Las abejas tienen múltiples cualidades que las convierten en el insecto más importante del mundo. Gracias a su trabajo de polinización, se garantiza no solo la producción de alimentos y el equilibrio ecosistémico en zonas donde hacen sus colmenas, sino que también contribuyen a la producción de fuentes hídricas.
En Cundinamarca, dentro de los proyectos de la Secretaría de Ambiente a cargo de la ingeniera Nidia Riaño, se ha venido adelantando un plan piloto para la restauración de las cuencas hídricas, a partir de la polinización. Para lograr este objetivo, la Gobernación ha adquirido 700 predios con recursos de la ley 99 de 1993 (Ley EVA) y cuenta en este momento con 45.000 hectáreas de áreas protegidas.
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Dicho plan inició en tres municipios: el Páramo de Guerrero, en Zipaquirá; el Páramo de Guacheneque en Villa Pinzón, y el Páramo de Sumapaz en Gutiérrez. Cada uno de los municipios fue equipado con 40 colmenas, 30 colmenas con material biológico, y los 10 restantes, sin material biológico, con el fin de que se vayan repoblando.
Según los expertos la producción de miel requiere un mínimo de entre 8 y 9 meses, pues no se trata únicamente de la restauración de los páramos, sino que se busca apoyar a los apicultores a través de la llamada “economía verde”.Pues se podrán vender sus productos en los mercados promovidos por la Gobernación y además conseguir la categoría de “Denominación de origen” para la miel para el departamento.
Utilizar los Sistemas de información geográfica ha sido fundamental para la iniciación del proyecto, de acuerdo con la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas – FAO, hay 100 especies de cultivos que proporcionan 90% de los alimentos en todo el mundo, y 71 de ellos se polinizan con las abejas.
Por: Stefanny Núñez Hernández. Periodista
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.