jueves, enero 16, 2025
Inicio Blog Página 19

Memorias educativas: Sutatenza revive su historia a través de los testimonios de los estudiantes de ACPO.


En el epicentro de la educación por radio, Sutatenza, Boyacá se desenvuelve la crónica de la educación campesina de ACPO, forjada en la unión visionaria del servicio social católico y la iniciativa audaz de Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín. En esta travesía, Don Arnoldo Candela Ramos, líder nacional de la educación campesina, comparte sus vivencias en las Escuelas Radiofónicas, rememorando su juventud y profunda conexión con Monseñor Salcedo.


Con 17 años y medio, como soldado, experimentó tres meses y medio de conflicto, una herida en el brazo izquierdo y la pérdida de un compañero en combate. Una salvación inusual se presentó cuando un familiar de alto rango le concedió la baja por razones de salud. De regreso en casa, la cercanía de su padre con el párroco del pueblo lo llevó a un encuentro que cambiaría su vida.

En 1959, un encuentro fortuito con el sacerdote Fernando Monje y una sugerencia de conocer Bogotá abrieron una nueva etapa en su vida. El viaje, lleno de desafíos y neblina, culminó en Sutatenza, un lugar que, a pesar de sus reticencias iniciales, se convertiría en su hogar. La bienvenida en la casa cural por parte de los hermanos de La Salle marcó el comienzo de una conexión profunda con ACPO.

Aunque inicialmente desencantado con Sutatenza, Arnoldo encontró su pasión en el baloncesto. Este deporte se convirtió en su refugio, llevándolo a integrarse al equipo los «COCOS» del Instituto Masculino, lugar que también hacia parte del patrimonio de ACPO. La timidez juvenil y la aversión a los monjes cedieron paso al entusiasmo por el deporte y el aprendizaje en las clases, impartidas a través de cartillas y el periódico El Campesino.

Tras completar el curso de auxiliar parroquial, Arnoldo regresó a su pueblo natal, pero el llamado de ACPO lo condujo nuevamente a Sutatenza en 1962. Esta decisión marcó el inicio de su transformación en un líder campesino, propulsado por la educación adquirida en ACPO. Luego de recibir formación, lideró actividades deportivas y recibió el impulso necesario para convertirse en un educador itinerante.


La narrativa de Arnoldo se conecta con el presente, donde el legado de ACPO se sostiene a través de programas como la «Escuela de Liderazgo y Cuidado de la Casa Común». A pesar de los retos actuales, se destaca la importancia de la influencia de la Iglesia Católica en la educación campesina, resaltada en las escuelas radiofónicas y las actuales Escuelas Digitales Campesinas. 

En un llamado a la acción, Arnoldo reflexiona sobre la urgencia de preservar y compartir la historia de ACPO. A pesar de los esfuerzos universitarios por rescatarla, el compromiso de las nuevas generaciones es esencial. En el momento preciso, los líderes ecológicos de Sutatenza, inspirados por la Iglesia Católica y el Papa Francisco, se alzan para garantizar que la educación campesina perdure, pues como Monseñor lo expresó: «La educación nos hace libres, y la ignorancia nos esclaviza». La hora de plasmar este legado en acciones y estilo de vida ha llegado.

Autor: Aura Cristina Alfonso

Editor: Natalia Garavito

Cierre exitoso del Proyecto Somos Comunidad: Liderazgos que Transforman Colombia

El proyecto «Somos Comunidad: Liderazgos que transforman Colombia» concluyó con éxito, marcando un hito significativo en la resiliencia y la inclusión comunitaria de 11 organizaciones sociales en nueve (9) municipios de los departamentos de Antioquia, Bolívar y Norte de Santander. Esta iniciativa de USAID implementada por FUPAD, y ejecutada por Acción Cultural Popular (ACPO), ha dejado una huella duradera al formar a más de 49 líderes y lideresas y un total de 100 participantes como efecto multiplicador, en procesos de comunicación para el cambio social, construcción de paz, reducción de estigmas y violencia de género.

Semana de la Resiliencia

A lo largo de la ejecución de Somos Comunidad, se llevaron a cabo talleres que jugaron un papel fundamental en la consolidación de metodologías de formación destinadas a fortalecer a las organizaciones. Estos talleres proporcionaron herramientas esenciales para la construcción de estrategias de comunicación que potenciaron tanto los procesos organizativos como comunitarios. El enfoque de estos espacios se centró en afianzar la cohesión social y fomentar la aceptación de la diferencia, con el claro objetivo de evitar la revictimización y los riesgos de violencia para las comunidades.

Con los conocimientos adquiridos durante estas capacitaciones, los líderes y lideresas de las organizaciones asumieron un papel activo en la realización de laboratorios formativos en comunicación para el cambio social dentro de sus territorios. En esta nueva fase, se convirtieron en formadores, extendiendo sus conocimientos mediante la capacitación a funcionarios públicos y otras organizaciones locales. Este enfoque no solo fortaleció internamente a las comunidades, sino que también sirvió como plataforma para la creación de redes de apoyo y colaboración.

Los laboratorios formativos abordaron diversas temáticas, como el análisis de riesgos sobre hechos victimizantes y los motivos para seguir ejerciendo el liderazgo. Frente a sus pares locales, los líderes y lideresas compartieron y explicaron ejercicios relacionados con el sentido de pertenencia en la comunidad, concluyendo con diálogos en torno a la construcción colectiva del liderazgo social en sus respectivos municipios. Este proceso no solo fortaleció la capacidad de liderazgo individual, sino que también promovió la colaboración y la unidad en la búsqueda de un cambio positivo en sus comunidades.


En este acompañamiento, se co-crearon junto con las organizaciones sociales 11 estrategias de comunicación para el cambio social, enfocadas en la eliminación de la violencia de género, la desestigmatización  hacia líderes sociales y la inclusión de enfoques LGBTIQ+.

