El homenaje más merecido y justo al ser que nos dio la vida.
Por: José Ignacio Rodríguez*
El día domingo 10 del presente mes de mayo, en muchas regiones, ciudades y pueblos del país, se celebra el Día de la Madre. Se trata del más justo reconocimiento al ser que sirvió de puente entre el Creador y la criatura para transmitirnos el don precioso de la vida; para conectarnos y hacernos partícipes de esa fuente eterna de la vida. Esto es lo que le da un enorme significado a la celebración del Día de la Madre, pues todos hemos salido del vientre de una mujer que arriesgo su vida para hacernos partícipes de esa fuente inagotable de vida y poder ser lo que ahora somos. En este país de celebraciones en que se dedican días a todo y con cualquier pretexto, ¿Cómo no dedicar, de todos los días que tiene el año, al menos uno que sea el día de la madre?
Es absurdo y preocupante que una celebración como esta, Día de la Madre, tan íntima; tan del hogar; tan familiar, se haya comercializado tanto, que sean los comerciantes los que esperan con más anhelo que nosotros esta celebración. Somos todos nosotros los que debemos celebrar con amor y agradecimiento sincero el Día de la Madre. Y es que el Día de la Madre se convirtió para el comercio, en el plato más suculento para engordar sus arcas.
Pero hay algo peor: el Día de la Madre se ha convertido en los últimos años, en el más violento de todo el año. Según los reportes de las autoridades, el año pasado solo en el Valle de Aburrá, murieron violentamente 17 personas en la celebración del Día de la Madre. ¡Por favor!: ¿Hacia dónde va esta pobre sociedad?
“El Día de la Madre es una celebración con sabor de eternidad. Fiesta en que las palabras callan lo que dicen y dicen lo que callan”. Pbro. Hernando Uribe C. OCD. El Colombiano, mayo 8 del 2015.
Año 1962. Era, entonces, menor de edad. Al pie de la Iglesia Católica, en el marco principal del parque del municipio de Andes, funcionaba Acción Cultural Popular, (ACPO). Allí hice las primeras armas en la redacción de comunicaciones y boletines de prensa con destino al periódico El Campesino de gran aceptación en sus fulgores de la actividad desplegada por Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín al fundar las escuelas radiofónicas en Sutatenza. Me surtía de la savia del saber con las cartillas instructivas para entender el mundo que nos rodeaba.
Nuestra Iglesia Católica fue nutrida en el acompañamiento que se hiciera en favor de las clases más marginadas como lo fueron los campesinos abandonados a la buena de Dios en los campos de las ciudades y los pueblos que venían azotados de la violencia que con furor en esos años se libraba de manera irrazonable por la militancia sectaria de los partidos tradicionales.
La iglesia católica, en la que me sostengo ya en estos pasos finales de la existencia, no logró ser doblegada por la insensatez, pues que con la alfabetización y orientación cristiana asegurada al pueblo campesino, hubo ese despertar de una cultura que los fue sacando del oscurantismo en que se vivía.
Año 2015. A 50 años de recuerdos resumidos, se suman los tres de la creación de ASOACPO al reunir selecto grupo de líderes y dirigentes pertenecientes todos a la Iglesia Católica que retomaran el legado que fuera desechado 25 años atrás y que renace en el espíritu de lucha para recoger la siembra del pasado con las Escuelas Digitales Campesinas, fiel imitación y moderna en los avances de la tecnología, de las escuelas radiofónicas. Un nuevo despertar con entusiasmo evocador, si a la tumba de Monseñor sus ecos resuenan. ¡¡Aleluya!!…
Con estas palabras, el sacerdote Henry Artunduaga Flórez define su sacerdocio en sus 22 años de vida como ministro ordenado.
Por Nicolás Galeano
Padre Henry Artunduaga Flórez
Alegre, espontáneo, servicial y comprometido son algunas de las características que identifican al sacerdote Henry Artunduaga Flórez, quien actualmente se desempeña como vicario en la parroquia del Inmaculado Corazón de María en el barrio Claret al sur de Bogotá. La vida de oración familiar, la participación en los grupos juveniles de su parroquia y la figura del Santo Padre Juan Pablo II durante su visita apostólica a Colombia, fueron los referentes esenciales que motivaron al Padre Henry Artunduaga a optar por el sacerdocio. En esta sencilla entrevista, el Padre Henry nos comentara acerca de su vocación y la experiencia que como sacerdote ha vivido hasta el momento.
