugiere que el ejercicio de prensa libre en el país es una actividad que no cuenta con garantías de protección, ni promoción de estrategias que logren dar voz e informar a toda la población. Un estudio realizado por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) reveló que de 1.109 municipios, 666 son territorios silenciados, es decir que no cuentan con ningún medio de comunicación o que no producen ningún tipo de información local.
La radio por ejemplo, cubre el 95% del territorio nacional, de 1.237 emisoras, 585 son comunitarias, el 25% de estas no tienen ningún contenido en función del sector o sus comunidades y manifiestan problemas de infraestructura. A esto se le suma que en distintas partes del país como Cumarimo, Vichada; Vista Hermosa, Meta; y Toledo, Antioquia, entre otros, la única emisora que se puede sintonizar es la de la fuerza pública.
Así mismo, de los 387 canales de televisión que funcionan en Colombia el 57% sólo difunde productos comunicativos sobre los cascos urbanos. Esto refleja que existe tendencia a invisibilizar los acontecimientos de orden social, político y económico que aquejan a las poblaciones rurales, vulnerando su derecho a producir y recibir información veraz y libre.
De igual manera, de los 335 impresos que circulan en el país, el 42% está focalizado en las capitales, esto traduce que cerca del 86% de los municipios no cuenta con ningún tipo de prensa escrita que le permita a sus habitantes acceder a hechos o situaciones de interés social.
Los medios digitales, por su parte, nacieron en vista del alto alcance de difusión que tienen los contenidos a través de la red, pero aún así no alcanzan a cumplir con la necesidad de llegar a todos los rincones del territorio nacional. De los 227 medios digitales que existen en Colombia el 61% se concentran en las capitales de los departamentos y se estima que sólo el 11,5% de la población cuenta con acceso a internet.
No sólo el poco alcance que tienen los medios de comunicación revelan el panorama tan desalentador que se tiende ante quienes por vocación y empatía deciden dedicarse a hacer prensa. El informe de la FLIP también destacó que más del 60% de los medios informativos no pueden vincular laboralmente a sus periodistas por falta de recursos y que cerca de 599 emisoras, periódicos y canales, entre otros fueron o son víctimas de censura.
En el marco del Día Mundial de la Prensa Libre, reconocemos el valor de quienes a pesar de las dificultades siguen apostando por la creación de una prensa independiente que sea portavoz de las necesidades y problemáticas que aquejan a las comunidades más vulnerables, para promover la democracia, la igualdad y el desarrollo.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona – Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.