miércoles, julio 16, 2025
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Alegría en Caquetá por elevación a Diócesis del Vicariato de San Vicente del Caguán

Hoy los sanvicentunos se sienten orgullosos por la elevación del Vicariato Apostólico a Diócesis, la cual fue designada por el Papa Francisco, jefe de la iglesia católica, el pasado 30 de marzo. Este acontecimiento ocurrió en el mes de agosto, gracias al arduo trabajo de 34 años por el Piedemonte Amazónico que ha guiado a los cristianos de Puerto Rico, San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá y comunidades rurales que se encuentran entre los límites de Caquetá y Guaviare.

La naciente Diócesis cuenta hasta el momento con catorce parroquias y una comunidad de once mil personas; gracias a este nuevo nombramiento, hoy tienen la posibilidad de crear más iglesias en las comunidades rurales y urbanas; de esta manera, pueden seguir trabajando como se ha hecho desde finales del siglo XIX con la llegada de los capuchinos, el primer grupo de misioneros evangelizador en territorio caqueteño.

El Nuncio Apostólico de Colombia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, fue el elegido por el Papa Francisco para llevar a cabo la elevación y el ritual de posesión de Monseñor Francisco Múnera Correa como Obispo Diocesano, un hombre querido por la gente gracias a su entrega por el desarrollo espiritual y económico de las comunidades, que trabaja por la educación de los jóvenes y vela por un departamento que lo ha acogido desde siempre.

Centenares de personas unidas desde la fe

El recibimiento del Nuncio contó con la participación de las bandas marciales de las instituciones educativas de San Vicente del Caguán, la presentación del baile típico El Yaríseño y la entrega de la llave del municipio a Monseñor Luis Mariano Montemayor. Un evento al cual llegaron padres de iglesias departamentales y nacionales a celebrar un hecho trascendental para la iglesia católica en Colombia; del mismo modo, la presencia de centenares de personas que con alegría celebraron junto a Monseñor Francisco Múnera su posesión como Obispo Diocesano.

“Este cambio es muy importante para nuestra región, después de 34 años de trabajo que inició en San Vicente y Puerto Leguízamo el 9 de diciembre de 1985, hoy el Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán se eleva a Diócesis, es decir, a iglesia particular, plena, madura; con un buen grado de capacidad de sostenimiento, con sacerdotes propios, con laicos formados y capacidad de sostener económicamente toda la tarea evangelizadora”, dice Monseñor Francisco Múnera, Obispo Diocesano de San Vicente del Caguán.

Para el Nuncio, ver el crecimiento de la iglesia en un territorio que ha sido afectado durante años por el conflicto armado, es una grata noticia, porque existe una apuesta por la paz desde todas las comunidades del departamento del Caquetá.

“Mi gran mensaje es que es un gran recorrido, un momento de dar gracias y reconocer el trabajo de las generaciones anteriores y de tomar conciencia de nuestra responsabilidad. Hoy se tiene una nueva visión de la Amazonía y un trabajo por la paz en un territorio que ha tenido presencia de las FARC”, dijo Monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico de Colombia.

Al finalizar el evento se invitó a todos los feligreses a que estén presentes el próximo 16 de septiembre de 2019, fecha en la que la Diócesis de Florencia se elevará a Arquidiócesis bajo el mandato del obispo Omar Mejía Giraldo.

 Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.

25 años de entrega al servicio de la educación del campesinado caqueteño

Diferentes generaciones han pasado por La Ciudadela Amazónica Don Bosco, una institución que nació en 1994 para brindar educación al campo caqueteño. Sus inicios empezaron como un instituto de bachillerato de campesinos del departamento, y desde 2014, se convirtió en un centro educativo que forma jóvenes campesinos en técnico laboral en agropecuaria y transformación de alimentos, siendo así un instituto técnico para el trabajo. 

Desde 1994 cada paso alcanzado se dio gracias a los padres salesianos del Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán, hoy Diócesis, especialmente de Carlos Julio Aponte, quien trabajó hasta el año 2012. Luego la rectoría de La Ciudadela pasa a manos de la hermana Blanca Rubiela Orozco, misionera de La Consolata, una mujer que se ha destacado por su dedicación diaria de mantener el bienestar de los estudiantes. 

