Un festival en el que brillan las tradiciones, la cultura y la gastronomía

Cientos de bogotanos, personas de otras regiones del país y extranjeros cumplieron la cita con el festival gastronómico y cultural más representativo del barrio La Macarena en Bogotá.

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Diego Lagos

La cuarta edición del Festival Macarenazo fue todo un éxito. Más de 500 personas, entre bogotanos, colombianos de otras regiones y extranjeros, participaron este domingo de la muestra gastronómica y cultural que celebraron los comerciantes del barrio La Macarena.

Muestras gastronómicas, artesanales y culturales pudieron presenciar los asistentes este domingo a lo largo del corredor dispuesto sobre la carrera 4, entre las calles 26b y 30. Hubo para todos los gustos.

“Enamórate de La Macarena” –lema del evento–, hizo eco entre los asistentes. “Estos espacios son necesarios, vitales para la ciudad. Es un espacio que se reivindica a nivel democrático, para que toda la ciudadanía comparta, se apropie de la ciudad y de su espacio público, que a veces es poco”, asegura Martha González, asistente del evento.

Para Martha sería importante participar de este evento más de una vez al año, ya que hay dinámicas que permiten tener un punto de encuentro para compartir con familia y amigos, degustar la gastronomía e incentivar la economía local, mientras que a Edwin Amaya, asistente y estudiante de gastronomía, lo que más le interesó fue la diversidad gastronómica ofertada por los países participantes.

La música estuvo a cargo del grupo de carranga ‘El Azadón’. Se trata de jóvenes de La Calera, Cundinamarca, que buscan salvaguardar la música tradicional que les gustaba a sus abuelos. También hizo presencia el colectivo Ciclopaseo Cachaco, una iniciativa que se tomó el evento para recuperar la ‘bogotaneidad’ y la cultura cachaca. Al menos, una vez al año salen a rodar bien vestidos para visitar lugares patrimoniales y coloniales.

El Festival no solo ha crecido en experiencia, sino también en audiencia, ya que la diversidad de alternativas que ofrecen los comerciantes del sector atrae cada vez más un número significativo de asistentes. (Le puede interesar: Un festival dedicado a la mogolla, el café y las arepas)

Pasado y futuro del Festival de la diversidad cultural

La Macarena es denominado el barrio ‘bohemio’ de Bogotá. Su urbanización inició el año 1950 y en él han vivido intelectuales de toda clase, teatreros, pintores, escultores y otras celebridades. También, personalidades como Antanas Mockus, Antonio Navarro Wolff y hasta el mismo Jaime Garzón.

María Esperanza Pinzón ‘Monona’, como le conocen en el sector, ha visto los avances y retrocesos del barrio, pues lleva 24 años viviendo allí y trabaja con artesanías desde su propia tienda. “Cuando yo comencé con este negocio, yo no lo puse pensando en que iba a ser un “negocio” (…) lo puse como un punto de encuentro por la calidad de gente de este barrio”, que asegura es “muy especial”.

‘Monona’ ha participado de las cuatro ediciones del Macarenazo, incluso de otros eventos desde antes que existiera el Festival. “Por supuesto que hay que participar, porque así tienen uno un punto de encuentro con la gente linda de acá. Yo considero que a nosotros nos va bien, es un barrio que cuando la gente lo conoce, le encanta”, agrega.

En cambio, Jorge Casteleiro, exponente de la cocina cubana que desde hace varios años viene haciendo parte del comercio en La Macarena, ve el evento como una plataforma. “Creo que es muy bueno porque esto sirve como una forma de promoción, acá vienen muchas personas de Bogotá. Este es un escenario donde uno puede mostrar la cultura y la cocina de su país”.

El presente

Si del presente hay que hablar, La Trocha es una tienda que ofrece una variedad de alternativas orgánicas y sostenibles. Con la iniciativa buscan visibilizar el trabajo de los campesinos (80 de ellos productores a nivel nacional), dignificando y cobrando el precio justo por su labor.

Sandra Priori, ciudadana ecuatoriana y socia del local, asegura que viene trabajando temas de economía política y de impacto del medio ambiente. “Siempre hemos trabajado con temas sociales. Nos parecía súper importante crear un espacio en la ciudad en donde se visibilicen todos los procesos que hay en el campo con el tema orgánico, el cuidado de la tierra y la alimentación saludable, tanto en el campo como en la ciudad”.

Gran parte de los comerciantes del sector concuerdan en que el evento permite exponer su mercancía y promocionar la marca, así como la promoción de pequeños emprendedores. Igualmente, con los programas de reactivación económica que se adelantan, vaticinan que habrá una demanda cada vez mayor de personas que buscan sus productos.

Por: Andrés Neira. Periodista.
Editor: Mónica Lozano. Periodista – Editora.

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