Diferentes gobiernos alrededor del mundo han dado un nuevo impulso a la actividad rural, como parte de políticas de desarrollo financiero y social. Es de esta forma en la que el deporte ha entrado a tallar como un pilar para este objetivo, considerando las condiciones naturales y paisajísticas que brinda el campo para su práctica.
Los deportes vinculados por antonomasia al campo son el senderismo y ciclismo, que desarrollan incluso competencias reconocidas en todo el mundo. Son también escenarios ideales para los denominados deportes de aventura, una forma de deporte que pone al hombre en un especial contacto con el medio natural y tiene como especial atractivo el poder llegar a la meta más allá del resultado final.
Entre los deportes de aventura que podemos encontrar están: los de montaña, los acuáticos y los aéreos. Muchos de ellos no solo generan un circuito turístico entorno, sino generan desarrollo a los espacios naturales donde se desarrollan actividad agrícolas y de ganadería, convirtiéndose en un impulsor importante a nivel financiero y cultural.
Entre los deportes de montaña podemos encontrar a: la escalada, la espeleología, el barranquismo o rápel, la equitación, el senderismo, el ciclismo de montaña, tiro con arco, caza deportiva, los karts, el paintball, entre otros.
En tanto, los deportes de aventura acuáticos agrupan a: el descenso en canoa o kayak, rafting, piragüismo, hidrospeed y el propio barranquismo en su versión de agua, la pesca deportiva, remo, entre otros.
Por su parte, los deportes de aventura de aire en escenarios rurales son: el puenting, el paracaidismo, el descenso en tirolina, el ultraligero, las heli excursiones y otros. Muchas de estas disciplinas incluso forman parte de apuestas deportivas que ofrecen Código Bonus.
Incluso algunos entornos rurales permiten la práctica de deportes de nieve y hielo, tales como el esquí, el mushing, las motos de nieve, los trineos, la escalada en hielo o el esquí alpino.
Un ejemplo de la cercanía del deporte a la agricultura se da en España, donde en la última década ha crecido significativamente el turismo deportivo. Este importante movimiento de personas garantiza la generación de empleo y la creación de riquezas para las comunidades. No obstante, también tiene un marco regulatorio a partir de que muchos de estos escenarios naturales están protegidos por normas de preservación.
Es importante diferenciar la vinculación del deporte con actividades productivas como la agricultura de las prácticas como la caza o la pesca con fines lucrativos, la cual no tiene ningún fin competitivo o físico. Un concepto que ha sido pertinentemente diferenciado en el marco legal español, que protege e incentiva el turismo deportivo.
El deporte fomenta la conservación de su entorno y contribuye a su protección medioambiental y cultural, algo que no contraviene el normal desarrollo de la agricultura, la ganadería u otras actividades que caracterizan al espacio rural.
Se espera que en los próximos años muchos países de Latinoamérica terminen de sumarse a esta regulación ya existen en diferentes países de la Unión Europea y muchos otros de Asia, que han visto en el deporte de aventura un generoso camino hacia un eficiente desarrollo de la agricultura y el mundo rural de cara al futuro.