Una celebración inolvidable para las bodas de plata de La Ciudadela

El regalo de los 25 años de La Ciudadela fue la inauguración de su primer auditorio, un gran espacio lleno de luz que acogió a todos los invitados que se unían en esta especial celebración. El proyecto del auditorio fue un hecho gracias al Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, la Conferencia Episcopal Italiana – CEI, la Agencia Alemana de Cooperación Internacional – GIZ, Fundación Bolívar Davivienda, la Alcaldía y la Diócesis de San Vicente del Caguán, Acción Cultural Popular – ACPO y CorpoManigua.

Foto por: Fernando Losada. El Campesino.

En el acto de celebración el alcalde de San Vicente del Caguán, el ingeniero Humberto Sánchez, condecoró a la hermana Rubiela Orozco por su trabajo de ocho años, el cual ha permitido el crecimiento notorio de La Ciudadela. Hoy la hermana Rubiela tiene el sueño que la Ciudadela se convierta en la universidad del campo. 

“La Ciudadela es un sueño y yo pienso que los paisas soñamos y seguimos soñando, y yo desde que llegué a este hermoso proyecto de San Vicente del Caguán lo asumí como algo verdaderamente especial. El anhelo más grande que hay en mi corazón, es que esta sea la universidad del campo, con carreras de formación de docentes para el campo, para el cuidado ecológico de nuestra casa común. Yo sé que vamos a encontrar la manera que este sueño se haga realidad”, dice la hermana Rubiela Orozco, rectora de La Ciudadela. 

Foto por: Fernando Losada. El Campesino.

Para Lina Sánchez, estudiante de 18 años de La Ciudadela, La Ciudadela representa esperanza para la educación de los jóvenes rurales y se siente orgullosa de haber obtenido una beca y estar allí. 

“Yo empecé a estudiar en julio y ha sido realmente una experiencia maravillosa, ser parte de la educación laboral e integral en La Ciudadela. Los jóvenes tenemos retos en la vida y necesitamos prepararnos para salir adelante y construir un proyecto de vida donde podamos cumplir nuestros sueños” dice Lina Paola Sánchez, estudiante de la Ciudadela. 

En el evento también se realizó la entrega de la revista de los 25 años de La Ciudadela, la cual recopila todo el trabajo realizado tanto por la institución, como de las entidades aliadas en el departamento del Caquetá; un ejemplar que fue compartido con todos los invitados a esta valiosa celebración. 

Foto por: Fernando Losada. El Campesino.

Más becas, más historias de vida felices en el futuro de La Ciudadela

Los estudiantes que ingresan a La Ciudadela lo logran a través de una beca que cubre todos los gastos de alimentación, estadía, transportes y una educación de calidad; cada beca equivale a un valor de diez millones de pesos por un año. Estás son entregadas a los jóvenes rurales que anhelan estudiar y se encuentran en zonas remotas del departamento.

Cada beca ha sido financiada por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea con su proyecto Amazonía Joven, la Conferencia Episcopal Italiana, la Agencia Alemana de Cooperación Internacional – GIZ y apoyadas por la Diócesis de San Vicente del Caguán, Fundación Bolívar Davivienda, CorpoManigua y Acción Cultural Popular – ACPO. 

Próximamente, se dará bienvenida a 15 mujeres en proceso de reincorporacion que hoy le apuestan al emprendimiento y a la educación, serán ellas quienes hagan crecer la familia de la Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco y las futuras generaciones de graduados. Por otro lado, la hermana Rubiela Orozco, invita a todas las organizaciones y empresas a ser parte del sueño de cientos de jóvenes rurales del Caquetá a través del acceso a una educación de calidad, brindada desde una beca. 

Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.

 

Opinión: El riesgo de haber nacido como indígena en Colombia

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Los datos del Censo de 2018 sobre el número de indígenas existentes en Colombia, aún no aparecen en la página web del Dane y están siendo analizados por un comité que los anunciará próximamente. (p. 53 de la tercera entrega del DANE) https://www.dane.gov.co/files/censo2018/informacion-tecnica/cnpv-2018-presentacion-3ra-entrega.pdf

Por eso es necesario citar aquí los datos del censo de 2005 según los cuales, para ese año, la población indígena era superior a 1.300.000 habitantes, más del 3% de la población total del país. En Colombia hay 87 comunidades indígenas reconocidas y se hablan 64 lenguas amerindias y una diversidad de dialectos agrupados en 13 familias lingüísticas. La mayor parte de esta población habita en el área rural colombiana (78%).

