Las condiciones climáticas que deben afrontar los campesinos en Santander los tienen contra las cuerdas, el cultivo de frijol necesita por lo menos 400 milímetros de agua para poder dar los frutos esperados, sin embargo desde hace varios años en la época de lluvia la cantidad de agua que cae sobre los cultivos es menor.
Por: Periódico El Campesino
El frijol es uno de los granos de mayor consumo en Colombia, Santander tiene una participación cercana al 13 por ciento del total nacional de frijol que se cultiva cada año en aproximadamente siete mil hectáreas, que se distribuyen en los municipios de Curití, San Gil, Villa Nueva, Pinchote y Barichara.
Según informó el diario regional VANGUARDÍA, en su versión digital, la cosecha que se debía recoger en abril no presentó los rendimientos esperados por los campesinos de la región, la fuerte sequía produjo que en cientos de hectáreas se vieran únicamente severas perdidas, por lo que muchos labriegos decidieron arrendar sus tierras para destinarlas otras actividades agrícolas que les dejarán un margen de ganancia por lo menos aceptable.
Diana Giraldo, líder del proyecto AgroClimas, indicó para el diario santandereano, que son aproximadamente 3 mil campesinos que vieron afectados sus cultivos de frijol Calima y frijol Florian. En condiciones óptimas por hectárea sembrada se logran obtener un poco más de una tonelada del grano.
Los expertos recomiendan a los campesinos que deben ahorrar la máxima cantidad de agua posible que llegue con las lluvias de octubre, pues se estima que las lluvias para el resto del año y principios del otro descenderán en un preocupante 60 por ciento, lo que pone en grave riesgo lo que aún queda de cultivo de frijol en el departo de Santander.
La situación ha llegado a tal límite que los campesinos han empezado a cambiar el uso de sus tierras, entre ellas el arrendamiento para otras actividades no agrícolas.