¿Cómo surgió su inquietud sacerdotal?, ¿Tuvo algún referente?
Bueno, tengo tres referentes importantes que los quiero resaltar: En primer lugar la vida familiar, vengo de un hogar campesino, mi familia por naturaleza, durante toda su vida ha profesado la fe católica y pues en este ambiente a veces tan sencillo del campo es donde hay ese deseo de los papas de orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas. El segundo referente fue la participación de los grupos juveniles de la parroquia de donde yo soy y el tercer referente fue sin duda el testimonio del Santo Padre Juan Pablo II de visita aquí en Colombia.
¿Por qué quiso hacerse sacerdote?
Quise ser sacerdote por varios motivos, el primer motivo que me inspiro fue el hecho de que el sacerdote puede ser de gran ayuda para el pueblo de Dios, el segundo motivo porque considero que hoy la Iglesia más que nunca está necesitada de ministros que puedan llevar la Palabra del Señor y ofrecer también al pueblo de Dios esa compañía espiritual que tanto necesita y suplica.
¿Cómo podría resumir sus 22 años de vida como sacerdote?
Mi sacerdocio lo podría resumir en tres momentos, el primer momento, sería un momento de mucho gozo, siempre que se inicia una vida ministerial se experimenta un gozo de Dios, las mismas energías de joven lo llenan a uno de entusiasmo y también llena de entusiasmo a mucha gente y entonces es entender que uno está viviendo una luna de miel con su sacerdocio y con su pueblo. Pensaría que un segundo momento podría estar acompañado de situaciones difíciles, a veces la misma obediencia a trabajos o a apostolados que uno nunca se imaginaba realizarlos logran que en ocasiones se decaiga en esa parte anímica, a veces cuando uno empieza a ver que la realidad cada día se torna más difícil, que en algún momento viene el cuestionamiento si valió la pena dejarlo todo por seguir al Señor, cuando uno ve que cada día el mundo está en desequilibrio, todas estas cosas me llevan a pensar que es un momento a veces de crisis y también de discernimiento. Y el tercer momento es precisamente este que estoy viviendo que lo llamaría un momento de madurez sacerdotal, de asumir a cabalidad el compromiso que el Señor me ha encomendado y que ahora experimento en una cierta paz, en una cierta tranquilidad. Creo que después de 22 años uno va notando que vale la pena entregarse plenamente en este servicio a la Iglesia, poniéndose siempre en manos de Dios y de la Virgen María.
¿Vale la pena ser sacerdote hoy?
Vale la pena ser sacerdote porque hoy más que nunca es cuando vemos que el mundo está tomando varios caminos y cuando uno está convencido de Jesús resucitado y opta por su camino y por su mensaje de vida y ve la necesidad de un pueblo que hoy está en crisis uno se da cuenta que la respuesta a esta crisis está en el evangelio de Jesucristo, el único que puede responder a la crisis del hombre de hoy es Jesús y de eso me siento convencido y por esta razón nos ha llamado a nosotros, para ser parte de esa solución.
¿Qué piensa usted del sacerdocio?
Pienso que el sacerdocio es una obra de Dios en una vasija de barro, por eso lo dice muy bien San Pablo, es un tesoro que llevamos en vasijas de barro y creo que así el Señor nos ha hecho ministros de su Iglesia para que asumamos de verdad una responsabilidad frente al mismo hombre que quiere ser redimido, es el Señor quien se vale de instrumentos que aunque acompañados también por pecados y fragilidades Él solamente nos pide que seamos esos canales de la misma gracia que Dios derrama en su pueblo, así defino yo el sacerdocio con un don de Dios y una bendición para la Iglesia.
¿Qué mensaje le daría a aquellos jóvenes que han pensado en ser sacerdotes?
Primero decirles que vale la pena entregarse al Servicio de la Iglesia, en segundo lugar que Jesucristo es el que lleva la batuta de nuestra vida, que hoy hay tantas cosas que enriquecen al hombre materialmente y que de pronto hoy muchos jóvenes anhelan ser unos grandes profesionales para ganar unas buenas cantidades de dinero, pero esto no lo es todo , pienso que el Sacerdocio es una gran riqueza que llena el corazón y que nadie la puede arrebatar, es ese amor que no tiene ningún precio, que tiene un valor incalculable y esto es lo que en realidad lo anima a uno dejarlo todo y seguir al Señor.
