La economía agrícola colombiana sí puede sostener al país

Por años se ha mencionado que el sector agrícola no aporta lo suficiente a la economía colombiana y que, por esta razón, la minería de metales y la explotación de hidrocarburos son estrategias económicas válidas para el desarrollo del país. Aquí una reflexión.

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De acuerdo a los indicadores económicos que suministra el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, contribución del sector agrícola colombiano al Producto Interno Bruto – PIB, ha venido disminuyendo considerablemente en los últimos 30 años.

En la década de los 60, el sector agrícola aportaba un porcentaje significativo al PIB cercano al 70%. Esta cifra disminuye 10 años después, representada en un aporte del 24% para el año 1975. Y 15 años más tarde continúa su disminución,  en un 18% para el año 1990, año de la apertura económica en el país.

Se torna preocupante que un país en el que la vocación agrícola es ancestral y donde la tierra es fértil y “agradecida” como dicen campesinos, cada vez se pierda más terreno, se pierdan más campesinos que generación tras generación se han desplazado hacia las ciudades en busca un mejor futuro.

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La tierra que por décadas se ha sembrado con las manos, con espaldas dobladas y al brillo del sol, poco a poco se ve enfrentada a la tecnificación, dejando a más manos sin mucho que hacer y con productos cada vez más baratos.

La esperanza de agricultores en la tierra y sus cultivos

Sin embargo, y a pesar de la continua crisis agrícola, el mundo natural no se detiene y crece independiente de la economía. Las plantas sostienen este país, lo sostienen no como una guadua sostiene un techo, lo sostienen en el día a día.

Miles de familias que dependen de lo que produzca la tierra. Plantas en forma de cultivos de cebolla, café, plátano, chontaduro, medicinales y aromáticas, fresa, caña, cilantro, y se podrían seguir contando.

Con toda la riqueza agrícola con la que cuenta el país, la economía no avanza y los cultivos se pierden por el bajo precio de compra y el alto precio de producción, impidiendo que los campesinos, honestos, trabajadores, conocedores del campo y de la manera de cultivar, tengan una buena vida, no llena de lujos, sino de oportunidades de lo que produzcan se venda a buen precio.

Por: Jean Wilman Parra. Facilitador EDC Armenia y Risaralda 
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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