El Plan Nacional de Desarrollo (2018 -2022) del actual Gobierno reactiva de nuevo el proyecto del Puerto de Tribugá ubicado en Nuquí en el departamento de Chocó. El proyecto ha propuesto contribuir al desarrollo económico de los chocoanos, que según el DANE, tienen un 45% de necesidades insatisfechas; entre estas salud, educación y servicios básicos públicos.
Puerto de Tribugá también promete trabajar sobre el estado de las vías y construir carreteras en el departamento, dando la posibilidad de acceder a lugares remotos del Chocó, que fortalezcan el turismo en la región. Siendo así, se generarían miles de empleos para las comunidades y se facilitaría el intercambio de productos hacia otras latitudes, lo que quiere decir que, el proyecto promete cambiar la vida en Chocó y en el país.
Sin embargo, las comunidades de Chocó compuestas en un 90% por población afrocolombiana e indígena se han pronunciado frente al proyecto que tiene nacimiento desde el año 1989 en las reuniones del Concejo del Pacífico Colombiano, pero que hasta el momento no se ha construido pero tiene preocupación por el destino del territorio.
En el departamento existe un porcentaje de aprobación, pero en su mayoría consideran al puerto como un proyecto más del país que hace soñar a la población, pero nunca llega a hechos, y más importante, que este irrumpa con la naturaleza y los modos artesanales de trabajo en Nuquí.
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Luis Alberto Angulo, pertenece a los concejos municipales y promotor de la protección del medio ambiente, desde el nacimiento del proyecto ha manifestado su oposición y ha presenciado cómo este desfallece y revive al pasar los años.
Angulo considera que este proyecto afectará el desarrollo de la pesca, la agricultura, el turismo departamental y la estructura natural del Golfo Tribugá; además, comenta que estos son procesos cobijados y priorizados por los Concejos Comunitarios establecidos en 2002 por la Constitución Política de Colombia que terminarán perjudicados.
Un fundamento que se agrega a la desaprobación del proyecto es la declaración del territorio como Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI, que funciona como base en la comunidad para defender el área y preservarla al hacer uso sostenible de esta responsablemente.
Junto a la anterior posición se involucra el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis – INVEMAR, que ha estipulado que los costos medio ambientales son altos, por lo tanto, no justifica la construcción del puerto al poner en riesgo uno de los 24 puntos de mayor diversidad en el planeta. Esto debido a cambios de niveles de ruido, la composición química, la vibración y la temperatura del agua; cambios drásticos para ballenas jorobadas, aves, peces, corales y tortugas.
Frente a esta disyuntiva el debate de 30 años por la construcción del puerto continúa. En un sentido, por el prometedor desarrollo económico que representa para Chocó y Colombia, y en otro, por el daño medio ambiental que significa adelantar el proyecto, además, de una idealización de progreso que puede no ser tan real.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.