En el desarrollo de estas estrategias del proyecto Somos Comunidad en los departamentos de Antioquia, Bolívar y Norte de Santander, participaron diversas organizaciones que desempeñaron un papel fundamental en la consecución de sus objetivos. En Antioquia, específicamente en Tarazá se contó con la participación activa del Semillero Audiovisual La Caucana; en Valdivia, con Liderando Paz; en Briceño, con la Corporación Comunicativa Voces que Transforman; y finalmente en Zaragoza, con la organización de Consejo de Paz. Así mismo, en Bolívar, el proyecto hizo presencia en María la Baja con la Corporación de Mujeres por una Vida Libre de Violencia y Paz en el Territorio – CORMUVIPAT. Mientras tanto, en Norte de Santander, Ocaña, las organizaciones, Rostros Visibles LGBTIQ+ y Red de Mujeres del Catatumbo participaron en los talleres; en Teorama, hizo presencia ASFAVIPAZ y Juventud Transformadora; y en El Carmen, la Asociación Sembrando Esperanza, contribuyeron activamente en estos espacios. Finalmente en Sucre, San Juan de Nepomuceno, la Fundación Tierra Montemariana también formó parte integral del proyecto. La colaboración de estas organizaciones fue esencial para el éxito y el impacto positivo que el proyecto logró en las comunidades locales.

Al respecto, la organización Rostros Visibles de Ocaña, en Norte de Santander, se sumó activamente al proceso. En esta participación, Erika Caselles, una estudiante de comunicación social, compartió su perspectiva al afirmar: «Actualmente soy estudiante de comunicación social y es fundamental seguir aprendiendo sobre herramientas para implementar en la organización».

Rostros Visibles, originada en 2016 de la unión de nueve personas LGBT víctimas del conflicto armado en Norte de Santander, se comprometió a luchar por sus derechos en el territorio. Esta participación ejemplificó el compromiso diverso y la contribución significativa de las organizaciones a la causa de Somos Comunidad, destacando la importancia de la capacitación continua y la implementación efectiva de herramientas para generar un impacto positivo en las comunidades.

Foto: Rostros Visibles

Simultáneamente, se produjeron contenidos comunicativos, como vídeos, podcasts y fotografías, para visibilizar y destacar las acciones realizadas en defensa de los derechos en los territorios involucrados. Estos productos de comunicación fueron difundidos por las organizaciones en sus municipios mediante las estrategias implementadas, utilizando canales locales como las redes sociales.

Adriana Rua, representante de la Asociación de Víctimas Liderando Paz en Valdivia, Antioquia, enfatizó el impacto positivo de Somos Comunidad al afirmar: «Como líderes, con el conocimiento adquirido, podemos replicarlo a otras organizaciones y comunidades». Estas palabras resaltaron el potencial de expansión de las iniciativas, incrementando el conocimiento y la conciencia pública sobre las experiencias locales y las diversas voces de los liderazgos sociales.

Es importante destacar que en Somos Comunidad, el enfoque de género para el desarrollo sostenible de los territorios fue una parte clave del acompañamiento. Se trabajó en la generación de mensajes que redujeran las brechas de la desigualdad y fortalecieran el liderazgo de las mujeres, con la participación de organizaciones como la Red de Mujeres del Catatumbo o la Corporación de Mujeres por una Vida Libre de Violencia y Paz en el Territorio (CORMUVIPAT), en María La Baja, Bolívar.

 

Foto: Cormuvipad

Gracias al incansable trabajo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Panamericana de Desarrollo (FUPAD), y la  Fundación Acción Cultural Popular (ACPO), se construyeron procesos de comprensión, inclusión y resiliencia en los territorios de Antioquia, Norte de Santander y Bolívar. Estas iniciativas inspiraron los procesos comunitarios, demostrando que, a través del diálogo, la empatía y la colaboración, era posible transformar las realidades más difíciles.

Editora: Natalia Garavito

Laboratorios Color Arcoíris. “Rostros Visibles” fortalece la Comunicación para el Cambio Social en Ocaña.

En el municipio de Ocaña, ubicado en el departamento de Norte de Santander al nororiente del país, la diversidad emerge como un pilar fundamental que impulsa el tejido sociocultural de la comunidad. En este contexto, la promoción de la inclusión y el respeto hacia la comunidad LGTBIQ+ se convierte en una misión de vital importancia, y dentro de las organizaciones que abanderan esta iniciativa, surge Rostros Visibles. Es en las instalaciones de la sede de la Defensa Civil de Ocaña fue donde tomó forma una intervención trascendental, promovida por USAID, FUPAD, y la Fundación ACPO, a través del programa “Somos Comunidad”. El propósito principal de esta iniciativa fue impulsar el empoderamiento e integración de los líderes/ lideresas y miembros de la comunidad LGTBIQ+, con la participación activa de la Organización Rostros Visibles, desplegando la formación en Comunicación para el Cambio Social (SBCC).

Enmarcado por calles empedradas y arquitectura histórica, Ocaña se convierte en el escenario de esta trascendental intervención. Los colores de la diversidad se entrelazan con la riqueza cultural del municipio, creando un ambiente propicio para la sensibilización y la comprensión. La estrategia SBCC, gestada por la Fundación ACPO, se convirtió en una iniciativa clave para la organización Rostros Visibles, que participó en los diferentes laboratorios y talleres que buscaban no solo transmitir información, sino también generar un cambio de actitudes y comportamientos hacia la inclusión y el respeto a la diversidad en esta pintoresca localidad y sus alrededores.

Cabe resaltar que la organización Rostros Visibles constituida por mujeres LGTBIQ+ ya venía recibiendo formación en SBCC gracias a la propuesta direccionada por USAID e implementada por FUPAD, en colaboración de la Fundación ACPO. Siendo esta una organización diversa e inclusiva, decidieron formar parte de lo que para ellas se ha venido convirtiendo en una necesidad: aprender técnicas de comunicación asertivas a través del cambio social. Los talleres se enfocaron en la creación de conciencia sobre la diversidad sexual y de género, desafiando estereotipos y prejuicios arraigados en la sociedad. Se utilizó la comunicación efectiva para desmontar ideas preconcebidas y fomentar la comprensión y aceptación de la diversidad.