A pesar de ser dueños ancestrales del territorio; a pesar de que sus raíces están aquí desde antes de la llegada de los conquistadores, de los colonizadores y de los usurpadores de sus tierras; a pesar de que su lengua, sus costumbres y sus valores han persistido, los indígenas colombianos sufren hoy de una violencia despiadada que los está minando, desplazando y convirtiendo en víctimas que pagan con su vida o su tierra para poder sobrevivir. Desde cuando los “blancos” pusieron pie en este continente, pasaron a ser los rezagados de los beneficios de la sociedad, la cultura, y la paz, todo por la fuerza de las armas.

El informe “Indígenas, bajo fuego” de la Revista Semana, edición No. 1947 del domingo 25 de agosto de 2019 en la Sección Nación, presenta una cruda realidad con cifras alarmantes.

(cfr. https://www.semana.com/nacion/articulo/crisis-humanitaria-lideres-indigenas-amenazados-por-la-violencia/629138)

En la publicación se describen con fechas y cifras las amenazas que han recibido comunidades indígenas en todo el territorio nacional: los zenúes en Córdoba y en el norte del país, los del Cauca y de la costa Pacífica y los de los territorios que son corredor y ruta de ilegales, por parte de la agrupación “Mano Negra”. Aunque, como dice la revista, es muy difícil identificar quiénes integran la “mano negra”, para los líderes indígenas y pobladores de las zonas, estas amenazas pretenden obligarlos a abandonar las tierras que han recuperado. (Cfr. El testimonio de Ferney Hernández, cacique zenú en Sampués en la publicación citada).

Afirma también la publicación que “desde la firma de los acuerdos de paz en noviembre de 2016, en todo el país, la mayoría de los resguardos han sufrido amenazas, desplazamiento forzado, confinamientos o asesinatos, abusos sexuales o torturas de algunos de sus miembros”. Para Luis Fernando Arias, indígena kankuamo y consejero mayor de la Organización Nacional Indígena (Onic) y uno de los líderes indígenas del Cauca que dan testimonio en el artículo, la firma de los acuerdos con las Farc, desató una oleada de violencia contra ellos, en vez de traerles paz, puesto que en la nueva lógica del conflicto, ellos son un estorbo para los grupos ilegales. Ante la escasa presencia de instituciones del Estado en los territorios controlados antes por las Farc, otros grupos delincuenciales tomaron posesión. Ahora están presentes allí las disidencias de las Farc, grupos de narcotraficantes y explotadores de minería ilegal, nuevos o viejos grupos paramilitares, el ELN y delincuentes comunes que pretenden los territorios indígenas antiguos o recientemente recuperados.

Los indígenas viven en zonas donde la presencia de las entidades del Estado es escasa o inexistente,  donde están los sembrados de cultivos ilícitos, donde se encuentran las minas ilegales y se explotan ilegalmente los bosques y donde los grupos armados ilegales podrían campear a sus anchas, de no ser porque allí viven los indígenas. Por eso son blanco de sus amenazas y de sus ataques, como víctimas del nuevo desplazamiento y de la lucha por la tierra. Como lo expresó la Ministra del Interior y como lo cita la revista Semana, es el narcotráfico y la disputa por el control territorial la causa fundamental de esta dolorosa e inaceptable situación.

Ante todos estos hechos, es necesario que el país haga realidad lo que piden las Naciones Unidas en el artículo 17 de su reciente Declaración sobre los Derechos de los campesinos (2019). Citamos aquí algunos apartes.

  1. Los campesinos y otras personas que viven en zonas rurales tienen derecho a la tierra, individual o colectivamente, (…) a utilizarlos a gestionarlos de manera sostenible para alcanzar un nivel de vida adecuado, tener un lugar en el que vivir con seguridad (…)
  2. (…) Los Estados protegerán la tenencia legítima y velarán por que los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales no sean desalojados de forma arbitraria o ilegal (…)
  3. Los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales tienen derecho a estar protegidos contra todo desplazamiento arbitrario e ilegal que los aleje de su tierra, de su lugar de residencia habitual o de otros recursos naturales (…) Los Estados prohibirán los desalojos forzosos arbitrarios e ilegales, (…) como medida punitiva o como medio o método de guerra.

