EDC Valle/ La reconciliación, ¿meta o itinerario?

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Valle

La reconciliación va más allá de lo que imaginamos: pasa por el corazón y se queda en él como un estado continuo, llegando a ser incluso un estilo de vida.

Por: Andrés Eduardo Laguna Agudelo, facilitador EDC- Valle del Cauca

Reconciliación es una palabra clave para­­­ todo ser humano. Porque allí donde hay convivencia humana hay conflictos, y donde hay conflictos debe haber reconciliación, pues de no haberla se ha de vivir continuamente bajo la amargura de una perturbadora discordia.

Actualmente, en Colombia resulta difícil escribir acerca de esa palabra vital, “reconciliación”, cuando el autor no pretende hacer una campaña por el ni una por el No. Cualquier lector mínimamente conocedor de nuestra actualidad colombiana entiende fácilmente lo que escribo. Y es que, por estos días, nunca antes en nuestra historia, decir reconciliación tiene sabor a paz, cosa que de seguro todo ciudadano colombiano quiere.

Sin embargo, esta actitud/capacidad del ser humano de confrontar una contradicción, ceder un poco – ¡o mucho! –, y quitar discordia para poner un solo corazón entre las partes enfrentadas, es algo que va mucho más allá de todo proceso, de todo documento, de toda firma, de toda postura política, de toda ideología.

La reconciliación es algo que necesita toda la población, tanto campesina como citadina, tanto joven como adulta; sea pobre, sea rica. La necesita incluso el mundo entero, tanto como la necesita cada persona. Mientras cada miembro de la humanidad no procure la reconciliación consigo mismo y con su prójimo y no se tome en serio el vivir su reconciliación con nuestro buen Dios, no habrá nada que pueda traerle la verdadera paz.

Esta es la invitación para nuestros estudiantes de la Escuelas Digitales Campesinas, para los líderes de los diferentes municipios, corregimientos y veredas, y para todos los lectores de El Campesino: hagamos un proceso de paz interior y personal. Apacigüemos nuestras propias ideas, reconciliemos con el bien nuestras propias intenciones. Miremos al vecino, al paisano, al amigo, incluso al enemigo, con ojos de misericordia; y levantemos el corazón hacia Dios.

Solo de este modo, ya sea que usted prefiera el , ya sea que usted prefiera el No, tendrá siempre como meta abrir caminos a una auténtica reconciliación.

*Este es un texto generado a partir del trabajo de las Escuelas Digitales Campesinas de Acción Cultural Popular- ACPO, que buscan promover el liderazgo del campesinado colombiano a través de procesos de educación, formación y capacitación, orientados a su dignificación, inclusión y desarrollo.

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