Estos talleres fueron impartidos entre septiembre y noviembre. Como fase de revisión y apropiación de las temáticas brindadas, se llevaron a cabo seis laboratorios con la participación de algunas  Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), colectivos juveniles, integrantes de las Plataformas Municipales de Juventud y de los Consejos Municipales de Juventud, así como líderes comunales y sociales. Las líderes del colectivo “Rostros Visibles” fungieron como facilitadoras educativas, demostrando seguridad y asertividad en los temas.

“Para mí, esto significó una gran experiencia, pues me permitió entender de una mejor manera los temas vistos frente a la SBCC. Siento que ha sido un gran aprendizaje y nos ha demostrado nuestras capacidades y destrezas como facilitadoras. Seguimos fortaleciendo nuestros conocimientos y aprendiendo cada día todo aquello que nos permita crecer a nivel profesional y social”, menciona Judith García, presidenta de la organización Rostros Visibles.

Por otra parte, según una líder comunal invitada a las sesiones, la estrategia SBCC no solo se centró en el aspecto personal, sino que también incluyó sesiones informativas sobre los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Se brindaron herramientas de comunicación para promover la defensa de estos derechos y enfrentar la discriminación.

La estrategia de Comunicación para el Cambio Social no solo buscaba transmitir información, sino generar un cambio de actitudes y comportamientos hacia la inclusión y el respeto a la diversidad. Esta aproximación abordó la necesidad de empoderamiento de la comunidad LGTBIQ desde una perspectiva comunicacional, promoviendo valores de igualdad y respeto en la sociedad.

Estos talleres representaron un punto de partida significativo para fortalecer la comunidad LGTBIQ en Ocaña, utilizando la comunicación como una poderosa herramienta para generar un cambio social positivo. Más allá de las sesiones, sentaron las bases para una mayor comprensión y aceptación de la diversidad, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa para todas, todos y todes.

La facilitadora Jackelin Arroyo argumenta que este proceso fue muy enriquecedor en ambos sentidos, tanto para las personas que recibieron la formación de manera comprometida como para el mismo equipo interventor:»Se logró generar un empoderamiento de los temas y se forjaron precedentes para poder trabajar con este tipo de organizaciones, que le apuestan a la libertad y defensa de una población que es fuertemente señalada y que diariamente se ve inmersa en vulneración de sus derechos».

Estos laboratorios se desarrollaron en las instalaciones de la Defensa Civil de Ocaña, quienes muy amablemente decidieron aportar a este ejercicio, recordando que se encuentran “Listos, en paz y emergencia”, y apoyando la defensa de esta lucha. Las sesiones ejecutadas en dos días fueron bien recibidas por los y las invitadas (os), quienes se comprometieron a realizar réplica de dichas acciones en sus territorios y comunidades. Se finalizó la actividad con palabras de agradecimiento, entendiendo que la estrategia SBCC demostró el poder de la comunicación efectiva como un medio para desafiar estereotipos, fomentar la comprensión y la aceptación de la diversidad, y promover un cambio de actitudes hacia la inclusión y el respeto. Al consolidar el empoderamiento individual y colectivo, estos talleres ofrecieron un camino hacia una sociedad más justa, igualitaria y respetuosa para todos, reforzando la idea de que la comunicación estratégica puede ser una poderosa herramienta para impulsar cambios sociales positivos y duraderos.

Proyectos significativos como «Somos Comunidad» desempeñan un papel crucial en el cambio social en Colombia, especialmente en regiones marcadas por episodios de violencia. Su enfoque en la promoción de la integración, inclusión y transformación positiva ha demostrado ser una fuerza impulsora para superar los desafíos históricos. En lugares donde la resiliencia es la llave para avanzar, iniciativas como esta ofrecen un camino hacia adelante. Al fomentar la participación activa y el empoderamiento local, «Somos Comunidad» no solo busca sanar heridas sociales, sino también construir un futuro más unido y resiliente. Este compromiso con el cambio positivo refleja la determinación de estas comunidades colombianas de superar su pasado, abrazando la diversidad y promoviendo una sociedad más inclusiva.

Autor: Jackelin Arroyo

Editor: Natalia Garavito



Almas Diversas: Juventud del Catatumbo Tejiendo un futuro con Somos Comunidad.

0

 En el vibrante corazón del Catatumbo, donde la riqueza cultural se entreteje con los desafíos que enfrenta la juventud, surge una historia de esperanza: Almas Diversas. Esta organización, una de las nueve que hicieron parte del proyecto «Somos Comunidad: Liderazgos que Transforman Colombia,» una iniciativa creada por USAID e implementado por FUPAD, en colaboración con Acción Cultural Popular (ACPO), no solo fortalece las redes locales en municipios clave, sino que también se erige como un símbolo inspirador del empoderamiento juvenil y la acción comunitaria.


En las tierras del Catatumbo, conocidas por su diversidad y desafíos, la juventud ha alzado la voz a través de Almas Diversas. Esta entidad, nacida de la preocupación genuina de jóvenes amigos, se ha transformado en una fuerza de cambio comprometida con la defensa de los derechos y el bienestar de la juventud. En este artículo, exploramos el nacimiento, la misión y las impactantes iniciativas de Almas Diversas, que están marcando una diferencia en la región.

El origen de Almas Diversas se gesta en una charla entre amigos inquietos por los desafíos que afectan a los jóvenes del Catatumbo. Desde la falta de oportunidades educativas hasta problemas sociales, este colectivo decide pasar de la reflexión a la acción. Lo que inicialmente fue una idea incipiente se convirtió en una organización comprometida con la defensa de los derechos y el bienestar de la juventud catatumbense.

La misión de Almas Diversas es clara y poderosa: abogar por los derechos juveniles y contribuir al desarrollo comunitario y cultural en el Catatumbo. Su enfoque integral incluye la promoción de la educación, la capacitación y la organización de actividades sociales y comunitarias.

