Cada 21 de mayo en Colombia se celebra el Día de la Afrocolombianidad, esta fecha hace alusión al día en el que el presidente José Hilario López proclamó la abolición de la esclavitud en 1851, establecida mediante el Decreto 725 en el año 2001. Este día busca exaltar la lucha por la libertad de la población afrodescendiente, y reconocerlos como actores fundamentales para la construcción de la historia, la identidad y la cultura del país.
La población afrocolombiana corresponde a las comunidades descendientes de las personas africanas esclavizadas por los españoles, y las comunidades cimarronas que conquistaron su libertad durante los años 1510 y 1852. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, hay 4.671.160 habitantes que pertenecen a la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera, y representan el 9,34% de la población total nacional.
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A pesar de que el Gobierno Nacional reconoce los procesos de lucha que dieron libertad a los afrodescendientes, estas comunidades siguen batallando por que se garanticen sus derechos. De acuerdo con el DANE, el 30,6% de la población afrodescendiente se encuentra en condición de pobreza. Además, el 81% trabaja de manera informal, y el 51,6% tiene un bajo logro educativo.
Así mismo, el 39,9% no tiene acceso a una fuente de agua potable y sólo el 11,6% de la población cuenta con aseguramiento en salud. Esto revela que pese a sus grandes alcances, esta población sigue siendo vulnerable ya que no se garantizan aspectos mínimos para que tengan una buena calidad de vida.
Adicionalmente, se enfrentan a otro tipo de dificultades tales como el racismo, pues la Encuesta de Cultura Política del DANE – demostró que el 17,7% de los afrocolombianos han sufrido alguna vez de estigmatización o discriminación por su color de piel. También, la Unidad para las Víctimas, reveló que 1.154.341 han sido víctimas de la violencia y el conflicto armado.
La herencia cultural de los afrodescendientes
Son muchos los aportes que esta población ha hecho a la identidad colombiana, por ejemplo, el poeta Candelario Obeso, autor de los inmortales versos de “El boga”; Jorge Artel, quien escribió “Tambores en la noche”; y Arnoldo Palacios, autor de “Las estrellas son negras”, un libro ya emblemático que trata de la vida del Chocó.
Respecto a la música, es innegable el papel de los afrodescendientes en la creación de nuestros ritmos y sonidos representativos. Se puede referir a Luis Carlos Meyer, el barranquillero que llevó el porro y la cumbia a México; y a un sinfín de compositores del Pacífico y del Atlántico como Petronio Álvarez, Neivo J. Moreno, Crescencio Camacho, Rufo Garrido, Alejandro Durán y Pedro Laza. Chirimías, conjuntos de marimba y bandas papayeras forman parte ineludible del característico folclor colombiano.
Cabe resaltar que, las y los afrocolombianos representan una de las poblaciones más poderosas en cuanto a su saber ancestral, y su organización y forma de gobernanza. Aspectos que históricamente han marcado su andar y que actualmente los caracteriza en su resistencia ante el abandono Estatal y los grupos al margen de la ley.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona – Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.