Ser parte de la tierra exige compromiso y sentido de pertenencia.
Por Nicolás Galeano
La tierra es, que sepamos, el único planeta del Sistema Solar en cual se desarrolla y se gesta la vida humana. Es en este lugar, donde nosotros, como seres humanos, reconocemos que tenemos un hogar que nos proporciona los medios indispensables para poder vivir, no en vano contamos con una gran riqueza de especies animales y vegetales, de ríos, paisajes y frutos que la misma tierra nos brinda para nuestro buen provecho. Es en este escenario donde podemos observar todas las maravillas que la tierra posee y que solo pueden ser atribuidas a aquel Creador, que un día, pensando en el bienestar del hombre quiso darle en herencia la tierra para que hiciera de ella su hogar, la cuidara, la dominara y de ella sacara frutos provechosos no solamente para el sino también para los suyos.
Ha sido aquí en la tierra, donde el hombre no solamente ha logrado adaptarse y vivir en ella con todo lo que lo rodea, si no que ha sido en este mismo lugar donde el ser humano ha tenido la oportunidad de realizar grandes investigaciones, aportes e invenciones que han ayudado a que se conozca a profundidad la manera en la cual está constituida la tierra y la marcha que esta misma lleva. Y aunque el hombre ha aportado de una u otra manera al buen funcionamiento del lugar en el cual vive, no es secreto para nadie que el hombre ha sido también, en más de una ocasión el autor principal de perturbar el buen funcionamiento de la tierra; en acciones tan simples como arrojar basura al piso y no en los lugares destinados para ello, en el uso de químicos o elementos nocivos que perjudican el medio ambiente y que dan lugar así a la contaminación, hasta en la manera en que se le da uso a varios lugares naturales como bosques, ecosistemas e incluso en el mismo trato que se les brinda a los animales, en fin, acciones que dicen mucho de nosotros como habitantes de la tierra.
Si consideramos la tierra como nuestro hogar debemos mostrar aprecio hacia ella, cuidar de ella, sacar buen provecho de ella, identificarnos con ella, siendo conscientes de que el buen uso que hoy hagamos de ella será la herencia que le brindaremos a las generaciones venideras, garantizando así un buen estilo de vida y una gran responsabilidad humana frente al gran hogar en el cual todos vivimos.
“Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos explicaba las escrituras?” Lc 24:32
Por Nicolás Galeano
Unos de los textos más apasionantes que nos muestra a Jesús como compañero de camino, es el de los discípulos de Emaús. Este compañero de camino sale al encuentro de dos hombres, que cabizbajos iban conversando acerca de la muerte de un hombre llamado Jesús de Nazaret. En su corazón, según lo narra el evangelista Lucas, se albergaban sentimientos de tristeza y confusión ya que ellos esperaban que aquel hombre que murió en la cruz iba a ser la esperanza y salvación de su pueblo, pero aquellas esperanzas se derrumbarían en el momento mismo de su muerte. Es aquí, en medio de la confusión y la tristeza donde Jesús, de manera amigable y cercana sale al encuentro de aquellos hombres para acompañarlos en su camino hacia Emaús, este camino hacia aquella aldea donde muy seguramente vivían estos dos hombres estuvo iluminado, sin que ellos lo supieran, por la presencia del Resucitado quien les explicó detalladamente porque el Hijo de Dios tenía que pasar por la cruz y resucitar así de entre los muertos, la manera en que Jesús les hablaba a estos caminantes logro encender sus corazones a tal punto de maravillarse de sus palabras, disipando así la tristeza y la confusión que hasta hace un momento los aquejaba. Este camino culminaría con el reconocimiento del Señor por parte de estos hombres al momento de la fracción del pan.