En el ámbito educativo, Almas Diversas destaca por su esfuerzo en gestionar oportunidades para jóvenes de bajos recursos económicos, previamente excluidos de la educación superior. La organización no solo aboga por la igualdad de acceso, sino que también impulsa iniciativas para elevar la calidad educativa en la región.

Las actividades sociales y comunitarias ocupan un lugar central en la labor de Almas Diversas. Desde campañas de limpieza hasta eventos deportivos, charlas sobre salud y proyectos para mejorar la calidad de vida, el colectivo promueve la cohesión social y fortalece el sentido de pertenencia entre la juventud catatubense.

A pesar de su relativa juventud como colectivo, Almas Diversas ha ganado aceptación comunitaria gracias a su incansable labor. Este grupo demuestra que la juventud del Catatumbo no solo representa el futuro, sino también una fuerza presente y vital en la construcción de una región más próspera.

En el horizonte del Catatumbo, donde la diversidad y los desafíos convergen, brilla una luz esperanzadora: Almas Diversas. Este colectivo, con su enfoque en la acción comunitaria y el empoderamiento juvenil, no solo es un faro de esperanza, sino un testimonio palpable de que el cambio positivo puede comenzar desde la base. Almas Diversas, como una luz vibrante en el Catatumbo, ilumina el camino hacia un futuro mejor, demostrando que cuando los jóvenes se unen por sus derechos y su comunidad, su impacto es transformador y duradero.

Autor: Jackeline Arroyo

Editor: Natalia Garavito

Historias de Superación: Montes de María un ejemplo de Resiliencia, en Somos Comunidad.

En el departamento de Bolívar, Colombia, la región de Montes de María emerge como un escenario marcado por desafíos históricos y una belleza natural que lucha por sobreponerse. Esta crónica nos sumerge en es una subregión del Caribe colombiano, ubicada entre los departamentos de Sucre y Bolívar, donde la vida de Luis Miguel Téllez Catalán se convierte en un relato de resiliencia y liderazgo, bajo el Proyecto Somos Comunidad Liderazgos que transforman Colombia.

En el corazón de Montes de María, específicamente en el sector chileno, vio la luz Luis Miguel Téllez Catalán. Su nacimiento en un entorno caracterizado por la violencia y el olvido predijo una infancia cimentada en la escasez y la ausencia parental. No obstante, en lugar de someterse a la adversidad, Luis Miguel optó por trazar un camino de superación, convirtiendo sus desafíos en la fuerza motora que transformaría su comunidad.

Cada paso de Luis Miguel en sus años formativos se tejió con hilos de resiliencia. La narrativa de su juventud, forjada en uno de los sectores más violentos y desfavorecidos de su municipio, revela un enfrentamiento constante con las carencias y la falta de estructuras familiares. Pero, lejos de doblegarse, Luis Miguel abrazó una determinación inquebrantable, transformando cada vivencia en la forja de su carácter y fortaleza.

El llamado de Luis Miguel resonó en su comunidad, impulsándolo a iniciar un viaje de empoderamiento para los jóvenes locales. Superando su propio temor al escenario público, entendió que el éxito no está determinado por las condiciones de vida, sino por las decisiones cotidianas. Su participación activa en talleres, programas y eventos le otorgó no solo confianza, sino una creencia inquebrantable en el potencial transformador de su entorno.

Foto: Luis Miguel Téllez Catalán
Foto: Luis Miguel Téllez Catalán

La historia de Luis Miguel trascendió las fronteras de su lugar de origen. Aunque su residencia no siempre estuvo en Montes de María, aprendió a interpretar las problemáticas de su territorio, adquiriendo una visión más profunda de la realidad de su comunidad. Así nació la Fundación Tierra Montemariana, una entidad comprometida con el desarrollo sostenible de la región a través de la educación ambiental, la conservación del Bosque Seco Tropical, la promoción cultural y el fortalecimiento social.

Bajo el liderazgo de Luis Miguel, la Fundación Tierra Montemariana se erigió como un faro de esperanza para Montes de María. Trabajando de la mano con voluntarios, ecologistas locales y la sociedad civil, logró movilizar esfuerzos para enfrentar problemáticas cruciales como el tráfico ilegal de fauna silvestre y la deforestación, una de las problemáticas mas grandes que hoy se vive en Colombia.

Al proteger los derechos de las comunidades locales, estas organizaciones se convierten en guardianes de la justicia social, dando voz a aquellos cuyos susurros podrían perderse en la vastedad del paisaje. Su labor incansable en la conservación ambiental es la salvaguardia de la herencia natural del país, una tarea monumental que responde al llamado urgente de preservar la diversidad biológica y mitigar los impactos del cambio climático. En su compromiso, estas organizaciones no solo abrazan la responsabilidad hacia el presente, sino también hacia el legado que dejarán a las generaciones venideras.

Es crucial destacar que la revelación de la Fundación Tierra Montemariana y la inspiradora historia de Luis Miguel se conocen gracias al proyecto «Somos Comunidad Liderazgos que Transforman Colombia». Esta iniciativa, respaldada por USAID y ejecutada por FUPAD en colaboración con la Fundación Acción Cultural Popular (ACPO), ha servido como un canal para dar visibilidad a experiencias transformadoras en Colombia.

La vida de Luis Miguel se presenta como un testimonio palpable de que las circunstancias no definen nuestro destino, sino nuestras decisiones y acciones diarias. Su legado, aún en sus primeros capítulos, resalta que el liderazgo no es una posición o privilegio, sino una responsabilidad. En cada discurso, Luis Miguel agradece a quienes han contribuido con su tiempo y esfuerzo para el bien común, aspirando a que su historia inspire a las generaciones venideras a construir el camino hacia sus sueños.

Autor: David Ballesteros – Participante del proyecto: Somos Comunidad e Integrante de la Fundación Tierra Montemariana.

