Luego de muchos años de dolor y miedo sus habitantes se han aventurado a explorar este paraíso que como ellos dicen es fácil de amar y difícil de olvidar. Como el ave fénix, está resurgiendo de sus cenizas para mostrarnos la magia de los paisajes caqueteños.
Puerto Rico está ubicado a noventa y cinco kilómetros de la capital Florencia, desde donde se llega por tierra y como lo menciona su himno, es una ciudad de ensueños, campo verde del Caquetá, airosamente bañado por el majestuoso río guayas.
Su mayor riqueza es su gente sencilla, pujante y amable, que siempre reciben con una sonrisa al peregrino y le cuentan historias llenas de magia y color de su maravilloso terruño, al cual lo denominan “Oro verde”.
En el pasado la violencia fue siempre el principal impedimento para el ecoturismo no solo en Puerto Rico sino en todo el departamento del Caquetá, pues por causa del miedo sus habitantes y los turistas que escuchaban de estas hermosas tierras se cerraron a la posibilidad de visitarlo y así poder conocer la gran riqueza natural de este majestuoso lugar.
El 26 de septiembre del año 2016, se firmó el acuerdo de paz en el país y por fin se sintió un respiro y tranquilidad en estas hermosas tierras y sus habitantes empezaron a salir y descubrir hermosos lugares llenos de magia y color, donde la madre tierra invita a reflexionar y a respirar paz.
Anualmente celebran el Festival del medio ambiente, y realizan una famosa regata por el río Guayas, donde se reúnen sus habitantes y foráneos a disfrutar de sus aguas puras y cristalinas.
Por: Fanery Cabrera. Facilitador de proyecto Pescado para el Desarrollo.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.