Esta es, precisamente la experiencia de la Pascua que la Iglesia nos invita a vivir durante estos días de alegría por la resurrección del Señor, somos conscientes que a diario experimentamos las falencias que como humanos no estamos exentos de vivir; dificultades, tristezas, angustias, desaciertos, que en ocasiones hacen que perdamos la fe y la confianza, es aquí donde debemos tomar aquel mismo camino que nos llevara a reconocer la presencia del Señor que quiere salir a nuestro encuentro, y que quizás al igual que a los peregrinos de Emaús, no hemos sabido reconocer aun a causa de estas situaciones que nos perturban y logran entorpecer nuestra confianza en el Señor.
Por esta razón la Pascua debe ser un camino de esperanza y de vida junto a Jesús resucitado, camino que quizás emprenderemos en medio de las dudas y en medio del trajín de cada día, pero que nos irá conectando poco a poco, a lo largo de su trayectoria, con el mismo Jesús quien ira disipando estas incertidumbres y confusiones en el momento en que seamos capaces de escucharle y de permitirle que camine junto a nosotros. Tal vez nuestros muchos afanes harán que nuestros ojos se cierren ante la presencia del Señor y quizá nuestra pascua pueda convertirse en un momento o festividad más y tal vez de ella no saquemos ningún fruto, por el contrario, la pascua, debe ser un tiempo en el cual nos lleve a reconocer que Jesús está presente en medio de nosotros como alimento que alienta y fortalece nuestro arduo caminar que tiene como cumbre la esperanza y la vida, esperanza porque sabemos que a nuestro lado va aquel mismo acompañante de Emaús quien fue desdibujando de los rostros de estos hombres la tristeza y la confusión y que mientras les hablaba los iba llenando de esperanza y seguridad. Y de vida porque aquel hombre que los acompañaba por aquel camino había vencido la muerte y además los iba cautivando con sus palabras de vida que transmitían alegría y serenidad a tal punto de encender su corazón con la llama de la certeza y la confianza.
Fracaso, muerte, enfermedad, soledad, violencia, son algunas de las realidades que causan miedo en las personas.
Por Nicolás Galeano
El ser humano alberga dentro de sí un gran número de sentimientos que lo llevan a expresar su alegría, su inconformidad, su tristeza, su dolor, en fin, sentimientos que van surgiendo conforme se va desarrollando su ciclo de vida y que lo han llevado en muchas ocasiones a sentirse orgulloso, emprendedor, realizado, pero a la vez frágil, inseguro e indispensable.
No hay duda de que uno de los estados más dramáticos para el ser humano es el del miedo, el cual ha estado presente en el desarrollo de su historia y ha sido en más de una ocasión el autor de múltiples fracasos, desaciertos, dudas e inseguridades, de injusticias y en casos aún más extremos, de muerte.
Todos, como humanos, hemos experimentado en ciertos momentos de nuestra vida el encuentro con el miedo, desde sus presentaciones más simples, que más de una vez ha podido generar inseguridad o falta de confianza, hasta sus representaciones más adversas, como son el fracaso, la muerte, la soledad o incluso el miedo hacia otras personas. Es impactante ver como en muchas ocasiones el miedo es capaz de doblegar o impedir ciertas metas o proyectos que albergamos dentro de nosotros mismos, miedo que ciega nuestras capacidades y cualidades y que entorpece nuestros objetivos establecidos.
No es ajeno a cada uno de nosotros que el miedo es un factor que ha logrado no solamente alterar, en ocasiones, nuestro propio proyecto de vida, sino que también ha logrado alterar la buena marcha de la sociedad, y es que éste ha sido inserto en nuestro espacio habitual de convivencia por nosotros mismos, basta solo con ver a diario los múltiples episodios de inseguridad, de discriminación, de guerras, de muertes injustas y sin justificar, que han sembrado en muchos no solo miedo, sino desolación y dolor.
Es por ello que en nuestra sociedad debe resonar las palabras del Papa Francisco que en más de una ocasión nos ha invitado a hacer frente al miedo con las armas de la alegría, de la bondad y de la misericordia, armas que nos ayudan a recobrar la confianza y la seguridad tanto en nosotros mismos como en los otros. Sólo estos instrumentos nos ayudarán a ir apartando de nosotros aquellos miedos que nos impiden realizar nuestras metas, acercarnos a los otros, tomar decisiones radicales para cada una de nuestras vidas, ver el futuro con esperanza y claridad, para comprometernos cada vez más a ser personas capaces de abandonar aquellas inseguridades que hay en cada uno de nosotros y a llevarnos a descubrir las enormes capacidades, cualidades y riquezas que poseemos y que nos ayudarán no solo a ser cada día mejores sino que de esta manera nos iremos convirtiendo poco a poco en instrumentos y signos de certeza y seguridad y no de miedo y desconfianza.
