El cerro Pico de Plata se encuentra ubicado al suroccidente del municipio de Fusagasugá, Cundinamarca. Es una de las principales fuentes hídricas de la zona y provee agua a cerca de 1.000 familias. El territorio según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) está conectado a través de acueductos comunitarios que han sido organizados por asociaciones de agricultores.
Hacia 2013, la CAR otorgó una licencia para la explotación minera de materiales de construcción en el cerro, dentro de los aspectos que se tuvieron en cuenta para la aprobación, la entidad aseguró que no existían especies en veda (restricción total y temporal de su explotación) y, por el contrario, afirmó que el impacto en la flora de este territorio era bajo.
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Ante la decisión, la comunidad de Fusagasugá se mostró inconforme y decidió sumar esfuerzos para revertir la medida, por lo que buscaron la ayuda del ingeniero agrónomo Edicson Parra de la Universidad Nacional de Colombia, para que realizara una investigación que les permitiera sustentar los efectos negativos de la minería en el sector, “la única forma era con ciencia, por lo que realice un inventario orquideológico de la región”, mencionó el investigador.
El ingeniero Edicson Parra, voluntariamente realizó la investigación, en la cual se pudo evidenciar que en la zona sí existían especies importantes de conservación. Se identificaron 16 tipos de orquídeas, de las cuales la especie Cyrtidiorchis gerardii fue registrada por primera vez para la cordillera central, también se encontraron otras variedades protegidas como Cyathea caracasana (palma boba).
Gracias a este estudio el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, sección primera, subsección B, dio validez como material probatorio en el proceso judicial que después de más de siete años, falló en beneficio de la comunidad, la protección y conservación del cerro Pico de Plata.
“El corazón de esta noticia es mostrarles a todas las comunidades que están defendiendo su territorio que con organización, sacrificio, dedicación y fuerza es posible erradicar acciones injustas. En segundo lugar, recalcar el importante papel de los líderes comunitarios en la defensa del territorio, la vida y los recursos naturales en todas sus formas», afirmó el ingeniero Parra.
Con este logro, la comunidad de Fusagasugá y el ingeniero Parra buscan motivar a más investigadores para que apoyen este tipo de causas, pues estudios como estos validan de manera exitosa los argumentos de las comunidades que luchan por ecosistemas de gran valor para la biodiversidad del país.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.