Por: EFE | 27 de Diciembre de 2014
El número de evacuados en Kelantan casi se ha duplicado en las últimas 24 horas y ha subido hasta las 81.925 personas acogidas en los centros de evacuación.
Al menos ocho personas han muerto y 132.000 se encuentran en centros de evacuación por las inundaciones que afectan al norte de Malasia y que han obligado al primer ministro, Najib Razak, a acortar sus vacaciones para regresar con urgencia al país.
La última víctima mortal la encontraron este sábado los equipos de rescate en el estado de Terengganu y corresponde a un malasio de 37 años que desapareció el miércoles pasado tras hundirse la barca en la que navegaba con su mujer, según el medio local Malaysiakini.
El cadáver de la esposa, una malasia de la misma edad, se descubrió el viernes en la misma zona.
Cinco de las víctimas mortales confirmadas por el Consejo Nacional de Seguridad perecieron en Kelantan y el resto en Terengganu, los dos estados más castigados por las copiosas precipitaciones caídas en el país desde hace casi dos semanas y que algunos medios locales identifican como las peores lluvias en décadas.
A lo largo de la jornada de hoy se ha agravado la situación en algunas regiones y ha mejorado en otras.
El número de evacuados en Kelantan casi se ha duplicado en las últimas 24 horas y ha subido hasta las 81.925 personas acogidas en los centros de evacuación.
En el estado de Perlis, por el contrario, la situación tiende a normalizarse y la cifra de evacuados ha descendido a 195, después de que muchos malasios fueran autorizados a regresar a sus casas a lo largo de este sábado.
Completan la lista de territorios afectados Pahang, Johor, Perak, Kedah y, el último estado en unirse, Negeri Sembilan, donde hoy se produjeron 331 evacuados.
Las principales necesidades de los damnificados en Kelantan son alimentos y agua potable, pero de momento la única forma de repartir asistencia en algunos lugares es en embarcaciones.
Los centros de evacuación en Terengganu precisan medicinas, como paracetamol, y pañales, porque después de diez días atendiendo gente se han quedado sin existencias y no las encuentran en los comercios y almacenes de la zona, según el diario local The Star.
El primer ministro de Malasia ordenó a las agencias involucradas en la asistencia humanitaria la atención «inmediata» de los afectados, poco después de llegar a Kelantan para supervisar en persona las operaciones, según el medio Malaysia Insider.
El gobernante ha sido muy criticado esta semana por una foto suya jugando al golf en Estados Unidos mientras tenía en casa la crisis de las inundaciones.
En respuesta, Najib anunció el viernes su regreso inmediato y esta tarde llegó a Kota Bharu, la capital de Kelantan, y lo primero que hizo fue reunirse con representantes del Consejo Nacional de Seguridad.
Después, subió a un helicóptero y visitó las zonas más afectadas, como Pasir Mas, Tumpat, Rantau Panjang y Tanah Merah, conversó con damnificados en un centro de evacuados e incluso comió los alimentos y bebió el agua que les reparten, según los medios estatales.
El ministro de Sanidad, Sathasivam Subramaniam, ordenó evacuar a los pacientes más graves en los centros sanitarios de Kelantan al Hospital Universitario Sains Malaysia, en Kubang Kerian, un distrito de Kota Bha seguro.
La compañía eléctrica Tenaga Nasional Berhad (TNB), la primera de Malasia, anunció la instalación de 70 generadores de entre 500 y 1.000 kilovatios en las zonas inundadas sin servicio eléctrico.
TNB redujo el suministro de electricidad en Kelantan, Terengganu y Pahang el jueves pasado para evitar cortocircuitos en el tendido y sus plantas a causa de las inundaciones.
«Hay vidas humanas en peligro, así que no es el momento de jugar a la política y apuntar con el dedo. Es el momento de que los malasios se unan y trabajen juntos sin importar sus diferencias políticas, raciales y religiosas. Tenemos que ayudar a los más necesitados como sea», dijo la diputada Sofya Modh Daud, del Partido de Acción Democrática, uno de los tres principales de la oposición.
Malasia se encuentra en plena estación de los monzones, que concluye por lo general en marzo.