Después de los oficios de la Semana Santa Belén de Bajirá, Chocó, demostró que es un pueblo católico en esencia; la comunidad, el párroco Flavio Antonio Arenas Ríos y empresas participaron activamente hasta el domingo de pascua. Ahora que celebramos la resurrección del señor Jesucristo, es hora de poner los ojos en nuestras instalaciones pues la casa cural se hunde” concluyó el párroco.
La casa cural literalmente se convierte en un gran lago cuando las fuertes lluvias se apoderan del corregimiento, en esos momentos pareciera que toca escampar afuera y el padre junto con algunos de sus ayudantes y feligreses sacan agua en baldes.
En estos territorios alejados se mide la vocación de nuestros curas, pues aquí la iglesia el único bien que posee es la comunidad, el templo y la casa cural. No debemos olvidar que todas las personas tenemos el derecho a vivir dignamente y que sí la parroquia es de todos, lo mínimo que se puede hacer es convocar para que se generen estrategias para su reconstrucción.
Más aún cuando al párroco se le nota el amor y la vocación por ayudar a cada uno de los miembros de la comunidad, lo cual se notó en cada oficio de la semana mayor. Al padre Flavio Antonio se le nota que vive y siente su iglesia, algunas maravillosas mujeres como doña Irma Urrea, el grupo juvenil y un diácono, no descansaron apoyando al párroco en cada actividad y dándole valor a una iglesia que hoy por hoy está tan deteriorada en Colombia.
El periódico El Campesino visitó y vivió la semana mayor en el corregimiento, razón por la que genera una felicitación al padre Arenas e invita a toda la comunidad para que se fortalezca la unión de la iglesia en Belén de Bajirá, y puedan llegar de manera eficiente a empresarios de Colombia y el exterior para que hagan sus aportes.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes. Facilitador educativo del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.