Editora: Natalia Garavito

Dignidad, libertad y justicia: 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos

 


Este domingo, 10 de diciembre, se viste con solemnidad para conmemorar el Día de los Derechos Humanos. En esta fecha, hace ya 75 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó un hito trascendental: la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Un documento que se erige como faro de esperanza, trazando el compromiso global de salvaguardar la dignidad inherente a todos los seres humanos, sin distinción alguna.

La DUDH, nacida de la pluma de visionarios representantes de diversas latitudes, se revela como una joya de compromiso internacional. Con sus 30 artículos, traza un mapa de los derechos fundamentales que, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), deben ser protegidos de manera universal. La magnitud de su alcance abraza desde los derechos más primarios, como el derecho a la vida, hasta aquellos que otorgan valor a nuestra existencia: acceso a la alimentación, educación, trabajo, salud y libertad.

Foto: nationalgeographicla.com
Foto: nationalgeographicla.com

Los derechos humanos, según la ACNUDH, son las normas sagradas que reconocen y resguardan la dignidad de todos, independientemente de su nacionalidad, género, origen étnico, color, religión, idioma u cualquier otra condición. Son la esencia misma que impulsa la igualdad y la justicia en el escenario global.

Fue en 1950 cuando el Día de los Derechos Humanos adquirió su estatus oficial, dos años después del nacimiento de la DUDH, a través de una resolución de la Asamblea General. Este día, en diciembre, se convirtió en un llamado a todos los Estados y organizaciones interesadas a adoptar esta jornada como un faro de conciencia y compromiso con la protección de los derechos fundamentales.

En el presente año, marcando 75 años desde la adopción de este compromiso, la celebración se teje en torno al tema central «dignidad, libertad y justicia para todas las personas». Sin embargo, la ACNUDH, en un comunicado conmemorativo, destaca que a pesar del potencial transformador de los derechos humanos, parte de este aún permanece inexplorado.

Foto: asomecosafro.co
Foto: asomecosafro.co

El 75 aniversario se erige como un llamado a la acción, una oportunidad para rejuvenecer la Declaración Universal de Derechos Humanos. En este aniversario, debemos mirar hacia el futuro, demostrando cómo esta proeza de la diplomacia global puede adaptarse a las demandas del presente. La ACNUDH nos invita a explorar, con renovado vigor, como los derechos humanos pueden ser el faro que guíe hacia un mundo más igualitario, justo y próspero. En su promesa de libertad, igualdad y justicia para todos, la Declaración Universal de Derechos Humanos persiste como un faro incandescente, iluminando el camino hacia un futuro donde la dignidad humana sea el principio rector inquebrantable.

Editora: Natalia Garavito

El Campo de la Palabra. Viernes 26 de enero de 2023

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-8:

 

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, para anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Doy gracias a Dios, a quien sirvo como mis antepasados, con conciencia limpia, porque te tengo siempre presente en mis oraciones noche y día.

Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría. Evoco el recuerdo de tu fe sincera, la que arraigó primero en tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy seguro que también en ti.

Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por imposición de mis manos porque, pues Dios no nos ha dado un espíritu cobardía, sino de fortaleza, amor y de templanza.

Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.

 

Salmo de hoy

Sal 95, 1-2ª. 2b-3, 7-8a.10 R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe,
y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente». R.

 

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4,26-34

 

En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

Un legado de Educación Rural: La Historia completa de José Joaquín Salcedo, Radio Sutatenza y ACPO, en sus 102 Años.

En 1921, el matrimonio Salcedo Guarín extendía redes del telégrafo para comunicarse. Corrales, población boyacense, la separaba de Sogamoso, dos horas de camino, a buen paso o a caballo para acceder a ciertas necesidades o privilegios. Entre las demandas más imperiosas estaban la salud y la educación. Por ello, extender las redes del telégrafo, aligeraba los procesos, sobre todo con aquellos que tenían carácter urgente.

El 8 de diciembre de 1921, se requerían los servicios médicos para ayudar a la señora Eva María Guarín Perry de Salcedo para el alumbramiento. El momento de apremio, obligó la asistencia de la señorita Fideligna, una homeópata originaria de Alemania, que, además, hacía las veces de partera, de forma especial para las señoras de la zona urbana, a diferencia de las mujeres del campo, que, como parte de su tradición, tenían la destreza de asistirse ellas mismas para los partos.

La fecha de nacimiento coincidió con las festividades de la población, por lo que música, cohetes y gozo, espontáneamente ocasionaron mayor júbilo con la llegada de Joaquito, de manera especial para la familia Salcedo Guarín, por ser su primogénito. Al paso de los años, las fiestas causaron inquietud en el niño, por lo que su padre, Don José Joaquín Salcedo Cújar, explicó que las festividades se hacían con motivo de su cumpleaños. Una broma que José Joaquín Salcedo Guarín, siempre recordó con gran afecto.

La infancia de Salcedo Guarín, la compartió con chicos de la zona urbana y rural. Sus recuerdos fueron de amor, alegría, diversión y calor familiar. La educación recibida desde pequeño, cambiaron muchas de las costumbres ancestrales de la región y del mismo país. Sus padres, tenían descendencias muy diferentes. Doña Eva María, de tradición y carácter británico, heredados de Doña María Luisa Perry, quien llegó con su familia a mediados del siglo XIX de Inglaterra para instalarse en Pacho, Cundinamarca y luego en Samacá, Boyacá, influenciarían sustancialmente en la vida del niño Joaquito.

El interés de María Luisa por la educación y convertida al catolicismo, la llevaron hasta Sogamoso para dedicarse a la docencia. La situación económica que vivía el país, condicionaba la forma de vida, incitada por los enfrentamientos entre los partidos políticos tradicionales, como una de las consecuencias de ello, se produjo la Guerra de los Mil días, por lo que María Luisa se vio obligada a trasladarse a Corrales para reducir gastos. Siendo maestra, conoció a Belisario Guarín Morales, comerciante de Chita, Boyacá, y la relación se consolidó en matrimonio. Del vínculo, nació Eva María, quien conoció a José Joaquín, hijo del comerciante de la región Julio Salcedo.

