El 01 de marzo del 2021 aterrizó en Bogotá el cargamento inicial para la tan anhelada vacunación contra el COVID – 19. Con un total de 117.000 dosis de la vacuna Pfizer, Colombia se convirtió en el primer país de América Latina en recibir dosis a través del Mecanismo COVAX; un conjunto de colaboración global cuya cartera de vacunas es la más grande del mundo.
El Plan Nacional de Vacunación estructurado por el Gobierno, estableció dos fases y cinco etapas para el proceso de inmunización de los colombianos. En la primera etapa se contempló la primera línea del talento humano en salud y adultos mayores de 80 años; y en la segunda, trabajadores de la salud y población entre los 60 y 79 años.
Según afirmó el Ministerio de Salud, para corte del 03 de mayo se habían aplicado 5.387.256 vacunas. Con mayor cantidad de dosis aplicadas en Bogotá (444.364), Valle del Cauca (211.157), Cundinamarca (135.548) y Santander (106.106). Estos 3 últimos departamentos con gran parte de su población campesina.
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De acuerdo con cifras del Departamento Nacional de Estadística – DANE en el país hay 13,723 campesinos. De los cuales el 36,7% tiene más de 65 años, es decir, que esa parte de la población entró en la segunda etapa del plan para hacer frente a uno de los virus más complejos de la historia.
Asistencia en las zonas rurales de Colombia
El campesinado es una de las poblaciones más vulnerables, durante años se ha enfrentado a una situación de desigualdad socioeconómica que ha llevado a que el 68% de las y los campesinos, consideran que en el país no se garantizan sus derechos.
La subdirectora de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social, Claudia Milena Cuellar Segura, aseguró en una entrevista con la Sociedad de Agricultores de Colombia -SAC que según lineamientos técnicos y operativos; la vacunación se lleva a cabo en lugar, fecha y hora determinados con anterioridad y con previa difusión, de manera coordinada con las autoridades locales, líderes locales o comunitarios, autoridades étnicas, médicos tradicionales y gestores de salud propia.
También mencionó que “en las áreas rurales dispersas, por su parte, con puntos de difícil acceso, viviendas únicas que se encuentran a lo largo de los ríos o áreas terrestres, y que son muy distantes de los caseríos, se garantizará que la población objeto de la vacunación contra COVID-19 quede cubierta directamente en el lugar de residencia, sin que se requiera previa asignación de cita, haciendo un barrido vivienda por vivienda”.
Desde el periódico El Campesino, el fotógrafo documental Oscar Yair Suárez realizó un proceso de acompañamiento en la zona del Magdalena centro entre los municipios de Vianí y Chaguaní, Cundinamarca. Resaltando el trabajo que, con mucho esfuerzo, tras largas caminatas, el personal de salud con apoyo del gobierno departamental ha hecho para llegar hasta las comunidades.
“Algo importante es el impacto que ha tenido con las personas del campo, que al comienzo se pensaba que podían sentir temor de vacunarse, pero todas han estado muy prestas a la vacunación. Las vacunas han llegado a los lugares más recónditos cumpliendo con todos los protocolos y dando esperanza a quienes han salvado al país en este difícil año” manifestó Suárez.
Cabe mencionar que, los saberes y prácticas ancestrales de las y los campesinos son fundamentales para el desarrollo y la conservación de todas las formas de vida. Pues además de ser protectores de los ecosistemas, son garantes de la seguridad y soberanía alimentaria; como se ha evidenciado durante la pandemia.
El tercer Censo Nacional Agropecuario, señaló que para 2014 el 38,6% del territorio rural era de uso agropecuario, indicando que la producción de alimentos es la principal actividad laboral del campesinado. Y según la Organización de las Naciones Unidas – ONU, este sector es el mayor empleador del mundo y proporciona medios de vida al 40% de la población total mundial. Por lo que su pertinente asistencia es de suma importancia.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.