Pecado no es necesariamente la mancha que muchos creen ver. Sólo la mirada de Dios puede determinar si aquello que se juzga pecado verdaderamente lo es.
Por Rubén Gil
Pecado es una palabra que causa conmoción en muchos creyentes. Hay quienes creen que todo aquello que no es de su gusto o aprobación es un pecado. El catecismo de la iglesia católica define el pecado como “una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana”.
Según la anterior definición queda claro que el pecado es una ofensa directa a Dios con repercusión perjudicial en el prójimo. La pregunta que habría que responder ahora es ¿todo actuar que se considera molesto o desagradable en la persona misma o en el prójimo es un pecado para Dios?
Jesús responde a esta pregunta cuando en la parábola del hijo prodigo presenta a Dios como el padre de la misericordia. El catecismo señala también que “en la pasión, la misericordia de Cristo vence el pecado”. Es decir, Dios no es el vigilante justiciero que está atento para señalar las faltas de los hombres, lo que si sucede en muchos creyentes que juzgan todo actuar desagradable como un verdadero pecado. Más aún, lo que se pasa por alto es aquello que señala la biblia en el primer libro de Samuel, capítulo 16, versículo 7: “el hombre ve las apariencias externas pero Dios ve directamente el corazón”. Sin embargo, hay faltas que la iglesia reconoce como pecado y por tal motivo invita a los creyentes para que se acerquen al sacramento de la reconciliación con Dios. Por ejemplo, a modo general todo acto que viola los mandamientos de la ley de Dios es considerado por la iglesia como un pecado. De igual manera San Pablo detalla a modo específico algunos actos que se pueden considerar pecados. Por ejemplo en la carta a los Gálatas, capítulo 5, dice que “fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes” son considerados pecados ante los ojos de Dios. Y haciendo un repaso minucioso de la biblia se podrían encontrar cientos de actos que se consideran pecados. Pero no por ello todo lo que ve el ojo del hombre y que aparece dentro de la lista de pecados es necesariamente un pecado.
Una persona que mata a otra se le podría juzgar rápidamente como un pecador. Pero finalmente el único que puede juzgar si es pecado o no es Dios. Puesto que puede suceder que lo haya matado por accidente tratando de defender su propia vida.
En fin, hay personas que se llenan de escrúpulos y suelen caer en un fanatismo religioso. Suelen calificar todo acto que les parece desagradable como pecado. Pero se olvidan que Jesús dijo: “no juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados, perdonen y serán perdonados”. (San Lucas, cap. 6, vers. 37). El pecado por tanto no consiste en el parecer de cada persona sino en la intención de ofender a Dios y sólo puede ser juzgado como pecado por el mismo Dios.
Cada vez es más conocida la devoción a Nuestra Señora de Knotenlöserin, en español “que desata los nudos”.
Por Andrés Felipe Lasso
La devoción a la Virgen en la advocación de Nuestra Señora Desatanudos (Knotenlöserin, en alemán) se ha venido propagando hace algunos años; en parte porque se conoce que el Papa Francisco tiene una firme relación con ella desde sus épocas de estudiante jesuita en Alemania, pero también porque ha sido adoptada como intercesora en los casos difíciles, reparadora de hogares y matrimonios en crisis.
Cabe aclarar que La Virgen María es solo una, la madre de Jesús, la elegida de Dios, pero su presencia es relacionada con diversidad de advocaciones que traen consigo un mensaje de esperanza para cada situación. Siendo Mayo el mes de maría el periódico EL CAMPESINO, quiere contarle algunas cosas acerca de la Virgen desatanudos.
