Los embera son un pueblo indígena que habita principalmente en los departamentos de Risaralda y Chocó. De acuerdo con la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, están constituidos en dos grandes grupos, los dobidá, que son la gente cuyo modo de vida gira en torno al río; y los eyabida, entre los que se encuentran los chamí y los katío, conocidos ancestralmente como habitantes de la montaña.
Según el último censo realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, la población embera en Colombia es de 134.218 personas. Quienes a raíz del conflicto armado han tenido que enfrentar históricamente el flagelo del desplazamiento forzado, abandonando no solo sus resguardos sino todo lo que el arraigo al territorio representa.
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Desde el 29 de septiembre del presente año, más de 200 indígenas embera se concentran en el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera ubicado en el centro de Bogotá. En campamentos improvisados y con diversas dificultades de salud, permanecen allí como protesta ante el abandono estatal y el incumplimiento de garantías para salvaguardar su vida y dignidad.
Pues los subsidios que sustentaban los pagadiarios en donde se hospedaban, y que hacen parte de los acuerdos respecto a su condición como víctimas de la violencia, ya no están llegando. Además, se les ha vulnerado su derecho a la salud, encontrando condiciones como partos prematuros, neumonías crónicas, disneas, enfermedades cutáneas, deshidratación total, fiebre generalizada, infecciones respiratorias y desnutrición. Cabe mencionar que los más afectados son los adultos mayores y los niños.
Por su parte, la Secretaría Distrital de Gobierno se pronunció en un comunicado emitido el 12 de octubre que, “la solución integral y la salida estructural de esta situación, le corresponde al Gobierno Nacional de manera inmediata a través del Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa y la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas – UARIV, quien debe asegurar que esta comunidad tenga garantías y condiciones integrales para el retorno seguro a Bagadó (Chocó ), Pueblo Rico y Mistrató (Risaralda)”.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.