Cuando la estación de tren se convirtió en biblioteca

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Los corredores y los pasillos con pisos de madera muy antigua, recibían a decenas de niños de los cuatro colegios públicos del pueblo. Allí muchos aprendimos a leer y escribir

Por: Andrés A. Gómez Martín.

Iniciando la década del dos mil, un programa del gobierno nacional, decidió convertir algunas estaciones de tren en bibliotecas públicas. La idea consistía en la creación de espacios culturales y educativos, en donde los niños podían aprender a leer, escribir y tener el primer contacto con los computadores.

Estación de tren y biblioteca pública  de Chiquinquirá, Boyacá
Estación de tren y biblioteca pública de Chiquinquirá, Boyacá

La estación de tren de Chiquinquirá fue remodelada, las cuatro plantas de la imponente estructura, regresaron al servicio de una comunidad que pareciera estar estancada en el tiempo.

Por aquel entonces, los profesores nos llevaban a la nueva biblioteca, era todo un acontecimiento, era como viajar en el pasado, algunos vagones del tren que aún seguían allí y fueron adaptados como salones de pintura y de lectura, allí raprenidmos los poemas del poeta Julio Flores

En el tercer piso, cientos de fotos adornaban las paredes de la estación, imágenes de campesinos posando con sus productos, uno que otro sombrero de copa alta, caballos cargados con encomiendas y cientos de paisanos de vieja data aparecían en aquellas fotos.

En uno de los salones de la estación, se abrió al público una especie de guardería, allí cientos de niños, casi todos de origen rural y otros criados en el pueblo, conocimos los computadores.

Al poco tiempo en otro de los salones, se abrió una escuela de música, de forma gratuita asistíamos a nuestras primeras clases de falluta dulce y guitarra acústica.

La estación de tren de Chiquinquirá se convirtió para nosotros en un lugar encantador, los recovecos, las escaleras principales y más de 10 salones, nos recibían todos los días, por dos horas.

A la máquina del tren nos subíamos con gran dificultad, pero al cabo de una pequeña ayuda, movíamos las pesadas varillas, sin duda la estación del tren y su biblioteca fue fundamental en la infancia de cientos de niños que hoy empiezan su vida profesional.

 

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