jueves, noviembre 21, 2024
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Cantaoras de Marialabaja, libro que conserva la tradición musical oral del Caribe

El texto habla sobre lo indispensable que es la tradición musical en la construcción de historia, pues los cantos son una forma de preservar la tradición de los pueblos y forman parte de la memoria oral.

Gracias al apoyo que los profesores de la Maestría en Estudios del Caribe de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) que se basa en la tradición oral, la pedagoga musical Liliana Atencia creó el libro Las cantaoras de Maríalabaja, expresión de resistencia y libertad en el Caribe colombiano.

El interés de la pedagoga por escribir este libro surge de escuchar las memorias de los ancianos, de las lideresas y su carácter fuerte, de la persistencia y esfuerzo con el que han criado a sus hijos, de la labor inclusive de las mujeres más ancianas que siembran y cosechan sus tierras.

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Debido a los intereses de la autora Atencia, la publicación explora cómo se mueve la memoria oral, cómo se unen canales para formar historia, cómo las composiciones de las cantaoras batallan contra el olvido y la invisibilización de los saberes. Además, para la pedagoga la tradición musical es clave en la construcción de historia, los cantos son una forma de preservar la tradición de los pueblos y forman parte de la memoria oral.

Ligado a esto, uno de los cuestionamientos de Atencia era el por qué en el municipio de Maríalabaja (Bolívar) hay tanta pobreza, y por qué se repiten ciertos hechos: “Uno ve que estas mujeres salen en escenarios del mundo, las ponen de bandera el departamento, pero ellas no tienen ni siquiera una casa digna en dónde vivir, no tienen apoyo estatal, les toca batallar su vida con sus propias manos. Es por eso que el libro es un reconocimiento a cantarle a la vida pese a los sufrimientos”, comenta.

Asimismo, en el libro se analizan las frases discriminatorias que en algunos casos son utilizadas para referirse a las formas de vida de la población negra, causando que con el tiempo la creación de estereotipos y estigmas que muchas veces son difundidos sin razón.

Historia de una cantaora

Cefarina Banquez comparte su historia de resiliencia, basada en la continuación de la tradición oral de sus abuelos con las historias de esclavos africanos, combinadas con historias recientes mientras aprende cómo hacer bullerengue, que es un género musical característico de la Costa Caribe colombiana, típico por ser un baile cantado en el cual solo las mujeres danzan.

Para la cantaora, el bullerengue no se compone de palabras románticas, sino hechos que suceden en la cotidianidad o de algo que ya pasó, y para ella lo que más les ha pasado como afrodescendientes es la violencia desde cuando vendían negros en la época de la colonia.

“Yo he vivido dos violencias: primero la bipartidista entre liberales y conservadores, pero en ese momento el conflicto fue de menos sufrimiento; luego, el conflicto armado entre guerrilla, ejército y paramilitares. Empecé a cantar en 2007, lo hice para retratar lo que pasaba luego de que fui desplazada”, comentó la cantaora.

Composición de Cefarina: “Adiós, adiós, mamá, como yo soy desplazada, yo salí de la montaña, de los Montes de María, a las seis de la mañana, yo escuché unos tiroteos… Como yo estaba asustada me paseaba y me paseaba, de la sala a la cocina y ahora voy con mi madrina, yo lloraba sin consuelo, me vino a avisar mi abuelo, mataron a mi sobrino, oh, Colombia, oh, Colombia, la nación está complicada, la violencia no se acaba, y nunca le pone fin (…)”.

Propiedad de Agencia de Noticias UN

Por: Isabella Durán Mejía. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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