La radio creó muchos sueños sobre su utilidad para llevar cultura, educación y entretenimiento a la sociedad. La experiencia de Radio Sutatenza indica que logró en sus cuarenta años de existencia cumplir con estas aspiraciones y que enseñó a muchas familias campesinas a soñar con la posibilidad de que su existencia podía ser mejor.
La historia por escribir de la forma cómo esta emisora dio vida a esos sueños iniciando con un transmisor de radioaficionado en un pequeño pueblo de Boyacá y terminando con uno de los poderosos sistemas de amplitud modulada que existió en Colombia, tendrá que sacar de la mirada mítica esta gesta, que para muchos fue el origen de lo que hoy conocemos como radios ciudadanas, comunitarias, populares y que para otros es la más exitosa experiencia de uso de medios de comunicación para cambiar la sociedad, pero que para cada uno de los campesinos colombianos que vio cambiar su mundo, que se constituyó en ciudadano y miembro activo de la sociedad en la que vivía gracias a su vinculación a un proyecto conocido como Acción Cultural Popular, esta historia tiene la moraleja que indica que los sueños pueden ser reales.