Actualmente se están realizando pruebas de movilidad en los nuevos túneles de la vía que conecta a la capital con el Llano
En septiembre de este año se abrirán al tráfico 15,5 kilómetros de la vía Bogotá- Villavicencio entre Puente Quetame, Guacapate y el peaje del Naranjal. Esta calzada fue concesionada por Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) a Coviandes y su constructora Coninvial; la inversión fue de 2,8 billones de pesos.
La nueva vía cuenta con diez puentes (tres de ellos ya en funcionamiento), un complejo vial y cuatro túneles. Uno de los más impresionantes es el túnel Renacer, que tiene 4.333 metros de longitud y es un túnel doble que tiene debajo otro de la misma extensión, el cual está diseñado para evacuaciones en situaciones de emergencia.
Además, posee un tercer túnel interno de 350 metros de largo por donde solo podrán transitar vehículos de emergencia cuando sea necesario. También en este nuevo trayecto el complejo vial tendrá retornos y conectores que facilitarán la entrada y salida a Puente Quetame y Sáname y el paso directo a Bogotá.
Se espera que en el 2017 estén terminados los 52,5 kilómetros de la segunda calzada que une a las dos ciudades. Con esta nueva obra se hará más eficiente el tránsito entre la capital del país y la ciudad de Villavicencio. Sin embargo, no será posible exceder la velocidad dado que el trayecto cuenta con 200 cámaras de vigilancia que registrarán posibles infracciones.
El proyecto es una de las obras insignes de vías 4G, que esperan modernizar por fin las carreteras colombianas. Se espera que esta vía pueda conectar al Llano con el resto del país, aunque ha recibido muchas críticas por varios retrasos en su construcción. Será una de las más grandes obras y recortará a la mitad el tiempo para llegar de una ciudad a otra.