Las denuncias son conocidas y están documentadas. El sufrimiento de los indígenas es inenarrable y merece toda la atención de las autoridades. Ellos quieren estar al margen del conflicto y vivir en paz. Precisamente porque son marginados entre los marginados, pobres entre los más pobres, merecen el apoyo y la protección del Estado y nuestro respeto a su vida y a su territorio, lo único que les queda a quienes todo lo tuvieron para vivir con esperanza en este país.

Por: Bernardo Nieto Sotomayor.

En canoa y a caballo Edgar viaja para vender sus productos y cumplir sus sueños

Primero yo agarro la línea de CootransCaguán que me lleva a Campohermoso y luego llega uno ahí a Puerto Betania (Caquetá). Yo me voy en la línea de las nueve. A Puerto Betania voy llegando once, once y media y luego me voy río abajo y me quedo en La Lechera que es donde vive mi compañero de La Ciudadela, de ahí pa´ bajo son como diez minutos en canoa. Entonces, como el hermano de mi compañero tiene canoa, él va y me deja allá. En el mismo día llego a mi casa; si me voy por Cartagena del Chairá sería más caro el pasaje y no llegaría el mismo día.

Edgar Guaca tiene 21 años y es de la vereda La Reforma que hace parte del municipio de Cartagena del Chairá en el departamento del Caquetá, se integró desde el mes de febrero a La Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco en San Vicente dl Caguán gracias a la obtención de una beca a través del Vicariato Apostólico del municipio, uno de los ejecutores del proyecto Amazonía Joven.

Me enteré por un compañero con quien terminé bachillerato, él estudió el año pasado en La Ciudadela, me comentó y me pareció muy buena la idea; todo el tema del campo me llama la atención, la agronomía y más que todo la transformación de alimentos. Mi compañero me mandó número de secretaría, yo llamé, y entonces me dijeron que fuera. Yo me presenté el año pasado, me hicieron la entrevista y me evaluaron los primeros quince días para ver si servía o no servía. Aquí son dos semanas de estudio y dos semanas para estar en la casa, ya esta salimos y volvemos a principios de septiembre.

Foto por: Edgar Guaca.

Las maestras de La Ciudadela destacan la labor de Edgar, puesto que en los primeros 15 días de desarrollo del curso de transformación de alimentos, era uno de los estudiantes que estaba atento a cada uno de los pasos y expresaba sus dudas frente a las técnicas y el tiempo de cocción.

Estábamos en cosecha de lo que es el arazá y la guayaba, entonces, en La ciudadela vimos, así como la teoría para el manejo de alimentos y luego la práctica. Con el compañero que estoy me dijo como “mire hermano que en la casa hay arazá y que tales”, yo le dije pues camine recogemos, hacemos mermelada y vendemos que es fácil de hacer. En ese trimestre hablamos con la ingeniera que es nuestra profesora y yo le pregunté ¿usted de donde compra las bolsas? Y me contestó que en Florencia. Le dije profe será que usted me puede colaborar para que me hiciera el favor y me comprara unitas y nosotros se las pagamos a usted. Ella dijo que sí, que cuantas. Le pedimos 30 bolsitas como para empezar y le contamos que yo quería hacer mermelada en la finca para venderles a los vecinos de la vereda y darme a conocer.

En La Ciudadela hice mi primera mermelada y la profe nos decía son tantas libras de azúcar, tantas de pulpa, a una temperatura de 80 o 90 y se revuelve hasta que ella va dando punto. Me quedó bien hecha y la empacamos. Luego me dijeron “Edgar revuelquela usted que tiene como buena mano”. También hicimos arequipe y quedó bueno. En esa semana que salimos, la profe nos trajo las bolsitas y cuando llegué a la finca me puse hacer. La gente se sorprendía por ser mermelada de arazá, decían que, si no quedaba ácida, ¡ah! pero cuando la probaron les gustó mucho, que cómo se hacía, que cuando les iba a enseñar la fórmula.

