Las precipitaciones son fundamentales para conservar los ecosistemas, así lo evidenció un análisis realizado por la Universidad Nacional, sede Medellín en el que aseguran que en la cuenca amazónica los bosques primarios son los más conservados y presentan una dinámica hidrológica más regulada, como ocurre con la subcuenca del río Negro, en el norte de la Amazonia.
Estos resultados forman parte de un estudio que evaluó la distribución de energía, agua y carbono en cuencas del sistema Andes-Amazonía en la región de Suramérica tropical: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Al respecto, se asegura que en los Andes existen pocos estudios, pese a que este ecosistema es fundamental porque allí están los páramos y las fuentes hídricas cuyo volumen de agua disponible ha ido disminuyendo con la apertura de las fronteras agrícolas. Le puede interesar: Nuestra Amazonía y su nuevo catálogo de plantas
Afirma el investigador Andrés Felipe Zapata, estudiante del Doctorado en Ingeniería – Recursos Hidráulicos de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín que “cuando se talan los árboles maduros y se reemplazan por cultivos como soya o caña de azúcar disminuye el volumen de carbono capturado, y a su vez la tasa de lluvia”.
Fuertes sequías en la cuenca amazónica
Cuando se da el fenómeno de El Niño, en esta área se presentan sequías fuertes. La observación principal del estudio fue que durante los periodos de inundación en la cuenca amazónica esta no se halla totalmente limitada por agua, sino que un 60 % está limitado por energía (radiación).
A partir de la luz solar los árboles sintetizan su propio alimento, por lo que la situación los pone a competir e interfiere con el desarrollo de los individuos jóvenes. Le puede interesar: Las comunidades, ausentes en planes para Amazonía
El análisis se hizo a escala mensual y se obtuvieron datos de 20 años: entre 1987 y 2007, periodo en el que se evaluó tanto la distribución de energía, carbono y agua como su relación con las comunidades vegetales existentes en el área.
Conocer la distribución de los recursos biológicos y naturales permite diseñar planes de manejo ambiental para mitigar eventos asociados con el cambio climático de manera más efectiva.
Tomado de Agencia de Noticias UN
Editor: Ana María Rizo Díaz