La deforestación, la cacería indiscriminada, la consecuente pérdida de hábitat del jaguar, la fragmentación de los ecosistemas, entre otros factores, han llevado a declarar al jaguar como especie en peligro de extinción.
“El felino más grande de América”, como se le denomina al jaguar, es considerado como pieza clave para controlar la población de los bosques, de allí, la importancia y trascendencia de su regreso a las más de 4.100 hectáreas de bosque que han sido rehabilitadas por Cerrejón, donde años atrás la empresa llevó a cabo su operación minera de carbón a cielo abierto.
El trabajo de conservación medioambiental, para las especies que habitan la región, se debe al empoderamiento y a la participación de las comunidades indígenas y campesinas presentes en el territorio, quienes a través de acuerdos, son las encargadas de desarrollar diferentes herramientas encaminadas a la protección de la biodiversidad, así como velar por su sostenibilidad en el tiempo.
La idea del proyecto es que el corredor biológico que ya existe, pueda llegar a tener una extensión de hasta 25.000 hectáreas, que conectan bosques secos tropicales entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, uniendo estos dos ecosistemas estratégicos de la región Caribe colombiana para la habitabilidad del jaguar.
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Para poder realizar dicho corredor biológico se busca que en el transcurso de los próximos 10 años, se puedan sembrar más de 10 millones de árboles nativos, fomentando así la conservación y prevención de esta importante especie animal, indispensable para el equilibrio de su hábitat natural.
Además del jaguar, en esta área rehabilitada, transitan otros tipos de especies como el tigrillo, el venado cauquero, el oso mielero, 223 especies de aves, 95 de mariposas y escarabajos, 15 de anfibios y 30 de reptiles, entre otras.
Área de protección para el jaguar
Según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), tan solo el 14% del área de distribución de la especie en Colombia se encuentra bajo protección, un porcentaje bajo para el promedio de distribución, lo que dejaría un 86% de áreas sin ningún estatus de protección y, por ende, está en mayor contacto con las actividades humanas.
De allí la importancia de la instalación de este tipo de corredores biológicos, que favorecen la conservación y protección de todas las especies que se encuentran en peligro de extinción en las diferentes regiones del país.
Por: Jeisson Beltrán Valderrama. Periodista.
Editor: Ana María Rizo Díaz. Periodista – Editora.