Los llanos orientales son una región enorme y llena de maravillas naturales, la cultura del llanero y del baquiano constituyen todo un entramado social que está ligado a diferentes actividades rurales, principalmente la ganadería.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
En los cuentos del medio oriente, sobre aquellos relatos de los viajeros que cruzaban el famoso desierto del Sahara, las referencias sobre los oasis siempre nos remiten al agua en medio de la nada, de verde árboles y pequeños nacimientos de agua que aparecían muchas veces, como espejismos y otras tantas como la salvación de los comerciantes árabes.
En nuestras tierras existe un ecosistema que nos recuerda aquellos cuentos, pero con paisajes verdes en donde habitan gentes de gran temple y corazón por las tareas del campo, los llanos orientales son una región enorme que está llena de maravillas naturales y de historias de fantasía.
Los morichales son ecosistemas típicos de los llanos, de allí se abastecen de agua cientos de especies de aves, peces y mamíferos que en medio de la inmensidad de las sábanas pueden encontrar sobra y alimento para vivir. En la época de sequía el morichal regula los recursos hídricos de los llanos, esa es parte de su función, también allí nacen varias especies de mamíferos.
Los morichales son los el oasis criollo, en este caso no son los comerciantes árabes los que allí descansan, aquí son los llaneros de piel trigueña, sombrero baquiano y caballo de fino corte.
Según informó el diario el Espectador este crucial ecosistema está en peligro por varios factores, uno de ellos son las quemas que algunos ganaderos realizan para cambiar las condiciones de los suelos para dejar las tierras en condiciones para el desarrollo de la ganadería extensiva.
Actualmente la ONG Wildlife Conservation Society, ejecuta un proyecto medio ambiental que busca reducir el impacto de los efectos de la quema y así salvar los morichales de las quemas extensivas.