Hoy te contamos una nueva historia, que nos da la posibilidad de comprender la realidad de la mujer rural, y que hoy tiene una nueva visión de vida gracias al proyecto MIA del Fondo Europeo para la Paz. Visión que es precisamente sobre aceptar que nunca es tarde para empezar a estudiar.
Arelis Silva Quintana nació en el municipio de Chaparral, Tolima y allá vivió 30 años “a los 6 años comencé a estudiar la primaria en la escuela Salomón Umaña, pero por cuestiones económicas mis padres no tuvieron la posibilidad de continuar mis estudios de secundaria, es una triste realidad por que no tuve la oportunidad de continuar con mis estudios. A los 15 años decidí salir a trabajar en la agricultura para ayudar a mis padres “.
Lamentablemente, en Colombia la situación de Arelis se sigue repitiendo, niños y jóvenes desertan de los colegios ya sea por su situación económica, los caminos intransitables, falta de transporte, entre otras circunstancias.
Arelis tiene 46 años y es madre de cinco hijos, que son su motor de vida, pues día a día trabaja fuertemente por brindarles el futuro que ella no pudo tener para que sean “alguien en la vida”. En la búsqueda de oportunidades llegó a San Vicente del Caguán en el departamento del Caquetá; exactamente a Miravalle, que se ubica en la Zona de Reserva Campesina El Pato Balsillas.
“Estar aquí me ha dado muchas oportunidades de crecimiento personal, una de ellas fue tener la posibilidad de continuar con mis estudios de secundaria, nunca es tarde para uno estudiar, siempre soñé con terminar mi bachillerato.
Ese día fue uno de los mejores de mi vida, me sentí muy orgullosa de ver reflejado el esfuerzo que hice durante casi 2 años, ver mi sueño hecho realidad. El proyecto Arando la Educación me dio la oportunidad de crecer y así poder seguir formándome, todo es gracias a la firma del Acuerdo de Paz que ha traído desarrollo local, salud y educación para el territorio”.
Escuelas Digitales Campesinas y el proyecto MIA
El terminar el bachillerato le dio a Arelis más seguridad para seguir participando de procesos formativos, y motivar a vecinos para que aprovechen estos espacios, para ella aprender cosas nuevas es una forma de defenderse y de crecer como personas y comunidad.
“Gracias a que desarrollé más capacidades, tuve la oportunidad de seguir en un proceso formativo muy bonito y novedoso para mí, aprender a manejar un computador, a través de la plataforma de Escuelas Digitales Campesinas. Donde aprendí a crear un correo electrónico, a ingresar a la plataforma y desarrollar los cursos de Alfabetización digital, Asociación y emprendimiento, Mi proyecto de vida en el campo, y Comunicación y periodismo rural.
Ha sido como abrir los ojos al mundo de la tecnología y de la innovación, es ratificar el compromiso de seguir adelante, porque me doy cuenta que nosotras las mujeres somos capaces de transformar la realidad social en la que estamos inmersas. El Proyecto MIA nos deja una capacidad instalada para continuar y seguir estudiando y proyectarnos cada día más”.
Este programa está enfocado en el desarrollo de la mujer rural y en proceso de reincorporación; las participantes en Caquetá ya han realizado cinco cursos de esta plataforma educativa.
Cabe resaltar que, este proyecto también se implementa en el Chocó y es gracias al Fondo Europeo para la Paz un mecanismo de cooperación de la Unión Europea quien lo financia; también es posible a la implementación de Acción Cultural Popular – ACPO; Diócesis de San Vicente del Caguán y la Registraduría Nacional de Estado Civil.
Por: Anyela Patricia Cardozo. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.