En el marco de la celebración del Día del Café, una ocasión especial en la que reconocemos la importancia vital que el café tiene en nuestras vidas, nos sumergimos en un mundo de sabores y aromas que durante años nuestros campesinos nos han otorgado. En Colombia, el café no es solo una bebida cotidiana, es una auténtica insignia de nuestra identidad y un alimento representativo de nuestra cultura y economía.
En este contexto tan significativo, nos complace presentar Café Mysky, una creación única producida por la Fundación ACPO, que va más allá de simplemente satisfacer nuestros paladares. Con sus raíces profundamente arraigadas en la tradición rural y su objetivo principal de generar un impacto social positivo, Café Mysky se ha convertido en un símbolo emblemático de la conexión entre el café y el desarrollo integral de las comunidades.
La esencia social de Café Mysky: Nacer, Crecer, Surgir:
Café Mysky no es solo una bebida, es un poderoso producto para el progreso y la transformación social. Cultivado por la Fundación ACPO, este café tiene como promesa contribuir al desarrollo de las comunidades rurales y preservar la tradición. Cada taza de Café Misky representa un compromiso con la educación y el bienestar de quienes lo producen. Por cada compra de café le estás brindando una beca campesina a un habitante rural.
El origen de Café Mysky se encuentra en las tierras de Sutatenza-Boyacá, donde la palabra «Mysky» era pronunciada con reverencia por los valletenzanos de la comunidad Chibcha. Este café lleva consigo la magia de los antiguos Chibchas y la esencia de la tradición rural. Su slogan evoca el ciclo de vida (Nacer, Crecer, Surgir) y la promesa de un futuro lleno de posibilidades.
El objetivo principal de Café Mysky es apoyar el desarrollo de las comunidades rurales a través del programa Escuelas Digitales Campesinas. Cada compra de Café Mysky contribuye a este programa, que impulsa el crecimiento educativo en el campo colombiano. La Fundación ACPO entiende que la educación es un elemento clave para el avance de los habitantes rurales, y Café Mysky contribuye para lograrlo.
Este café es un símbolo de solidaridad y transformación, ya que cada vez que disfrutamos de Café Mysky, estamos contribuyendo al bienestar y la formación de quienes dedican su vida a cultivar los granos con dedicación y amor por la tierra.
Café Mysky, el sabor de la transformación social
En el mundo de Café Mysky, los sabores se entrelazan con la responsabilidad social. Cada taza nos transporta a un lugar donde el café y la tradición rural se unen para crear un futuro mejor. Es un café que trae consigo el espíritu de las comunidades rurales y nos invita a ser parte del cambio.
Brindemos por Café Mysky y por todos los productores, campesinos, agricultores y actores que día a día trabajan arduamente para ofrecernos una experiencia única. Celebremos no solo el sabor y el aroma del café, sino también su capacidad de generar un impacto positivo en las comunidades. Disfrutemos de Café Mysky con la certeza de que cada sorbo aporta educación y desarrollo para un habitante rural.