Desde los comienzos del proceso con las FARC, el presidente Juan Manuel Santos prometió que serían los colombianos quienes tendrían la última palabra sobre lo acordado y es precisamente el plebiscito la materialización de esa promesa.
Por: ElCampesino.co
Este, es un mecanismo de refrendación estipulado en la Constitución Nacional junto a la consulta popular y el referendo, pero el Congreso de la República aprobó una ley estatutaria creada por el Gobierno, que modificó las condiciones del plebiscito y por ello la Corte Constitucional entró a evaluar lo aprobado para ver si cumplía con los principios de la carta política.
Lo que se modificó y generó polémica en un principio, fue el cambio de umbral, que es el número de votos necesarios para que el mecanismo de refrendación sea válido.
En un plebiscito que se convoque normalmente, el umbral que se aplicaba era de un 50 %, pero con este plebiscito para la paz, se bajó a un 13 %, lo que quiere decir que para que sea válido se requieren 4.5 millones de votos. Por ello, en este tipo de escenarios se generan tres campañas: una por el ‘Sí’, otra por el ‘No’, y la última por la abstención, que es básicamente convencer a la gente que no vayan a votar para que ese umbral no se cumpla.
Esto último, sin embargo, con ese umbral bajo, no tendría mucho efecto y las campañas tendrían que impulsarse con toda la fuerza, por el ‘Sí’ y por el ‘No’.
La Corte determinó que los acuerdos que se logren con las FARC, no serían parte de la Constitución Nacional, sino se trata de una decisión política y que el resultado será vinculante, es decir, en definitiva, si gana el No, se acaba el proceso de negociación con las FARC según lo que ha dicho el propio presidente Juan Manuel Santo, y si gana el Sí, se le da vía libre a la aplicación de los acuerdos.