Esta es la historia de Jhona Rojas Rivera, una mujer del centro poblado Héctor Ramírez, vereda Agua Bonita, que ha marcado la diferencia en su accionar para comenzar un sueño que se hizo realidad.
Cada día que pasa ha sido una oportunidad para darle continuidad a los emprendimientos, que han sido una forma de empoderar a las mujeres y fomentar la independencia económica.
El proyecto de confecciones duró 3 meses y a través de capacitaciones ella y otras mujeres aprendieron desde lo más mínimo, como enhebrar una aguja en una máquina, realizar cortes, costura, tomar medidas.
“Desde ese día soy otra mujer, con visión, con la posibilidad de comprender cuales son las oportunidades que tenemos las mujeres rurales, la capacidad de hacer toldillos, ropa interior, sudaderas, tendidos para camas, bolsos.
Además con la mejor atención al cliente, contamos con nuestra propia marca, hechos que han sido significativos y el resultado de una buena comunicación y del trabajo en equipo”, comenta Jhoana.
Dice que a futuro la idea es crear una empresa propia de confecciones y dar formación para otras mujeres que no tienen la oportunidad de hacerlo por su propia cuenta, dado que no cuentan con los recursos económicos. “Hoy tenemos la iniciativa de impulsar un cambio social donde generemos un trabajo digno para las mujeres rurales”.
El proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA llegó para quedarse en los territorios, dejando huella y una capacidad instalada con el fin de fortalecer el tejido social.
Además, formación y talleres de comunicación y periodismo rural han sido fundamentales “porque aprendí cómo crear una red social, un correo y esto nos ha servido para ofertar y comercializar nuestros productos”. Todo gracias a la Unión Europea, ACPO y la Diócesis de San Vicente del Caguán.
Por: Anyela Patricia Cardozo. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.