Mi mamá me apoyó y me compró el azúcar, mi papá me ayuda también con todo el proceso. La meta mía, confiando en Dios, es el otro año montar mi empresa con lácteos, frutas, gallinas ponedoras y cerdos si se puede ahí en la vereda, tener mi propia granja.

Edgar quiere llevar su emprendimiento a lo más alto, por eso en cada viaje de la vereda a las cabeceras municipales aprovecha todo su tiempo para ir avanzando en su negocio.

Bajé al pueblo y fui a donde me podían hacer la etiqueta, le dije que era para mermelada de arazá y guayaba, una mermelada bien bonita, 100% natural, me dijo listo, nos sentamos y me la ayudaron hacer. Ya con la etiqueta me fui hacer más mermelada, la empaqué ya con etiqueta y todo, y gracias a Dios vendí todas las bolsas. También una vez hice bocadillo para ir probando con otras cosas, pero lo dejé mucho tiempo y me quedó como caramelo, pero uno ahí va probando y ya luego sale mejor.

Foto por: Edgar Guaca.

Hoy Edgar da cada paso con el fin de implementar su negocio, primero fue conseguir los insumos, luego elaborar su propia marca y hoy trabaja por terminar su proceso educativo en el técnico laboral en agropecuaria y transformación de alimentos; pero como dice él, siempre con la frente en alto y orgulloso de ser campesino.

Me siento orgulloso de mi vereda, no me da pena, ni vergüenza de ser campesino; si me molestan por ser campesino yo les digo ¿a usted le gusta la leche? Entonces digo gracias y ya.

Yo vivo en el caserío de La Reforma que son diez casitas al lado del río, ahí mismo está una carretera que conduce a las fincas, a la escuela, el centro de salud. Los atardeceres son bonitos, bacanos. Es chevere estar en casa, por eso quiero tener mi tierrita para cultivar y tener mi granja, para emprender desde la tierra de uno, así como el curso de liderazgo y del proyecto de vida en el campo nos enseñó, de querer lo propio, de todo lo que se puede hacer si uno lo quiere, entonces es una enseñanza y una motivación más de trabajar por de donde es uno.

Edgar es un joven que sueña con poder estudiar agronomía; cree en su departamento. En este momento se esfuerza por sacar adelante su trabajo de grado que es una parcela con cultivo de Sacha inchi, en noviembre será su graduación como técnico. Él es integrante del proyecto Amazonía Joven, el cual es financiado por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, apoyado por la Fundación Bolívar Davivienda y llevado a cabo por CorpoManigua, Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán y Acción Cultural Popular – ACPO.

Foto por: El Campesino.

El Fondo Europeo para la paz que apoya a estos jóvenes, fue creado en diciembre de 2016 y es un mecanismo de la cooperación al desarrollo de la Unión Europea. Este fondo tiene entre sus objetivos principales apoyar a Colombia en el desarrollo integral de las zonas afectadas por el conflicto y apoyar la reincorporación social y económica de los excombatientes en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz. El Fondo cuenta 120 millones de euros (más de 345 mil millones de pesos) para apoyar el progreso de proyectos de paz y reconciliación comunitaria en 51 municipios de Colombia.

Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista

Nueva media para mitigar crisis de arroceros en el Llano

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En la ultima sesión del Consejo Nacional del Arroz, el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia Pinzón, informó que se adicionaron $9.500 millones el Incentivo de Almacenamiento de Arroz para los Llanos Orientales, con lo cual se completan $20.500 millones en 2019.

Por otra parte, MinAgricultura, manifestó que esta decisión fue consensuada con todos los núcleos arroceros, teniendo en cuenta la coyuntura que atraviesa la región de Los Llanos Orientales y que impacta a toda la dinámica nacional del sector arrocero.

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La decisión se tomó en el Consejo Nacional del Arroz, en el que participan productores, gremios e industriales, la cual busca garantizar la estabilidad del precio, informó el jefe de la cartera agropecuaria.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, el y Ministerio de Agricultura, durante el primer semestre de este año se sembraron 353.000 hectáreas y el país cuenta con inventarios de 217.000 toneladas de arroz paddy seco (cifras 31 de julio).

