El municipio de Viotá se encuentra ubicado al suroccidente de Cundinamarca, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, tiene una población de 13.234 personas que dependen principalmente de la agricultura. Una de las semillas que más se cultiva es el café, el cual es reconocido por su sabor y suavidad, además, este territorio es considerado el primer productor de café del departamento con participación del 28%, así lo afirma la Alcaldía Municipal.
Su comunidad es una de las miles que ha sufrido el flagelo de la guerra en el país, conforme con Hacemos Memoria, un proyecto que investiga el conflicto armado en Colombia; esta región desempeñó un rol fundamental en la disputa territorial, política e ideológica, durante la guerra de los Mil Días a finales del siglo XIX. Así mismo, en la década de los 90’s se instalaron grupos armados al margen de la ley, que agudizaron los fenómenos de violencia y provocaron la ruptura del tejido social en el territorio.
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Datos del Registro Único de Víctimas – RUV, revelan que en Viotá hay 12.930 víctimas del conflicto armado, es decir más del 90% de su población. A pesar de esto, la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las extintas FARC- EP, abrió un camino para el perdón y la reconciliación de este municipio que por décadas sufrió las consecuencias de la guerra.
Desde el 2017, un grupo de excombatientes que regresaron a esta región están trabajando con la comunidad, en proyectos que impulsen la reconstrucción del tejido social. Una de sus apuestas es la articulación de la Agencia de Viajes Hechos de Paz – Asotourhepaz, un emprendimiento comunitario que busca fomentar el turismo sostenible del municipio, a través de la creación de un sendero ecoturístico en zonas que antes estuvieron ocupadas por grupos al margen de la ley y a las que ahora se puede acceder.
Su oferta turística está compuesta por servicios como avistamiento de aves y un recorrido de 4 kilómetros con 5 estaciones, entre las que destacan la cascada La Milagrosa. Además, sus guías relatan la historia del municipio, con la que pretenden hacer una reconstrucción de la memoria y exaltar la capacidad de resiliencia de sus habitantes.
“Apostamos a la historia de nuestro municipio, contamos 100 años de conflicto. Conflicto y café, es una forma de decirle a nuestros jóvenes que hay que apostar por la paz, que sí es posible, porque ellos son reinsertados, nosotros somos víctimas, ellos vinieron, pidieron perdón, y somos un ejemplo para toda Colombia. Estamos enseñando a perdonar, a amar, y ser empáticos con el prójimo”, afirmó Susana Castillo, miembro de Asotourhepaz, habitante y víctima de desplazamiento forzado.
Actualmente, Asotourhepaz está compuesta por 34 personas, de las cuales 10 son reincorporados, juntos esperan seguir potenciando esta iniciativa de paz que apunta al desarrollo integral de la comunidad y su entorno. Cabe destacar que, este proyecto cuenta con el apoyo de la embajada de Holanda, quienes adelantan programas de restauración emocional para contribuir a la construcción de una comunidad resiliente.
Si usted desea conocer más sobre este proyecto puede consultar el siguiente enlace: Asotourhepaz
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.