Los rostros alegres, sonrientes y supremamente orgullosos de los caficultores del Huila revelaron una felicidad completa porque la institucionalidad cafetera llegó a los noventa años.

El Huila, que fue una región selvática, pletórica de paisajes, ríos y muchas especies de fauna y flora, escondía una historia interesante desde lo precolombino hasta esos tiempos republicanos en donde nace una actividad económica que fue tomando fuerza con la colonización antioqueña.

Las voces del café

La señora Luz Dary Epia, es una caficultora del municipio de Teruel. “Como mujeres hemos sido felices en el campo, cuidando los hermosos cafetos y disfrutando de nuestras familias en una ruralidad que si bien, no ha sido fácil, si ha resultado estupenda para salir adelante.

Luz Dary trabaja con una asociación de mujeres cafeteras y no ahorra piropos para un cultivo que fue pasado, que es presente y será futuro. En treinta años de caficultura, esta mujer fuerte y pujante logró superar desafíos, y hoy sus hijas igual siembran café con la misma pasión y la misma responsabilidad que su madre y sus ancestros.

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También de Teruel salió, de la enorme celebración, José Luis Sánchez, un caficultor orgulloso que vive a todo furor su oficio cunado el grano repunta en Nueva York, jalonando un buen precio de compra y una remuneración buena para los productores.

Dijo que solamente un buen precio interno de compra motiva a una caficultura juiciosa que ha hecho la tarea y que a punta de trabajo y compromiso logró darle al departamento y al país desarrollo, identidad y calidad de vida.

El momento más triste, dijo, fue la caída del Pacto Cafetero en 1989 que le dio una estocada al café y unos colmillos enormes a las multinacionales que hicieron carnavales con la ruina cafetera.

Con sus cuatro hectáreas, produce un café especial que cultiva lleno de amor en unas montañas verdes y bañadas por cañadas y riachuelos porque de una cosa sí está muy jactancioso, su tierra huilense no tumbó árboles de café para hacer condominios o vivienda de todo tipo.

Teruel es uno de los municipios que produce más café por hectáreas pues no en vano, sacan entre 18 y 20 cargas, una cifra muy por arriba de la afamada caficultura del sur.

Desde Neiva con aroma y sabor

Don José Espinoza Escobar, es miembro del comité municipal de Neiva y representante por segunda vez del comité con asiento en esta ciudad.

Advierte que “estamos muy caídos por el tema de precios y malos manejos administrativos. Hay mucha desunión, sin embargo, ya se está trabajando para lograr alianzas, acuerdos y salidas concertadas para labrar un mejor futuro para los valientes cafeteros”, apuntó el productor.

Espinoza de 65 años, nació en la caficultura, la cual fue la más bella herencia de sus padres. Recuerda que, en sus albores, el café se compraba en costal pergamino de cinco arrobas. También recuerda cuando su padre lo llevaba a la Federación en la carrera cuarta, en ese tiempo, asegura, la Cooperativa hacía mucho por los caficultores.

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Del sur del Huila, más exactamente del municipio de Elías llegó a Neiva la señora Luz Estela Carvajal. Esta agradable dama con tan solo 32 años aprendió a querer el café y por eso lleva ocho años como caficultora.

Narró que desde hace 18 años sus padres son caficultores y placenteramente viven del café, sus abuelos hace 30 años llegaron al Huila a sembrar café y vaya que les encantó.

La caficultura de hoy tiene muchas necesidades, empezando por la comercialización, hay mucha enfermedad rondando los árboles por el cambio climático y los fertilizantes están muy caros.

Como si fuera poco, el café con todo y que subió en su cotización y que es empujado hoy por la devaluación, sigue pagándose muy barato, necesitamos que suba el precio del café y que lleguen facilidades para fertilizar las plantas, eso le pedimos al gremio cafetero, dijo Carvajal.

Con más vida por delante esta amable mujer cafetera, que la caficultura se mantuvo a punta de vaivenes, empero quiere organizarse para tener grano a otro nivel.

Ella le apuesta al café especial, por lo que quiere acercarse al Comité Departamental para asesorarse y contar con la ayuda técnica para saber cómo es el proceso para obtener un café de mejor calidad.

En la región de la achira, el bambuco, el tamal y el asado de cerdo derivan su sustento del café algo más de 83.000 familias que siembran en 101.000 predios cafeteros y en más de 148.000 hectáreas de café.

El Huila tiene cosecha cafetera todo el año, en el primer semestre son recogidas las cosechas del norte y el occidente del departamento, las cuales representan entre el 40 y el 45% del total, y una segunda cosecha que es el 55 o el 60% en el sur y parte del centro de la comarca huilense.

Pudiéramos decir que el Huila tiene, durante los doce meses del año, ocho o nueve meses de producción de café, lo que en 2017 representó una cifra por encima de los 2.5 millones de sacos. Este panorama es que convierte al departamento en el primer productor nacional, con una participación de 18.3%, seguido de Antioquia de registra el 14.7%”, indicó el dirigente.

Estos son los 90 años del Comité Departamental de Cafeteros del Huila, una región que sabe y huele a muy buen café. Tierra querendona y amable que supo insertarse en una economía de montaña con tal responsabilidad y compromiso que puso una gran cuota para darle vida al otro Eje Cafetero, ese que comparte con los departamentos de Cauca y Nariño.

Por: Periódico El Agro.

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