viernes, noviembre 22, 2024
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Carta del campo: Realidades campesinas en entornos de guerra

Esta es la historia de José Figueroa, un campesino huilense que fue afectado por las situaciones que se viven en los territorios con presencia de grupos al margen de la ley. Gracias al Acuerdo de Paz, hoy puede decir que ha estudiado y que a partir de su emprendimiento aporta al crecimiento de su familia y comunidad.

Soy José Yesi Figueroa, nacido en Pitalito, Huila, hijo de padres campesinos y humildes. Somos 4 hermanos, pero no crecimos del todo juntos porque mis papas se separaron y yo me quedé con mi padre 10 años de mi vida, a los 11 años me mudé con mi madre a Florencia, Caquetá. 

En esta ciudad estudié dos años más de mi secundaria, pero al ver la dura situación económica de mi madre tomé la decisión de irme al campo a trabajar, me interné en la selva hacía el sur del Caquetá para poder ayudarle a salir de las necesidades que tenía.

Me fui formando como un joven trabajador y ayudaba a mi familia, ya que yo era el mayor de mis hermanos, así fue pasando el tiempo pero de pronto empezó la vida que no hubiera soñado. En donde me encontraba había presencia de grupos al margen de la ley, que inducían a los jóvenes a trabajar con ellos ya fuera internos o como milicianos, se tenía que cumplir ya que era ley en esos lados de la selva. 

Así pasaron años, me fui haciendo mayor y aunque me decían que me uniera como guerrillero a las FARC – EP, yo solo les colaboraba como miliciano en lo que necesitaban. Un día me dijeron que si no participaba como militante me tenía que ir de la vereda, y como tenía a mi esposa a punto de dar a luz tomé la decisión de salir de allá y retirarme de la organización. 

En una ocasión me salió un empleo para esos mismos lados, era para la construcción de unos baños, y como en ese tiempo no había dinero por la zona entonces pagaban con coca. Cuando terminé me dieron el pago por mi trabajo y yo muy feliz salí de regreso a Florencia sin imaginar lo que me esperaba, desafortunadamente caí en un retén de la Policía Antidrogas y encontraron lo que me habían dado por pago. Fui detenido y posteriormente conducido a la cárcel El Cunduy, esto fue en el año 2014.

Luego vino el diálogo para el Acuerdo de Paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC – EP, y entonces fui reconocido por el alto comisionado de paz y salí por la Ley 1820. Desde el 2017 me puse a estudiar para salir adelante y poder seguir mejorando en esta nueva vida, terminé mi bachillerato y recibí mi proyecto productivo, compré una panadería con la cual llevo mi sustento diario y el de mi familia.

Por: Diana Marín. Facilitadora del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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