1. No todas las frutas son iguales
Una de las cosas más importantes para tener en cuenta, es que existen frutas que después de ser arrancadas del árbol se seguirán madurando, mientras que en otras dicho proceso se frena. Las frutas más comunes que continúan su proceso natural de maduración después de ser cortadas son: los bananos, manzanas, mangos, papayas, peras guanábanas, entre otras.
Frutas como la fresa, uva, piña, cerezas y sobre todo los cítricos, seguirán verdes estando en la casa, y más bien tenderán a descomponerse, aunque estén biches, por eso se les conoce como no-climatéricas.
2. El color
Usualmente cuando este tipo de alimentos tienen un color verdoso, se evidencia que aún no están listas para el consumo, aunque hay excepciones. Sin embargo, de acuerdo a la fruta será vital ponerle especial atención al color ya que de eso dependerá su sabor dulce o agrio.
3. El aroma
El aroma de las frutas frecuentemente depende de factores como la temperatura y el momento del día. Asimismo, se debe tener en cuenta que si se olfatea la fruta y se siente un aroma dulce es probable que esté en buen estado, sabrosa y óptima para el consumo, de lo contrario si siente algún olor molesto, es mejor no digerirla, ya que puede estar a punto de dañarse.
4. La textura
Uno de los temas más importantes para tener en cuenta a la hora de escoger una fruta es la textura. Entre más blanda se sienta, estará más susceptibles de estar dañada, mientras que si está extremadamente dura será evidente que aún no está apta para el consumo.
5. A la hora de guardarlas
Para mantener en buen estado las frutas obtenidas, es recomendable no almacenar las frutas y verduras juntas. Es importante hacerlo por separado, y no en bolsas de nylon. Tampoco es bueno lavarlas antes de guardarlas, sino hacerlo apenas se vaya a consumir, de manera que así se preservarán más.
Las frutas también pueden engordar
El estado de maduración es directamente proporcional a su sabor dulce, no obstante, este estado hace que tengan un mayor contenido de fructosa. Un factor que posibilita que este alimento pueda producir aumento de peso, ya que se trata del el azúcar natural de los frutos, que luego el cuerpo humano convertirá en grasa.
Por otra parte, cuando las frutas están verdes, al tener más clorofila, se contribuye a mantener los nutrientes y vitaminas. (Le puede interesar: Frutas exóticas se acrecientan más en las exportaciones)
Lo anterior está asociado directamente a la digestión de estos alimentos, teniendo en cuenta que cuando las frutas están muy maduras, se corre el riesgo de que se fermenten en el estómago, pero cuando están verdes, al organismo le cuesta más trabajo digerirlas.
Por: Paulo Martínez. Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano – Periodista.