Así es que la ganadería colombiana se abrió campo como uno de los sectores que dominan el campo en el país.
Por: Manolo Gallo, estudiante EDC- Antioquia
La ganadería en Colombia como actividad productiva es un hecho definitivo en el contexto económico y social del país. Identificar sus orígenes se hace un poco dispendioso, profundo y lejano. Sin embargo, muchos historiadores se remontan a la época de la conquista en el siglo XV.
Los indígenas establecidos en el territorio hoy llamado Colombia, no tenían ningún conocimiento de la gran mayoría de los animales que en la actualidad se conocen como «ganado mayor». Solo interactuaban con animales como venados, cazaban roedores de gran tamaño, obtenían pieles de dantas y tapires, pescaban en ríos y en el mar y recolectaban frutos y vegetales a los que encontraban incontables usos. Fueron entonces los conquistadores quienes trajeron al nuevo mundo especies indómitas de ganado de todo tipo: desde bovinos hasta porcinos y aves.
Colón y su gente introdujeron razas bovinas como la Tudanca, originaria de la península Ibérica, de alta capacidad lechera y de adaptabilidad a las montañas. También trajeron a la Negra Andaluza, con gran musculatura y por ende buena producción de carne. La utilizaban los españoles como animal de tracción. La Murciana, originaria de la región levantina de España, se usaba para la producción de carne. Fue importada por los jesuitas para mejorar el ganado vacuno de sus haciendas. La Cacereña, originaria de África, terminó por originar al Blanco Orijinegro colombiano.
A partir de las combinaciones de ganado de las anteriormente mencionadas surgen las razas criollas propias de la región. Por ejemplo, está el costeño con cuernos. Como su nombre lo indica, esta raza es propia de la Costa Atlántica y su característica es la producción lechera. Actualmente se encuentra en peligro de extinción, lo que ha impulsado innumerables iniciativas para la concientización de los ganaderos para su conservación.
El ganado Romosinuano tiene una apariencia general bastante atractiva. Se adaptó al trópico y su característica productiva es de carne. El Chino Santandereano tiene características que son propias de una raza criolla tropical con una gran eficiencia fisiológica ante el ambiente que lo rodea, adaptado para climas medios y cálidos. Tiene triple utilidad: producción de leche, carne y animal de trabajo. También se propende por la conservación de la raza.
Desde hace algunos años, en los centros ganaderos especializados se han introducido razas extranjeras con el ánimo de mejorar características productivas, bien sea para carne, leche o ambas. Sin embargo, la búsqueda de estos objetivos ha ido permitiendo que la mirada a nuestras razas criollas sea cada vez más lejana y que de ellas ya queden muy pocos ejemplares. Cabe mencionar que la pequeña población de ganado bovino criollo existente hoy en el país sobrevive gracias a los esfuerzos del Estado colombiano.
En la década de los años treinta, el Ministerio de Agricultura, consciente del valor económico que el ganado criollo tenía para la producción y en consideración a la drástica reducción de la población que se venía presentando, determinó que el 25% de los hatos debían estar conformados por este tipo de animales.
Estableció los primeros grupos de conservación en la Granjas de Montería (Costa Atlántica) con ganado Romosinuano (1936). En 1940, se crearon otros grupos en Valledupar (Costa Atlántica) y El Nus (zona montañosa de la cordillera Central), con ganados CCC y BON, respectivamente. En el año de 1950, en la granja de Iraca (piedemonte llanero), se conformó el primer grupo de ganado Sanmartinero. Otras entidades como la Secretaría de Agricultura del Valle (1935) y el Fondo Ganadero de Santander iniciaron programas de conservación de bovinos Hartón y chino, respectivamente.
Es necesario entonces el fomento de iniciativas para la conservación de nuestras razas de ganado. Evitar su extinción está en nuestras manos.
*Este es un texto generado a partir del trabajo de las Escuelas Digitales Campesinas de Acción Cultural Popular- ACPO, que buscan promover el liderazgo del campesinado colombiano a través de procesos de educación, formación y capacitación, orientados a su dignificación, inclusión y desarrollo.