Carta del campo: Oportunidades de paz para el crecimiento femenino

Gracias al proyecto MIA implementado en Caquetá, Rubiela Cano está capacitándose en temas importantes para el empoderamiento de la mujer rural. Así reescribe su historia y la de sus hijos tras la firma del Acuerdo de Paz.

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Foto por: Diana Marcela Marín

Rubiela Cano Andrade es una mujer caqueteña nacida en la ciudad de Florencia en 1971, gracias a su padre ella pudo estudiar y superarse, pero a los 14 años se enamoró de un hombre con quien contrajo matrimonio y se mudaron a la vereda Nazaret, donde él tenía una pequeña granja y criaba cerdos y pollos de engorde.

Fue allí donde Rubiela quedó embarazada de su primer hijo que llegó para alegrar su familia y su hogar, desde ese momento ella sabía que tenía una gran responsabilidad y que quería darle lo mejor. Entonces busco un contacto con las FARC para trabajar con ellos.

Lo primero que hicieron fue conseguir contactos en el batallón con un capitán que era la persona que le vendía los uniformes y las municiones para luego entregárselas a la organización. Así Rubiela y su esposo generaban buenas ganancias , luego de tener mucha confianza a Rubiela la nombraron financiera de la Teófilo.

Luego de un tiempo quedó embarazada y no se dio cuenta, tuvo que conseguir una mujer que le cuidara sus hijos para seguir trabajando, pero su felicidad no duró tanto porque a su esposo  lo capturaron y lo enviaron a la cárcel,  fue condenado a 18 años de prisión. Estando allá, tuvo otro hijo.             

“Siendo las 6 de la mañana estaban los niños alistándose para el colegio cuando llegó una camioneta con otras detrás y se escuchaban helicópteros por todas partes, nos asustamos mucho y cuando salgo al patio veo que tenían a mi esposo detenido y procedieron a capturarme.

Fuimos condenados mi esposo a 16 años y yo 7 años de prisión, pero gracias a Dios solo dure 3 meses en la cárcel y luego me fue otorgada la libertad domiciliaria hasta el día de la firma del Acuerdo de Paz, por decisión del gobierno mi caso llego a la JEP, pero no fui beneficiada por ningún programa”.

Gracias a que su esposo fue reconocido como firmante pueden asistir a reuniones que hace la Agencia para la Reincorporación y Normalización – ARN, y fue donde conoció el proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA. El cual llegó al Caquetá gracias al Fondo Europeo para la Paz como una oportunidad de superación.

“Ya terminé los 5 primeros cursos de la plataforma de Escuelas Digitales Campesina y dimos inicio al de Formulación de Proyectos,  estamos en la unidad 3 donde hemos aprendido cómo formular un proyecto para el beneficio de nuestras comunidades, niños, mujeres”. 

 

Por: Diana Marcela Marín. Facilitadora educativa del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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