Historia de la devoción
A principios del Siglo XVII, cerca de la ciudad de Augsburgo, hoy territorio Alemán, residía el padre Jakob Rem, conocido por su amor y pasión mariana; el cuál era frecuentemente visitado por todo tipo de personas para recibir de él la confesión, consejos o solamente pedirle oración. Un día llego hasta su recinto Wolfgang Langenmantel y su esposa Sofía, matrimonio que pasaba por un momento de crisis, a tal punto de la separación. El padre después de oírlos, aconsejarlos y despedirlos, empieza a rezar a la virgen maría por esta pareja y a desatar los pequeños nuditos de una opaca cinta matrimonial (antes usada para atar a la pareja que contraía matrimonio como signo de vínculo mutuo) que inexplicablemente tomo un color plateado brillante. Parece que este fenómeno fue la señal de que las cosas iban a mejorar; y así fue porque este matrimonio logró superar las dificultades que lo estancaban para así florecer en el amor cristiano y de familia.
En acción de gracias el Padre Hieronymus Ambrosius Langenmantel¸ familiar de estos esposos encarga una pintura al artista Johann Melchior Georg Schmittdner que se titula “Nuestra señora desatanudos” la cual no está relacionada a una aparición de la Virgen pero sí a una frase de San Irineo de finales del siglo II «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María»
La pintura
La pintura de “Nuestra Señora desatanudos” hoy sigue en la iglesia de San Pedro am Perlach en Augsburgo, donde inicialmente fue puesta y representa a la Inmaculada Concepción, iluminada por el Espíritu Santo, desatando los nudos de una cinta, quizá de matrimonio; a sus dos lados dos ángeles, el izquierdo ofreciéndole la cinta atada y el derecho sosteniendo la cinta desatada; a sus pies se encuentra la serpiente que bíblicamente representa el pecado; más abajo ilustra, en un escenario terrenal, unos hombres caminando por sendas oscuras que van aclarándose a medida que la Virgen desata los nudos. Es una hermosa expresión de María desatando a los hombres del pecado y las dificultades.
La relación de Francisco con la devoción a “Nuestra Señora Desatanudos”
Por los años 80 cuando el hoy Papa Francisco era apenas un joven sacerdote jesuita con menos de 10 años de ordenado, viajó a Alemania para realizar estudios de teología; a su vuelta y fascinado con la historia de esta devoción, trajo consigo unas laminitas con la imagen de La Virgen desatanudos; siendo el primero en traerla a la Argentina y posiblemente al continente Americano. Después ya siendo Arzobispo de Buenos Aires, el mismo encargó una pintura de mayor tamaño, para un templo de su diócesis, llamado San José de Talar; conocido actualmente como Santuario de Nuestra Señora que desata los nudos.
“Dios, que derrocha su gracia para sus hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros pecados para que ella se los acerque a su hijo Jesús”.
Cardenal Jorge Mario Bergoglio, 8 de diciembre de 2011, al presidir la Eucaristía ante esta advocación.
Cada vez se populariza entre el pueblo cristiano esta devoción; muchas familias, enfermos, y fieles que atraviesan por situaciones de dificultad hoy se aferran a la intercesión de La Virgen María, en la advocación de “Nuestra Señora Desatanudos”.
Ángel Torres, líder de la Asociación Campesina Ambiental de Lozada Guayabero y miembro de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, Anzorc, habló en entrevista con ElCampesino.co sobre la decisión de suspender las aspersiones con Glifosato, sobre las consecuencias de la lucha antidrogas y la propuesta para solucionar el problema.
Por: Katherine Vega
-¿Cómo les parece la decisión tomada por el Consejo Nacional de Estupefacientes con respecto a la suspensión del Glifosato?
Para nosotros es buena la noticia pero hubiera sido mejor que se aplicara desde ya. Pero igual, es un avance. Esperamos que el gobierno se prepare para reparar los daños que le ha causado a todos los compañeros campesinos en las regiones; que se reparen todos, desde los ambientales, los de los cultivos, y los físicos que han afectado a las comunidades; inclusive, las muertes que ha habido por las fumigaciones.
Se debe hacer así como hicieron en Ecuador, donde le dieron una indemnización de 15 millones de dólares al agricultor por haber fumigado con Glifosato. Entonces, esperamos que el gobierno se prepare porque van a haber muchas demandas.
-¿Qué medidas se deberían tomar de ahora en adelante para la lucha antidrogas?
Realmente hay una política impuesta desde el gobierno norteamericano a nuestro país sobre el tema de la lucha antidrogas. Lo que se debe hacer es cambiar esa política que hay. Es que nosotros, colombianos, campesinos, tenemos propuestas claras para resolver esta problemática y las hemos presentado ante el Gobierno.