El Ministro de Agricultura informo que pagará mensualmente, a razón de $29.000 por cada tonelada de arroz paddy seco o su equivalente en arroz integral o arroz blanco, cosechado en el segundo semestre del año, en los departamentos de Arauca, Meta, Casanare, Vichada, Guaviare y el municipio de Paratebueno en Cundinamarca y con ello mitigar los efectos que pudieran tener los agricultores de la zona.

Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Campesinos de Mongua, Boyacá, cuidan los páramos con proyectos sostenibles

En Mongua, Boyacá, están viviendo una nueva experiencia de desarrollo comunitario en la que 52 familias asociadas han hecho un proceso de transformación de la agricultura, consiguiendo hasta la fecha que 40% de sus asociados tengan huertas biodiversas con más de 70 especies alimenticias diferentes por finca.

En ello se han incorporado diversas técnicas y estrategias para cosecha y uso eficiente del agua, además de alternativas de producción que permitan sostener una seguridad alimentaria de la mano de la biodiversidad, quedando excedentes para el sostenimiento de un mercado orgánico campesino.

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El rescate de las semillas nativas

Hace 30 años las hermanas María de los Ángeles y Teofila se radicaron en el centro de Mongua, después de adecuar una parcela para su propia alimentación, se dieron a la tarea de recuperar las semillas de sus antepasados como la lenteja, quinua, frijol, maíz, ruba, ibia, nabo y papa es lo que germina del suelo fértil del invernadero que tienen hoy por hoy en su hogar.

Actualmente, estos alimentos los venden a sus vecinos y se distribuyen en diferentes mercados de la región, creando huertas sostenibles en la región.

Un modelo que se reproduce

Por otra parte, desde la Asociación Integral Campesina – TDS, que agremia a campesinos de las veredas Tunjuelo, Dinta y San Ignacio, se está trabajando en equipo, empeñados en cuidar las fuentes de agua a través de jornadas de reforestación, de cercado y de un adecuado manejo de los desechos, para combatir el cambio climático.

Un mercado responsable

Los campesinos cuentan con un asesor agroecológico de la Asociación, ya que este no es un mercado común, pues la estrategia implementada ha conducido a reducir la brecha entre productores y consumidores.

Todo empieza desde la planeación de los cultivos. Se prevé la demanda y se organizan las labranzas de acuerdo con los ciclos productivos de cada planta. Lo  primero es asegurar la alimentación de las familias productoras y luego lo que se destina a los compradores.

Un programa que adapta y mitiga

Las asociaciones de Mongua y Gámeza realizan sus actividades a partir de varias estrategias de desarrollo sostenible que incluyen labores agroecológicas y pecuarias amigables con el ambiente, y de conservación de las corrientes de agua que circulan por las cuencas de los ríos Leonera y Saza.

Habitantes de la región se declaran optimistas, los habitantes de esta región comprenden que las acciones de mitigación frente al cambio climático están directamente relacionadas con la conservación del páramo. La esperanza de estas comunidades es que los gobernantes también lo entiendan y orienten las políticas de estado en la misma dirección.

Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Carta del Campo: La carne vegana llega para ayudar a salvar el mundo

Oxfam indica que Colombia es el país de América Latina con mayor concentración en la tenencia de tierra. El 1% de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81% de la tierra colombiana.  Un millón de hogares campesinos viven en menos espacio del que tiene una vaca para pastar.

De las 43 millones de hectáreas con uso agropecuario, 34,4 están dedicadas a la ganadería y sólo 8,6 a la agricultura. Con estas cifras anteriores resulta muy fácil entender quiénes son los verdaderos beneficiarios de la ganadería colombiana y por qué sigue aumentando la pobreza, la falta de oportunidades, la inequidad, la impunidad y la corrupción en nuestro territorio.

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Igualmente amenazador para la estabilidad de nuestra Nación, y estrechamente relacionado, es el problema de la deforestación; tragedias ecológicas como lo que pasa en el Parque Chiribiquete, considerado Patrimonio Biológico y Cultural, o los incendios provocados en el Amazonas, son el resultado de la codicia desmedida de unos cuantos que desean apoderarse de esos territorios.

La principal causa de la deforestación en el país, según Fedesarrollo, es la ganadería de pastoreo. Y toda esta violencia contra lo que somos y lo que tenemos es un absurdo que nos tiene atados a nuestro presente colombiano, que ya pasó.

Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, está acabando diariamente con sus tesoros de vida, para sembrar pastos y criar vacas. ¿Sabías que para producir un kilo de carne se necesitan 15.400 litros de agua (eso es lo que consume un humano en promedio durante 16 años), para un kilo de carne de cerdo se requieren 9.000 y para un kilo de pollo, 4.000, mientras que sólo se gastan 37 litros para 1 kilo de brócoli y 7,5 litros para 1 kilo de champiñones?

Otro de los problemas que gira en torno a la ganadería es la emisión de CO2; según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), este sector es responsable de un 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero, sólo por detrás del sector del transporte que es responsable del 22%.

Basados en estos antecedentes de la enorme cantidad de agua que se requiere para producir una mínima porción de alimento y el impacto que tiene esta industria en el cambio climático, ¿Será sostenible la industria cárnica en un futuro próximo?

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la respuesta es un rotundo ¡NO! Porque los países occidentales estamos consumiendo recursos a una velocidad superior a la de la tierra para renovarlos; de hecho, este año 2019, el 29 de julio, con cinco meses por delante, la humanidad ¡agotó los recursos que debieron rendirle para todo el año! A esto se le llama «El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra».

Esto significa que estamos sobregirados y estamos consumiendo los recursos de las futuras generaciones; ésta es la causa de la pérdida de la biodiversidad y la fertilidad del suelo.

Los grandes genios de la economía saben que cambiar la costumbre carnívora, especialmente de occidente, es muy difícil, por lo cual han inventado una excelente alternativa: productos «cárnicos» elaborados a partir de plantas.

La empresa pionera en esta “carne vegana”, Beyond Meat, debutó el 2 de mayo en Wall Street disparándose en Bolsa un 163% (el mensaje está claro).

La elaboración de esta “carne vegana” se basa en proteínas vegetales provenientes de arvejas y soya, a las que se añaden otros componentes como aceite de coco y fibras vegetales, y se les somete a varios procesos de vaporización, presión y cambios de temperatura para lograr el parecido a la carne original.

La carne animal, por necesidad y obligación, está en vía de extinción. Si los dueños de los recursos en Colombia siguen mirando al pasado, innegablemente terminarán estrellándose contra el pavimento y llevándose por delante a los insensatos que les acompañen.

Sigamos el ejemplo de genios como Bill Gates, accionista de Beyond Meat, que piensa en cómo cuidar este planeta y, a la vez, cómo satisfacer el paladar de esta creciente y arrasante humanidad.

¿Cuánta carne vegana podríamos producir en nuestro territorio? Si  Beyont Meat se está transformando en multimillonaria con arvejas y soya, ¿qué podríamos hacer nosotros con las cerca de 45.000 especies vegetales que tenemos en Colombia?

Por: Emilce López Díaz. Reportera rural.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Primer proyecto productivo liderado por mujeres excombatientes en Antioquia

Alrededor de 70 excombatientes de las Farc, que se encuentran en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación – ETCR, en Dabeiba y Mutatá, Antioquia, decidieron unirse y darle vida al primer proyecto productivo hecho por mujeres. Se trata de una planta procesadora de frutas y hortalizas y que se llamará “Mujeres Autónomas: tierra, territorio y economía solidaria para la paz y la reconciliación”.

Mujeres Autónomas cuenta con la financiación de ONU Mujeres en el marco de la alianza con la Embajada de Noruega y el apoyo de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC- y está creado para garantizar estrategias que permitan a las mujeres, diseñar y ejecutar iniciativas productivas sostenibles, fortaleciendo los procesos organizativos, comunitarios y dotándolas de capacidades para operar sus iniciativas.

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Luz Adriana Ramírez, coordinadora del proyecto, menciona que “el proyecto, es importante para la comunidad porque estamos tratando de integrar no solo a las exguerrilleras, sino también a la comunidad en general, sobre todo en los temas que tienen que ver con producción de frutales”.

Todo esto, para que la planta tenga la materia prima para operar, para producir las pulpas y mermeladas. Esto genera un proceso de planificación productiva en el que las comunidades puedan participar con sus frutales de diferentes tipos, para que los productos de la planta sean cada vez más diversos.

