Mi experiencia como facilitadora educativa de Acción Cultural Popular – ACPO, me ha dejado un sin número de enseñanzas tanto a nivel personal como profesional, igualmente me deja la oportunidad de poder ampliar mis conocimientos a través de la realización de los cursos disponibles en la plataforma de Escuelas Digitales Campesinas – EDC.
No se necesita ser un experto para desempeñar este papel, más bien se requiere de compromiso, disposición, sensibilidad y adaptación al cambio. Una vez se asume este rol el compromiso es a ser moderador entre los participantes, a propiciar espacios donde las personas puedan sentirse con la capacidad de expresarse libremente, a expresar sus pensamientos y exponer sus necesidades sin temor a ser juzgados, a escuchar, a ayudar y sobre todo a fomentar conocimientos de la forma más sencilla que se pueda hacer.
Afirmo sin duda, que esta oportunidad ha sido una de las experiencias más gratificantes para mí, ya que al involucrarme con la educación en zonas rurales he salido de mi zona de confort, he afrontado fuertes cambios, en general, muchos aspectos de mi vida han mejorado y he encontrado el gusto por el trabajo comunitario.
El acompañamiento realizado en campo a familias campesinas y mujeres en proceso de reincorporación, que día a día luchan por salir adelante, solo me ha hecho comprender lo afortunados que somos al disfrutar de ciertos privilegios que otras personas no han tenido, y cuya lucha es incansable para alcanzar el sueño de vivir mejor.
Este tipo de espacios no solo permiten impartir conocimientos, sino que inmersos en cada situación cotidiana, también se adquieren conocimientos y aprendizajes innatos a través de la realidad del campo colombiano, de este modo todos aprendemos, cuando se comparten experiencias y se conocen sobre nuevas culturas, puntos de vistas y vivencias, nos estamos llevando el aprendizaje más valioso para la vida.
Por: Yeimy Oyola Vides. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.