La violencia tiene más de dos mil tumbas en Colombia, en las que descansan soldados como Víctor Páez Alvares, quienes al morir no tenían más de veinte años, y se fueron sin delito alguno. Todos, sin excepción, fueron víctimas de un azote llamado guerra que los sorprendió en los lugares más recónditos de la selva.
Por: Miguel Ángel Arango, facilitador EDC-Nuquí
Estudiantes del Colegio Colombo Americano asistieron el día de ayer a una cita que, aunque fácil de cumplir, es difícil de asimilar. Por invitación de la Fundación Damas Protectoras del Soldado Caído en Combate, los estudiantes se encontraron con los soldados heridos en combate en el Batallón de Sanidad del glorioso Ejército de Colombia, situado en la ciudad de Bogotá.
Relata la maestra Claudia Teresa Arango: “En este año nuestros estudiantes pudieron compartir en dos ocasiones con los soldados caídos en combate sus experiencias y sentir de primera mano los horrores de la guerra, fue una experiencia dura …dura…dura. Al verlos mutilados en pleno proceso de paz fue doloroso, pero se mantenían con el corazón de soldados guerreros patriotas intacto, con la convicción que todo sacrificio es bienvenido por la patria. Son muchachos en esencia bonitos”.
Es muy importante que los jóvenes que no conocen la selva, ni la guerra y que por supuesto no la van a conocer, gracias a la paz que se avecina, tengan conocimiento de lo que pasó y formen en su corazón el sentido de solidaridad con todos estos soldados que vivieron este horror.
Que ellos al ayudar sientan que participan en el fin del conflicto con un gesto pequeño como es reconocer lo que los soldados hacen por su nueva vida. Muchos con la ausencia dolorosa de alguna parte de sus cuerpos, pero eso nunca les impide seguir en el camino con la moral de un héroe colombiano.
Algunos tocan en una sinfónica que suena como las mejores del mundo, otros triunfan en los deportes y otros sencillamente colaboran en las labores logísticas del Ejército. Felicitaciones y gracias a todos los soldados colombianos vivos y caídos quienes sin descanso por décadas se entregaron a una lucha cruel y despiadada por la liberación del pueblo colombiano.
Estudiantes y maestros del Colegio Colombo Americano gracias por el aporte, hoy día estos reconocimientos llenan de orgullo a los soldados y los exhorta para seguir luchando por sus vidas y sus familias.
*Este es un texto generado a partir del trabajo de las Escuelas Digitales Campesinas de Acción Cultural Popular- ACPO, que buscan promover el liderazgo del campesinado colombiano a través de procesos de educación, formación y capacitación, orientados a su dignificación, inclusión y desarrollo