El comercio, la pasión por la lectura, el amor, la educación y el telégrafo, fueron los factores que identificaron la familia donde se formó Joaquito, alterando claramente las tradiciones y costumbres en que se desarrollaron las demás familias de la región. El ambiente machista, la sumisión de la mujer, el comportamiento familiar, el comportamiento apático y sin demostraciones de cariño, la débil educación, el trabajo obligado y el desánimo, fueron reemplazados por sus opuestos. De tal manera que José Joaquín Salcedo Guarín, advirtió las diferencias que existían en su entorno donde crecía tanto física, espiritual, social, cultural e intelectualmente.

La educación en Colombia, por aquellos tiempos, tenía, grandes problemas, no solo por la falta de presupuestos para la adecuación, de espacios para clases o la obtención de implementos escolares. Las mayores complicaciones radicaban en la falta de maestros, la apropiada preparación de los mismos y la pedagogía conveniente para un territorio donde estaban muy marcados los espacios urbanos y rurales. El analfabetismo era muy alto, principalmente en el campo, el desacierto en la administración del país, influyó en la determinación para desarrollar el sector agrario o industrial. Finalmente, ante la influencia internacional, el gobierno se decantó por el desarrollo industrial. El abandono que soportó el campesino por parte del Estado, motivó el desplazamiento a las ciudades en busca de mejor calidad de vida. Sin embargo, el presupuesto no mejoró hasta el periodo entre 1925 y 1929 con la danza de los millones, recursos provenientes de la indemnización que entregó Estados Unidos a Colombia por la separación de Panamá, y la bonanza del café. Posterior a esto, los presupuestos y apoyos a la educación se volvieron a estancar.

En ese ambiente de incertidumbre social, educativa y económica creció José Joaquín Salcedo Guarín. Siendo testigo, además, de las dificultades que sobrellevaba el campesino, principalmente por la falta de conocimientos que les permitieran superar las adversidades de manera autónoma. El gobierno educó a la sociedad para recibir las migajas que salían de los presupuestos nacionales, departamentales o municipales, por lo que la costumbre limitó las posibilidades de ampliar sus capacidades, cualidades y talentos para valerse por sí mismos.

Cuando Salcedo Guarín llegó al seminario mayor de Tunja para continuar sus estudios de secundaria, se encontró con otro gran maestro, el padre Navia. Entre los estudios formales, se incorporaron de forma voluntaria, instrucciones en física, química, mecánica, telecomunicaciones y en especial la radio. El proceso lo llevó a profundizar en diferentes áreas del conocimiento, mismos que utilizó en diferentes etapas de su vida. Al terminar sus estudios y ordenarse como sacerdote en 1947, implementó en Sutatenza, Boyacá, parroquia en la que

fue nombrado como coadjutor, la alfabetización por radio. Nació entonces, Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular -ACPO-, junto con un importante grupo de medios de comunicación, entre los que se destaca el periódico El Campesino. Con estos medios de comunicación de masas y organización sociocultural, surge la alfabetización por radio que integraba dos elementos fundamentales para el habitante rural, los conocimientos en lectura, escritura y la religiosidad -evangelización o catequesis-. Luego los complementó con la Educación Fundamental Integral (EFI) una pedagogía diseñada para el campesino, y que formaron parte fundamental de las Escuelas Radiofónicas, hoy conocidas como Escuelas Digitales Campesinas.

Las Escuelas Radiofónicas se instituyeron como punto de partida para las oportunidades que requería el campesino en procura de su progreso en la sociedad colombiana. El proyecto educativo y sociocultural, llegó hasta el Vaticano, teniendo gran protección por parte del Papa Juan XXIII, y consolidado por la amistad personal y entrañable con el Papa Pablo VI. De ese aporte de Salcedo Guarín, surge una gran amistad y reconocimientos por su talento e innovaciones educativas, dirigido a las personas más necesitadas, como lo era en su momento el campesino colombiano. Ese reconocimiento se transformó en el apoyo total por parte del clero romano, extendiéndose a los grupos de Alemania y otros países, donde obtuvo importantes aportes económicos para consolidar la obra social y educativa que reconocemos. Así mismo, el nombramiento como Monseñor, lo distinguió universalmente como un hombre de acción y entregado a mejorar la calidad de vida de los habitantes rurales. Sus experiencias y conocimientos le dieron el derecho de participar en el Concilio Vaticano II, en donde la reglamentación y actividad de los medios de comunicación del clero, tuvieron su magno aporte, dando como resultado la normativa, implementada hasta la fecha.

Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, fue más allá de su propósito evangelizador como sacerdote, también se comprometió con las comunidades más necesitadas, no para soportarles sus necesidades, sino para cumplir con el compromiso sagrado de enseñar a obtener sus beneficios, desarrollando su ingenio, cualidades y talentos, como seres inteligentes y de grandes cualidades. Para cumplir mejor con este propósito, se crearon los institutos de líderes campesinos en Sutatenza, formando a campesinos líderes que prestaran el servicio social para apoyar a sus hermanos en las veredas de Colombia. Este programa se implementó con gran fortuna y éxito por varios años, graduando a más de 23 mil líderes del país. El aporte de Salcedo, se caracterizó por la participación muy activa de la mujer campesina que, hasta 1956, cuando se pone en marcha el Instituto de líderes para mujeres campesinas, se encontraba totalmente ensombrecida y condicionada. El objetivo de los líderes, hombres y mujeres campesinos, fue claro, fortalecer el trabajo realizado desde las escuelas radiofónicas para la dignificación del campesino colombiano.

El compromiso de Monseñor Salcedo Guarín no fue en solitario, hombres y mujeres, en igualdad de condiciones, y respaldado por su familia, en primer lugar, padres, hermanos, hermanas y sobrinos. Su hermano del alma, gran amigo y cuñado, el Doctor Luis Alejandro Salas Lezaca, Doña Isabelita y su hermana locutora y dedicada a la obra de ACPO, fueron incansables durante toda su existencia. Junto a ellos, se fortaleció la acción social y educativa con el Doctor Hernando Bernal Alarcón, Doña Flor Rojas de Suescún, y un extenso grupo de personas que se unieron a la causa desde diferentes partes del mundo, formas y acciones para que fuese una de las propuestas educativas, sociales y culturales más grandes e importantes del mundo, con su propia pedagogía e iniciativa comunitaria.