Lo que le hemos dicho al Estado es que hay que cambiar toda la política para acabar con los cultivos mal llamados ilícitos. Además, hay que acabar también con la erradicación manual, que es otra violación a los derechos campesinos y a los derechos humanos
-¿Cómo sería el cambio a esa política, qué camino se debería tomar?
Nosotros necesitamos es apoyo en proyectos productivos, pero hay que tener todo en la cabeza: tanto el proyecto productivo como la comercialización. No es simplemente hacer un proyecto y dejarlo a medias.
No se debe dejar el campesino solo, se debe ir cambiando gradualmente porque hay gente que no sabe hacer otra cosa. Hay familias que ya tienen toda una tradición desde hace más de 30 años y no saben más que cultivar eso. Y llegarle de noche a la mañana a decirle: “no, es que usted tiene que sembrar – por ejemplo-, flores”. ¡¿Eso sí genera lo necesario para lo que yo requiero?!
Las cosas que nosotros estamos planteando tienen que ver con transformaciones. Hay gente que ha ido cambiado, ya hacen galletas, y tiene usos medicinales. Lo que el Gobierno tiene que recordar es que hay mucha gente que ya lo hace por cultura.
-¿Por qué la erradicación manual va en contra de los derechos humanos?
Es arrancarle las matas que le están generando ingresos a una familia para sobrevivir. Estamos hablando de que les arrancan las matas y no les dan nada.
Van y les acaban con los otros cultivos que tienen de pancoger y en muchas ocasiones hemos visto que les queman las casas a los campesinos. Además, se les llevan las cositas que tienen: la motosierra, el machete, inclusive hasta la loza se les han llevado.
Fuera de eso viene toda una presión militar. Montan todo un operativo alrededor, donde va la Policía y el Ejército y sobrevuelan helicópteros solo para ir a erradicar dos o tres hectáreas de coca.
Lo que les advertimos es que hay que darle un proyecto productivo a estas personas porque, ¿qué hacen las personas cuando les arrancan el cultivo si es lo que les está generando unos ingresos para sobrevivir? Les toca desplazarse para otro lado a vivir de ¿qué?
Eso es lo que nosotros hemos visto en muchas ocasiones, por ejemplo en Puerto Rico Meta, Vista Hermosa, donde han llegado cientos de campesinos desplazados y son los que están ahora en los semáforos. Venden por ahí dulces y sus hijos no tienen una educación digna. Mejor dicho, terminan en la calle. Eso no es una solución, eso es un atropello.
–¿Qué hacer con el uso del Glifosato en cultivos lícitos?
Pues se deben hacer unos proyectos en donde la gente comience a entender que no se debe utilizar, hacer por ejemplo, unas capacitaciones. Pero es que una cosa es el uso en pequeñas cantidades y otra cuando se lanza ese veneno en grandes cantidades, eso contamina el agua, mata el bosque que esté alrededor y afecta a toda la comunidad.
Nosotros somos claros que todavía algunos campesinos lo usan como herbicida, pero para eso ya toca hacer un trabajo y decirle al campesino que no lo use más. Inclusive desde la organización de Zonas de Reserva Campesina, estamos trabajando en avanzar en la red agroecológica para que los campesinos no usen más esos herbicidas sino que comencemos a utilizar otras cosas.
La Federación Nacional de Arroceros tiene un convenio con la Corporación Jabes para impulsar la incorporación laboral de las personas con discapacidad.
Por: Katherine Vega
Desde el año 2009, la Federación Nacional de Arroceros y Jabes tienen un convenio para ayudar a las personas en condición de discapacidad a incorporarse en la vida laboral.
Actualmente Fedearroz cuenta con 13 personas que han demostrado su compromiso y responsabilidad frente al trabajo.
“Esto es parte de la responsabilidad social de la Federación, como empresa, nosotros hemos hecho un convenio con una fundación especializada en jóvenes con discapacidad y los preparamos en el desempeño en algunas funciones, como por ejemplo, en la sección de archivo y correspondencia”, le dijo Rafael Hernández, gerente de Fedearroz a Infoagro.
Los jóvenes, son auxiliares administrativos, título otorgado por la Corporación Jabes, pero también tienen carreras técnicas por parte del Sena, en logística y eventos empresariales.