En el año de 1989, el padre Jacinto Franzoi proveniente de Italia, llegó a una tierra lejana en el bajo Caquetá con la esperanza de dar una oportunidad diferente a los campesinos de esta zona. Desde allí fue que comenzó el proyecto Chocaguán.

Desde ese entonces, la fábrica de chocolate Chocaguán se convirtió en parte de la identidad cultural de los habitantes de Remolino del Caguán, que actualmente busca posicionarse en los mercados locales y generar sentido de pertenencia a las nuevas generaciones. Le puede interesar: Turmequé está de fiesta: el tejo ahora es patrimonio nacional

La inspección de Remolino del Caguán, perteneciente al municipio de Cartagena del Chairá, se ubica a orillas del río Caguán. Toma alrededor de 5 horas llegar a la zona desde Cartagena del Chairá, a través de lanchas o deslizadores, ya que no existe otra forma de llegar. A pesar de la distancia tan larga que hay que recorrer, los fabricantes y socios apostaron en su momento por comercializar su chocolate y hacer uso de estas vías fluviales sin importar que tan largo fuera el camino.

A pesar de la adversidad, los campesinos confiaron en esta nueva alternativa, la cual luchaba con el avasallante poderío que tenía la coca en su momento. La zona era muy concurrida por personalidades extranjeras y locales, convirtiendo la inspección en un epicentro comercial de alta influencia. A pesar de estas circunstancias, la fábrica pudo salir a flote, aprovechando el auge comercial, logró llegar a ciudades como Bogotá con sus productos.

El chocolate también es merecedor de galardones

Esto conllevó a que la fábrica fuera galardonada con el Premio Nacional de Paz en el año 2004, premio otorgado por la tenacidad que implicó llevar este proyecto a cabo en una zona tan azotada por la guerra.

Sin embargo, las condiciones actuales son totalmente diferentes. La fábrica ya no produce como antes y esto se debe a que la ganadería ha tomado gran fuerza en la zona, desplazando alternativas como la agricultura y; por ende, la plantación de cacao en las fincas cercanas.

Uno de los socios a cargo, comentaba como ellos mismos vieron la ganadería como una forma de generar mayores ingresos que con el cacao, por tanto, se fue dejando de lado la idea de continuar con el proyecto.

Actualmente, se está buscando fortalecer los lazos con la comunidad a través de procesos de memoria histórica que permitan retomar estas iniciativas y generar un sentido de pertenencia a las nuevas generaciones de Remolinos del Caguán. Los socios han puesto sus ojos nuevamente a la fábrica y buscan el apoyo de organizaciones que financien el proyecto.

Hay grandes expectativas alrededor de Chocaguán, y la tenacidad con la que se dio esta iniciativa, siga siendo la bandera para el nuevo surgir de la fábrica.

Por: Cristian Gutierrez. Facilitador de ACPO
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora

2 Comentarios

  1. […] La obra “Andá, Subí, Ve” es una pieza teatral inspirada en las ceremonias fúnebres afrocolombianas que, a través de cantos a capella, aluden a la muerte y a los santos. Esta propuesta artística dialoga con el contexto político de los territorios y con las dinámicas del conflicto armado. Le puede interesar: Chocaguán: la fábrica de chocolate que sueña con volver a nacer […]

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