El éxito de Radio Sutatenza fue tal que, según registros de la Unesco en 1955, en 601 de las 983 parroquias rurales de Colombia había una escuela ACPO con su coordinador, bajo el control del cura. Monseñor afirmaba que los alumnos analfabetos habían aprendido a leer y escribir en seis meses. La iniciativa educativa alcanzó su cenit en 1968, cuando Radio Sutatenza se convirtió en la primera iniciativa educativa con cobertura nacional en Colombia, transmitiendo desde diversas emisoras en todo el territorio.

Sin embargo, dentro de todo lo bueno que había creado Monseñor Salcedo en Colombia y a nivel internacional, Radio Sutatenza, las Escuelas Radiofónicas en los años 70, experimentaban un declive, un capítulo crucial en la historia de la educación rural colombiana llegaba a su término. La radio, que una vez resonó en cada rincón del país, enfrentaba los embates políticos, sociales, de la tecnología cambiante y la creciente presencia de la televisión. La competencia con emisoras comerciales también se sumaba a los desafíos, dando lugar a la última emisión de Radio Sutatenza el 17 de Febrero de 1989, junto con el cierre del Centro de Estudios de Sutatenza, y los institutos en junio de 1993. 

Sin embargo, en este monumental declive, se acercaba una de las pérdidas más angustiantes para Colombia, el 2 de diciembre del 94, la partida del sabio Quijote de los medios, dejó no solo una angustia por la educación rural, sino un vacío en los corazones de todas las personas que habían sido educadas por medio de la radio comunitaria, las escuelas, cartillas y el tan nombrado periódico el campesino. Sin embargo, a pesar de esto, el legado de José Joaquín Salcedo y ACPO se negaba a desaparecer.

Fue en este momento de declive de la radio cuando la semilla plantada por Salcedo germinó en nuevas formas de educación. ACPO persistió, adaptándose a los cambios y desafíos de la era moderna. Surgieron las Escuelas Digitales Campesinas, una evolución natural del proyecto original de Radio Sutatenza y así mismo El periódico el campesino revolucionó y se digitalizo, estas dos iniciativas guiadas por la misma visión que impulsó a Salcedo décadas atrás, a seguir representando un compromiso continuo con la educación rural y la transformación del campo colombiano.

 

Si bien la radio fue el primer paso audaz, el proyecto siempre tuvo una visión más amplia. No se trataba simplemente de transmitir conocimiento, sino de vincular a la población a través de diversas herramientas educativas. La radio, los discos, los libros, las cartillas y otras formas de enseñanza conformaron un ecosistema educativo sin precedentes. La apuesta por el autodidactismo y la enseñanza guiada permitió que el conocimiento llegará a todos, independientemente de su ubicación geográfica.

El modelo educativo de ACPO y Salcedo no sólo transformó la educación en Colombia, sino que también dejó una huella imborrable en el pensamiento educativo a nivel global. Inspiró a pensadores destacados como Paulo Freire y otros teóricos de la educación, quienes encontraron en esta iniciativa colombiana un referente valioso. El énfasis en la participación activa de la comunidad, el enfoque en la vida cotidiana y la conexión directa con las necesidades de la población rural resonaron en diversas latitudes.

Una de las apuestas de este siglo, es continuar con la visión de Monseñor José Joaquín Salcedo, y esta iniciativa transformadora se dio el pasado mes de noviembre en el resurgimiento del Centro de Estudios de Sutatenza, guiado por la visión de Lina Paola Abaunza, se convierte en un capítulo adicional de este relato educativo. Este renacimiento no solo honra el pasado, sino que también proyecta un futuro donde la educación rural sigue siendo el motor del desarrollo. La conexión entre el legado de Radio Sutatenza, la persistencia de ACPO y las nuevas iniciativas lideradas por Abaunza reflejan la continuidad de una misión educativa que trasciende generaciones.

En los 76 años de existencia de ACPO y 102 años después del natalicio de Monseñor José Joaquín Salcedo, el compromiso de educar, transformar y culturizar a Colombia sigue siendo la brújula que guía a la Fundación. La dirección visionaria de Lina Paola Abaunza y el impulso constante de las Escuelas Digitales Campesinas reafirman que el sueño de Salcedo no solo es un recuerdo histórico, sino una fuerza viva que impulsa la evolución constante de la educación rural en Colombia. Con la misma pasión y dedicación que caracterizó a Salcedo, la Fundación ACPO mira hacia el futuro, llevando consigo un legado que ilumina el camino de las generaciones venideras.

Autores : Javier Hernández Salazar, Presidente Academia de historia y comunicaciones Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, y Natalia Garavito, periodista y editora periódico Elcampesino.co.

El Campo de la Palabra. Jueves 25 de enero de 2024

Lectura de los Hechos de los apóstoles 22, 3-16

 

«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad; me formé a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto celo como vosotros mostráis hoy. Yo perseguí a muerte este Camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguar en favor mío el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y me puse en camino con el propósito de traerme encadenados a Jerusalén a los que encontrase allí, para que los castigaran.

Pero yendo de camino, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor; caí por tierra y oí una voz que me decía:
“Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?

Yo pregunté:
“¿Quién eres, Señor?”.

Y me dijo:
“Yo soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues”.
Mis compañeros vieron el resplandor, pero no oyeron la voz que me hablaba.

Yo pregunté:
¿Qué debo hacer, Señor?

El Señor me respondió:
“Levántate, continúa el camino hasta Damasco, y allí te dirán todo lo que está determinado que hagas”.
Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.

