Desde el 8 de diciembre y a lo largo de siete días, artistas de diversas organizaciones académicas, campesinas, indígenas y afrodecendientes del país, dejaron las aulas y sus labores cotidianas para alimentar procesos organizativos juveniles en el departamento del Cauca.
Esta iniciativa denominada Caravana Artivista, nace desde el Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Memoria (CESYCME) y como si atendieran al grito de resistencia y lucha del macizo colombiano, varias organizaciones como Corpojoven, Tierra Activa Colombia, la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, Colectivo Muralista Guarichas, y colectivos juveniles de Villa Rica y Padilla en el Cauca, se fueron sumando al grupo y escalando al techo de aquella chiva llena de historias y sensaciones.
Le puede interesar: Profesoras Misak: guardianas de la cultura indígena
El poder transformador del arte, y el anhelo de apaciguar los fuertes conflictos sociales presentes en el territorio caucano fueron las principales motivaciones para abordar este proceso investigativo que emprendió su curso hace ya varios años.
Fueron muchas las experiencias y saberes que se intercambiaron mientras se recorría el territorio. “La gran bienvenida de las y los campesinos en Santa Rita, la realización de murales, los talleres de circo y teatro fueron de los espacios más recordados y destacados que dejó esta caravana artivista por el territorio”, comenta una de sus integrantes.
Dejándose cautivar por la variedad paisajística del departamento caucano, esta caravana comenzó su recorrido recogiendo compañeros que se iban asomando desde los monocultivos de caña en Villa Rica. Tal fue el asombro con los cientos de hectáreas sembradas de caña de azúcar que en su trayecto dio el tiempo suficiente para que en aquel techo de la chiva integrantes de Padilla Raper, un grupo musical, compusieran una canción alusiva al recorrido y la resistencia campesina.
Dando por finalizado su recorrido en el territorio de convivencia y paz que es el histórico corregimiento de Lerma, esta caravana dejó plasmado con el muralismo, el respeto y la importancia del conocimiento ancestral que tienen los campesinos lermeños hacia la hoja de coca.
Esta iniciativa que une la comunicación audiovisual, la lucha social y las expresiones artísticas seguirá en procesos de diálogo con comunidades y pueblos campesinos para decidir así su siguiente destino.
Por: Diego Lagos. Voluntario Periódico El Campesino.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.