De manera que se espera que la planta procesadora esté en funcionamiento a final del mes de octubre del presente año y en ella, las mujeres en proceso de reincorporación sean las encargadas de operar la planta; con ello generando un espacio de economía sostenible no solo para el espacio territorial, sino también para la comunidad aledaña.

Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Cultivar lombriz de tierra, un negocio rentable en el campo

A cuatro kilómetros de San Vicente Del Caguán, Caquetá, vía a Neiva, se encuentra ubicado el Instituto Técnico Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco, donde se ofrece el Técnico En Agropecuaria Laboral y Transformación de Alimento. Se trata de una oferta educativa que permite que los estudiantes del área rural, puedan ejecutar proyectos productivos pedagógicos utilizando el método de investigación.

Una de las producciones a seguir pedagógicamente es la lombriz de tierra, que para dicho proceso hemos podido adquirir mucho conocimiento, para poder implementarlo en nuestras fincas con el fin de obtener una fuente de ingresos.

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Hacemos énfasis sobre la reproducción de la lombriz de tierra, donde resaltamos el hecho de que es hermafrodita, esto quiere decir que posee los dos sexos tanto masculino como femenino. Esta lombriz de tierra se puede reproducir en cualquier época del año, este proceso es imposible para la autofecundación donde dos lombrices de tierra deben ser fecundadas para su apareamiento, donde sus huevos continúan desarrollándose; esto puede durar de dos o tres semanas.

Es necesario que se reproduzcan para su gran previa de lombrices de tierra, este proceso dura alrededor de tres horas y genera entre tres y veinte lombrices.

Para obtener una buena producción debemos tener en cuenta la alimentación, pues esta debe ser periódica, los desechos orgánicos deben ser preparados en mezclas de rastrojos, desechos de papelería con estiércol y regados según su falta de humedad.

También hay que tener una adecuada temperatura de 21°C para que se puedan reproducir conformemente. Estas lombrices de tierra se deben proteger de depredadores como las aves, hormigas y ratas, haciendo usos de lonas verdes.

Con la formación de este proyecto se da a conocer las estrategias del manejo adecuado para una eficaz reproducción de lombriz de tierra, generando que en los campesinos de las zonas nuevas halla una buena oportunidad de implementar cultivos sin causar daños drásticos al medio ambiente.

Por: Wilmar Andrés Puentes y Esneider Alejandro Soto. Estudiantes de la Institución Educativa Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco.

Raíces, un encuentro de relatos y artesanías de tradición ancestral

Del 20 al 25 de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá un homenaje a la diversidad cultural indígena con el programa “Raíces, Encuentro de Relatos y Artesanías”, iniciativa de Artesanías de Colombia, desarrollada a través de su Programa de Atención a Población Étnica, proyecto que busca fomentar la relación entre las comunidades indígenas artesanas y los diseñadores colombianos.

En esta ocasión,“Raíces, Encuentro de Relatos y Artesanías” se enfocó en fortalecer la oferta para el mercado de la moda, reuniendo a artesanos de diez grupos artesanos indígenas que elaboran textiles, prendas y accesorios como parte de sus tradiciones.

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Artesanos de los pueblos indígenas Wayúu, Misak, Camëntsá, Pasto, Arhuaco, Emberá Chamí, Inga y Koreguaje, estuvieron presentes durante los cinco días de la muestra comercial, los resultados finales de esta cocreación serán presentados en la próxima edición de Expoartesanías que se realizará en Bogotá en el mes de diciembre.

En esta exhibición los protagonistas fueron productos como: textiles tejidos en guanga, el telar ancestral de los pueblos indígenas del sur del país, mochilas con simbología propia, accesorios tejidos con chaquira que narran las historias de los pueblos Emberá, “jigras”, mochilas tejidas que simbolizan la fertilidad de la mujer nasa, y accesorios en fibras naturales que transmiten la riqueza natural de la región del Caquetá, entre otros.

El programa étnico a través de su proyecto “Programa de Fortalecimiento Empresarial, Productivo y Comercial de Iniciativas Artesanales para Grupos Étnicos en Colombia” promueven el reconocimiento y fortalecimiento de las tradiciones culturales vinculadas a la labor artesanal de comunidades, grupos, o artesanos indígenas y NARP (negros, afrocolombianos, raizales, palenqueros y rrom); que asumen la artesanía como una actividad de sus economías propias.

Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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