Esta es la historia de Yury Andrea Osorio Salazar, una mujer que con sus conocimientos ha marcado la diferencia en el Antiguo Espacio de Capacitación y Reincorporación – AETCR Óscar Mondragón, ubicado en la vereda Miravalle, Caquetá.
Este texto pretende resaltar el trabajo como docente que ha realizado Yury, en el marco del proyecto Arando la Educación, financiado por el Consejo Noruego para Refugiados – NRC. Con el Acuerdo de Paz, se logró la oportunidad de brindar un proceso formativo a las personas reincorporadas y de la comunidad rural.
“Llevo 3 años enseñando desde que empezó el programa, ha sido una experiencia laboral significativa donde enseñamos desde el ciclo uno hasta el ciclo seis, donde los jóvenes y mayores de edad rurales tienen la oportunidad de estudiar ya que la educación es algo primordial para todo ser humano, sobre todo en este contexto rural”, cuenta Yury.
Además, afirma que una de sus metas es seguir aportando a la educación en los territorios para así generar nuevas oportunidades de trabajo. “Hago parte del proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, que ha fortalecido y empoderado a las mujeres reincorporadas y de la comunidad para transformar los territorios”.
La educación se ha convertido en un eje fundamental para incentivar las acciones integrales en los procesos de desarrollo, siempre contando con el apoyo de la Unión Europea a través del Fondo Europeo para la Paz, Acción Cultural Popular – ACPO y la Diócesis de San Vicente del Caguán.
Por: Anyela Patricia Cardozo. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.
