La pastoral penitenciaria es una tarea que muy pocos están dispuestos a realizar, sin embargo es un mandato del mismo Cristo: buscarlo a Él en el que sufre.
Por Nicolás Sánchez Monroy
La pastoral penitenciaria es la labor que realiza la Iglesia Católica en favor de las personas que justa o injustamente se encuentran privadas de su libertad en las cárceles. Muchas diócesis del mundo poseen un programa de atención pastoral en este campo, pues es una realidad que está presente hasta en los países más desarrollados. En la Arquidiócesis de Bogotá la labor está a cargo de la Fundación Caminos de Libertad, fundación creada por la Arquidiócesis en 1997.
Dado que se formó como fundación, la labor de la pastoral penitenciaria de la Arquidiócesis de Bogotá se ha extendido a muchas otras cárceles a nivel nacional ayudando así a muchas diócesis que por su complejidad pastoral, carecían de recursos económicos y humanos para atender esta realidad social. No es responsabilidad de la Iglesia Católica el bienestar de los internos de las cárceles del país; sin embargo, como creyentes en Cristo, ven en estos espacios la necesidad de hacer presencia y cumplir así la obra de misericordia de visitar a los presos que el mismo Cristo advirtió que allí en el que sufría estaría él, y hacer una obra por esa persona es como hacerla al mismo Cristo: Estuve en la cárcel y fueron a verme (Mt 25, 36b)
A pesar de de que esta es una obra de misericordia que el mismo Cristo hace, son pocos los obispos, sacerdotes o laicos que están dispuestos a asumir esta tarea con sus propias manos o ofreciendo su tiempo y les pueda pasar lo que sigue en el evangelio anteriormente citado: en la cárcel y no me visitaron (…) Entonces responderán: (…) ¿cuándo te vimos en la cárcel y no te visitamos? (Mt 25, 42 – 44 ).
Sin embargo, también hay que ser conscientes de las infinitas dificultades que hoy implica a un ciudadano común acceder nada más a un sitio como este: sin conocer a nadie, corriendo riesgos de seguridad personal, etc. Por ello fundaciones como la aquí mencionada pretende organizar todas las acciones en favor de esta población y así todo fiel inclusive desde su parroquia pueda cumplir con esta obra de misericordia. Por ejemplo, con ocasión de la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, la Fundación Caminos de Libertad organizó que en cada parroquia se vendieran unos bonos con el fin de donar a cada interno un kit de aseo; es una forma valiosa y sencilla de apoyar la labor de estos hombres y mujeres que dan su tiempo y vida por la atención de esta población. (Para ver más sobre esta campaña clic aquí)
El Año de la Misericordia nos recuerda la necesidad de ser misericordiosos como el Padre, en esa tarea estamos llamados a conocer en donde encontramos a ese Cristo que sufre; la pastoral penitenciaria es una labor que necesita de nuestra colaboración y oración para llegar a ser esa Iglesia misericordiosa que nuestro Señor quiso en el Evangelio y así él nos diga: Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo (Mt 25, 34).