A una hora de Ibagué se encuentra una bella vereda que sorprende por sus imponentes paisajes, la amabilidad de sus pobladores y el entusiasmo con el cual viven a pesar de tener distintos problemas. La vereda queda ubicada entre las montañas en el Cañón de Combeima y para llegar a este territorio solo es posible los fines de semana que llega transporte publico dos veces.
Consuelo Cendales, líder comunal en el Tolima ya lleva dos años en la vereda El Gallo, un lugar con recursos académicos insuficientes y una brecha tecnológica bastante amplia;sin embargo, para Consuelo esta brecha no representa un problema completamente negativo, pues propicia que niños, niñas, jóvenes y adultos abran paso a la lectura y puedan compartir nuevos temas en el proceso de lectura e incluso la proyección que sean ellos quienes escriban para su territorio.
“Estuve hablando con las juntas de acción comunal y me di cuenta de que lo único que les hace falta a los campesinos es deporte y cultura, porque el campesino tiene salud, tiene tierras, tiene muchas cosas, muchas riquezas” comenta Cendales a medios regionales.
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Fue a partir del diálogo con la comunidad cuando pensó en la idea de construcción de una biblioteca para ellos. Entonces miro un lugar estratégico cerca a la escuela de la vereda con una vista impresionante, en este había una construcción de barro y guadua, ahora sus paredes sostienen firmemente las cajas de tablas, cada una contiene un eje temático gracias a los distintos libros que Consuelo ha conseguido y que han aportado las donaciones.
Uno de las cajas se enfoca a la permacultura un tema que Consuelo considera importante para lo comunidad ya que emplea contenido específico de diseños agrícolas, políticos, sociales y económicos desde las características de los ecosistemas naturales. Otros libros que se encuentran son enciclopedias y compendios de turismo, pintura, gastronomía, periódicos de la región, revistas de agricultura orgánica, poesía, cancioneros, salud y cuentos infantiles.
La Biblioteca que ha constituido Consuelo beneficia a 150 niños y niñas de la vereda; es un espacio que nunca está cerrado y los campesinos van a cualquier hora llevan los libros a sus casas y al día siguiente son regresados a sus cajas. Diferentes organizaciones sociales han comenzado a unirse para llevar actividades recreativas a partir de la lectura y el juego, además, se dan talleres de pintura, música, danza y manualidades. ¿Qué te parece esta biblioteca?
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