Un cierto Ananías, hombre piadoso según la ley, recomendado por el testimonio de todos los judíos residentes en la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:
“Saúl, hermano, recobra la vista”.
Inmediatamente recobré la vista y lo vi.

Él me dijo:
“El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Ahora, ¿qué te detiene? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre”».

 

Salmo de hoy

Sal 116, 1. 2 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

 

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.

 

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

 

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Educar para la Paz: El Impacto de ACPO en el Día Internacional de la Educación.

En un mundo donde la paz se ve amenazada por conflictos y divisiones, la educación emerge como un faro de esperanza. En este Día Internacional de la Educación, la UNESCO destaca la crucial importancia de educar para la paz y reconoce el papel determinante de organizaciones comprometidas. Entre ellas, ACPO se erige como un entidad fundamental, con una trayectoria de siete décadas fortaleciendo la educación, especialmente en entornos rurales, dejando una huella duradera y transformando la educación como un símbolo clave para el desarrollo a nivel global.

La aprobación unánime de la Recomendación sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible por parte de los Estados Miembros de la UNESCO en 2023 marcó un punto de inflexión. Esta normativa global, con sus 14 principios rectores, traza el camino para el uso estratégico de la educación en la consecución de la paz duradera. En este escenario, la Fundación ACPO destaca como un actor clave, desplegando esfuerzos no solo a nivel nacional sino también en el contexto latinoamericano.

El sistema educativo, al transformarse y dotarse adecuadamente, emerge como una herramienta esencial para la prevención, construcción y mantenimiento de la paz a largo plazo. ACPO, con su compromiso inquebrantable, colabora con financiadores locales e internacionales, impactando positivamente en diversas poblaciones rurales y urbanas mediante metodologías como la Educación Fundamental Integral (EFI) y las bien conocidas Escuelas Radiofónicas, ahora rebautizadas como Escuelas Digitales Campesinas. Este impacto ha sido tan importante que se ha extendido a más de 8 millones de campesinos y campesinas, indígenas, mestizos, afrodescendientes, víctimas del conflicto armado, firmantes de paz, agricultores e incluso líderes comunitarios.

Desde el 2012, por medio de Escuelas Digitales Campesinas, ACPO  ha logrado impactar a 97,172 agricultores, 283 amas de casa, 6,260 caficultores, 200 personas privadas de la libertad, 808 emprendedores, 78,825 estudiantes de instituciones educativas, 47 extensionistas rurales de universidades, 1,166 firmantes de paz, 9 influenciadores rurales, 4,270 líderes comunitarios y juntas de acción comunal, 95 pescadores, 213 reporteros rurales, 740 líderes pastorales y 219 trabajadores de plantaciones.

Asimismo, la implementación de más de 22 cursos, tanto digitales como presenciales, en áreas clave como Liderazgo Comunitario y Construcción de Paz, Comunicación para el Cambio Social, Educación Ambiental-conectando Sociedad, Innovación y Emprendimiento, y Desarrollo Humano, refleja la estrategia integral de ACPO en la transformación educativa. Con una cobertura que abarca 29 departamentos y 1100 municipios en Colombia, así como a 7 países de América Latina, la fundación se consolida como un agente vital en la construcción de un futuro educativo equitativo y enriquecedor.

Proyectos ACPO que han llevado Educación para la Paz

Somos Comunidad: Liderazgos que Transforman Colombia

En el marco del Día Internacional de la Educación, la Fundación ACPO destaca el impacto del proyecto «Somos Comunidad: Liderazgos que transforman Colombia». Esta iniciativa, implementada por FUPAD con el respaldo de USAID y ejecutada por ACPO, marcó un hito significativo al trabajar con 11 organizaciones sociales en nueve municipios de los departamentos de Antioquia, Bolívar y Norte de Santander. La conclusión exitosa de este proyecto dejó una huella duradera en la resiliencia y la inclusión comunitaria.

Durante la ejecución de «Somos Comunidad», más de 49 líderes y lideresas, junto con un total de 100 participantes, se capacitaron como agentes multiplicadores en procesos de comunicación para el cambio social, construcción de paz, reducción de estigmas y violencia de género. Estos líderes no solo fortalecieron sus capacidades individuales, sino que también contribuyeron a la formación de redes resilientes dentro de las comunidades.

MIA (Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente): Empoderamiento y Desarrollo Sostenible en Caquetá y Chocó

Otro proyecto destacado ejecutado por la Fundación ACPO es el Proyecto MIA (Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente), que fortaleció el empoderamiento y la inclusión social en Caquetá y Chocó. Implementando actividades productivas, desde confección textil hasta emprendimientos de cafeterías y heladerías. MIA no solo empoderó a 160 mujeres firmantes de paz, sino que también impactó positivamente a aproximadamente 480 mujeres en total, considerando el efecto multiplicador en sus comunidades.

Polifonía Juvenil para la Paz: Construyendo Memoria Histórica y Competencias Ciudadanas

Este proyecto que se consolido en Valle del Cauca, buscó generar competencias ciudadanas y construir memoria histórica del conflicto armado colombiano, en las  instituciones educativas Sagrada Familia Potrerillo de Palmira y Rodrigo Lloreda Caicedo – Cerro Azul de Bolívar. Los estudiantes, de los grados 7º a 11°, participaron activamente en actividades donde desarrollaron habilidades comunicativas, creando podcasts y cápsulas polifónicas. Reflejando el compromiso continuo de ACPO en la formación de líderes juveniles, Polifonía Juvenil proporcionó una plataforma para que los estudiantes expresen la importancia de reflexionar sobre la historia del conflicto y promover acciones sostenibles para la paz. Este proyecto, al igual que los anteriores, resalta el enfoque integral de ACPO en la educación como instrumento para construir sociedades más pacíficas y justas.

En este Día de la Educación Internacional, celebramos los logros tangibles de ACPO, un aliado indispensable en la promoción de la educación para la paz. La fundación no solo ha fortalecido la educación en entornos rurales, sino que ha dejado una huella perdurable en el camino hacia una educación más accesible y transformadora.

Editora: Natalia Garavito